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» Elterritorio
Fecha: 01/12/2025 07:14
Cristian Ledesma desarrolla una obra que combina gesto político, búsqueda estética y presencia callejera domingo 30 de noviembre de 2025 | 6:05hs. Utiliza técnicas como el paste up, el grabado y la xilografía. Foto: Matías Bordón A sus 41 años, Cristian Ledesma -nacido en Buenos Aires, hijo de una madre paraguaya y criado entre los oficios y el trabajo familiar- encontró en Eldorado no sólo un hogar, sino un terreno fértil para desplegar un lenguaje visual propio. Artista plástico y docente, Ledesma se ha vuelto una referencia en la escena urbana local gracias a una obra que combina potencia estética, contenido social y una sensibilidad que se reconoce a primera vista. Su producción transita técnicas como el paste up, el grabado y la xilografía, recursos que le permiten moverse con libertad entre la calle, el taller y la escuela. No busca la monumentalidad ni la pirotecnia visual, su apuesta es otra: es la imagen como gesto político, como señal, como pregunta. “Si voy a salir a pegar o pintar, quiero decir algo”, sostuvo. Esa premisa atraviesa toda su obra. Precisamente, Cristian llegó a Eldorado en 2017 y, como él mismo recuerda, fue “un flash total”, el monte, el clima, los sonidos, la intensidad de la naturaleza. Ese contacto cotidiano con el entorno se filtró rápidamente en sus trabajos, pero lejos de caer en la iconografía repetida que domina gran parte del muralismo misionero. Para él, el territorio no es sólo paisaje: es historia, conflicto, desigualdad, identidad. Y su obra refleja esa mirada. Uno de los ejemplos más representativos es el afiche de una mujer guaraní con manos enormes y tres niños. Lo pegó en un sector del Paseo Cooperativo, donde un cartel anunciaba la prohibición de vendedores ambulantes a pesar de que es una zona de vendedores y muchos de ellos eran, justamente, familias guaraníes. “La gente pasa y no los ve, no los registra. Y eso me impactó. Quería que la imagen dijera: ‘Están acá, trabajan, existen’. Era una forma de ponerlos en el centro, aunque sea por un rato”. La obra no duró mucho: alguien la arrancó. Para Ledesma, ese acto tiene doble filo. “Me produce tristeza, pero a la vez te hace ver cuánto molesta e interpela lo que uno quiere mostrar”. El paste up se vuelve una herramienta clave: le permite trabajar las imágenes en su casa, estamparlas y luego salir a pegarlas rápidamente. Una acción que combina estrategia, urgencia y cierta rebeldía. “Está lleno de fachos sueltos que te arrancan todo, entonces vas, pegás y listo. Pero también es lindo despertarse y ver que apareció algo nuevo en la ciudad. Esa sorpresa es parte de la obra”. Sus imágenes -mujeres, trabajadores, cuerpos fértiles, figuras del monte, gestos cotidianos- contienen capas que van más allá de lo decorativo. “Una flor gigante toda prolija… eso está bien para quien lo haga, pero no es lo mío. Si voy a intervenir la calle, quiero que tenga sustancia”, subrayó el artista. En Eldorado, sus intervenciones no forman grandes murales únicos, sino pequeñas señales distribuidas por distintos rincones. “Si el arte sirve para algo, es para eso: para que alguien vea tu imagen, tu música, tu foto, y le pase algo”. Compartí esta nota:
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