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Parana » AIM Digital
Fecha: 01/12/2025 04:06
En un escenario político agitado, Javier Milei apuesta por evitar choques directos en el frente deportivo mientras refuerza su posición legislativa. El conflicto en el fútbol argentino volvió a encenderse tras gestos de apoyo oficial a Juan Sebastián Verón en la disputa por el “pasillo” con River, lo que reactivó el enfrentamiento latente con la conducción de la AFA que encabeza Claudio “Chiqui” Tapia. Sin embargo, lejos del tono confrontativo con el que comenzó su gestión, el Presidente decidió bajar el nivel de exposición en esa disputa. La decisión de no asistir al sorteo del Mundial, a pesar de la invitación de Donald Trump, fue interpretada como un movimiento para evitar una foto incómoda con Tapia en un momento en que su figura es cuestionada en canchas y recitales. También influyó, dentro del propio Gobierno, la posición de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, reacia a reinstalar una pelea por las sociedades anónimas deportivas cuyo impulso se atribuye a referentes vinculados al macrismo. Mientras el clima en el fútbol se agita, en el Congreso Milei muestra otra cara: pragmatismo y cálculo político. La jura de los nuevos senadores se realizó sin sobresaltos, luego de que el oficialismo decidiera postergar la discusión sobre la situación de la rionegrina Lorena Villaverde y evitar así un conflicto en una ceremonia clave para exhibir poder. La Libertad Avanza se aseguró la presidencia de su bloque en manos de Patricia Bullrich, quien marcó terreno en un cruce reglamentario con la vicepresidenta Victoria Villarruel, bajo la atenta mirada de la conducción política que hoy ejerce la hermana del Presidente. El Ejecutivo logró además neutralizar la ofensiva opositora en el tramo final del período ordinario, evitando que avancen debates incómodos como la reforma que buscaba limitar los decretos de necesidad y urgencia. Al mismo tiempo, se profundiza la fractura de Unión por la Patria, con bloques provinciales que se desligan del armado nacional. Esa dispersión facilita que el oficialismo quede como primera minoría en Diputados, un objetivo que parecía inalcanzable tras las elecciones legislativas. La reconfiguración también impacta de lleno en el Pro, donde la sangría de legisladores hacia el espacio libertario deja al partido que impulsó a Milei al poder en una posición debilitada. De los poco más de treinta diputados que supo tener, apenas sobreviven catorce dentro del bloque, con la posibilidad de que ese número se reduzca aún más. La partida más resonante fue la de Silvia Lospennato, quien optó por asumir su banca en la Legislatura porteña, dejando la Cámara baja en medio de fuertes diferencias internas. El resultado de esta combinación de movimientos es evidente: mientras Milei pone en pausa un conflicto con la AFA que podría dañarlo en un terreno altamente emocional como el fútbol, avanza en el Congreso con la construcción de una fuerza más sólida, sostenida en alianzas tácticas y en el debilitamiento de quienes hasta hace poco eran sus socios electorales. En esa tensión entre pragmatismo político y disputa simbólica, el Gobierno busca consolidar el control del tablero legislativo rumbo al verano, cuando intentará aprobar su agenda de reformas más ambiciosas.
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