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» El Ciudadano
Fecha: 30/11/2025 21:32
*Por Luciana Mangó y Daniel Zecca Luis Rubeo milita en el Justicialismo desde hace más de 50 años. Comenzó a los 13 años en la Juventud Secundaria Peronista -llamada Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios- en el colegio Nacional N°1, y siguió los pasos de su padre, un reconocido dirigente en Santa Fe. “La militancia es algo que te acompaña toda la vida, en todo momento, más allá de que estés en un cargo público o no”, aseguró el ex diputado provincial (2007-2023) y concejal de Rosario (1987-1991). “Soy profundamente agradecido al Justicialismo, porque me ha dado la posibillidad de crecimiento personal, de desarrollo, de informarme, de educarme, de crecer, hasta de conocer algunas partes del mundo. Sigo creyendo que fue la fuerza política que le transformó la vida a los argentinos y que hoy tiene una plena vigencia, más allá de los resultados electorales. Hay que ver de qué manera somos capaces de instalar esta fuerza política nuevamente en las mayorías nacionales para volver a tener un gobierno nacional y popular, que es lo que le falta a esta República y a esta provincia”, afirmó. En diálogo con el stream El Ciudadano Política, el dirigente analizó el presente del Justicialismo y el frente que conformó con Ciudad Futura y otros partidos para las elecciones pasadas. Habló de la necesidad de no traicionar a la población que los acompañó en las urnas y llamó a armar un gran frente electoral en el campo nacional y popular de cara a las elecciones de 2027. —¿Por qué la vigencia del peronismo no se traduce en buenos resultados electorales? ¿Por qué se buscaron el peronismo provincial necesitó figuras extrapartidarias para encabezar las listas? —En el año 1973 nosotros llevamos a Carlos Sylvestre Begnis como candidato a gobernador, y era extrapartidario. Esta vez, primero se intentó que una determinada cantidad de dirigentes del Justicialismo asumieran ese rol protagónico, pero por decisiones estrictamente personales dijeron que no. A partir de allí se empezó a construir una fuerza para ver de qué manera íbamos a una Convención Constituyente de la que, en principio, el Justicialismo había dicho que estaba en contra. Empezamos a ver de qué manera podíamos llevar una posición que fuera lo que la sociedad planteaba, que era un proceso de renovación, pero con compañeras y compañeros que tuviesen un mismo ideario y que coincidieran en las posiciones que nosotros teníamos en la provincia. Y así termina Juan Monteverde encabezando la lista de convencionales constituyentes. A partir de ahí se inaugura un camino en el Justicialismo de la provincia de Santa Fe, que después se repite en las elecciones de diputados nacionales. Los que quedaron afuera cuando se hizo la elección de convencionales constituyentes lo hicieron por decisiones personales, no porque no se los convocara. Vamos a ponerle nombre: Marcelo Lewandowski y Roberto Sukerman. Con ambos, la estructura oficial del Justicialismo conversó para plantearles la posibilidad de que fueran candidatos en nuestra fuerza y ambos, por distintas razones, decidieron que no. No es que hubo una situación excluyente. —¿Y en la segunda elección? —En la segunda elección, el Movimiento Evita decidió quedarse fuera porque la noche en que se cerró la lista de acuerdo, de unidad y de renovación, con las candidaturas a diputados nacionales, donde también se los convocó, dijeron que no por distintas razones. A lo mejor no coincidían en la posición que estaban tomando en ese momento y decidieron mantenerse al margen. Pero no es que no se los convocó. Inclusive se convocó al sector de Omar Perotti. El desafío es mantener esa unidad en la diversidad, donde los distintos actores puedan participar del esquema de discusión política con las posiciones que debe tener el peronismo en la provincia de Santa Fe. En el Justicialismo, además de la conducción formal que tenemos, que es la estructura del Consejo Ejecutivo Provincial, la estructura del Congreso partidario, también tenemos formada una comisión de acción política que, desde mi punto de vista, se tendrá que reformular para que todos esos actores que no tuvieron una participación activa se integren y, a partir de allí, podamos discutir políticas de cara a 2027. —Tanto Lewandowski como Toniolli dijeron que querían elecciones internas si no vuelve a haber Paso. ¿Qué opinión tenés al respecto? —Desde el punto de vista conceptual es una muy buena definición, a la que yo suscribo. Desde el punto de vista de la instrumentación, no se hace sencillo. Una de las cosas nocivas para el armado del Justicialismo en Santa Fe fue cuando se suprimieron las Paso. Porque si nosotros hubiéramos tenido Paso, estos compañeros que no participaron por dentro de la estructura, lo podrían haber hecho. Lo otro no es sencillo desde el punto de vista de la implementación. Tenemos autoridades partidarias legítimamente constituidas a las cuales habrá que plantearles la posibilidad de llevar adelante este proceso. Una cosa es la selección de candidatos y otra la selección de la conducción política. Para elegirla, por el voto directo y secreto de los afiliados, se tiene que hacer a través de una elección interna. Armar un proceso electoral en la provincia de Santa Fe, que es tan extensa, con un padrón cercano a los 280.000 afiliados, y darle una estructura territorial para que todos se puedan expresar en los 19 departamentos, con 365 municipios y comunas, no es tan sencillo de instrumentar. —¿Cómo se puede volver a representar a algunos sectores que ya no se sienten expresados por el peronismo? —Lo primero que tenemos que hacer es ver cómo contenemos a los que nos acompañaron. Tenemos que seguir reivindicando las ideas fuerza que planteamos durante el transcurso de la campaña. Tuvimos definiciones sumamente claras de cuál tiene que ser el posicionamiento de nuestros diputados nacionales en el Congreso. Decimos que hay que frenar a Milei y hay que estar absolutamente en contra de las políticas que expresa, porque no tienen nada que ver con el arco ideológico que nosotros aspiramos a representar. Tenemos que tratar de no defraudar a todos aquellos que nos acompañaron, que en el ámbito de la República son el 35%, que no es poca gente. A partir de allí, ver cómo volvemos a enamorar a sectores de la población que hoy están desencantados. No lo puede hacer el Justicialismo solo. Hay que convocar a otras fuerzas del campo nacional y popular a conformar un gran frente electoral, tanto en la República como en la provincia de Santa Fe. En Santa Fe tenemos una fuerza política que sigue siendo altamente competitiva, que ha tenido una buena representación en cantidad de diputados. Teníamos tres diputados en juego, sostuvimos las tres bancas, hicimos una buena elección con los convencionales constituyentes, una muy buena elección en Rosario y en la ciudad de Santa Fe, junto con el norte de la provincia. Nuestra fuerza política no está concentrada solamente en los grandes centros urbanos, sino que también abarca una territorialidad importante. —¿Vos soñás con “peronizar” a Caren Tepp y a Juan Monteverde? —No. Tenemos idearios y posiciones políticas comunes. Ellos han tomado la decisión política de participar dentro de un espacio con una alianza importante con el Justicialismo, pero ni nosotros nos vamos a convertir en Ciudad Futura, ni ellos se van a convertir en peronistas. —¿Y cómo se llega a conquistar a ese porcentaje de la población que no fue a votar? —Demuestra que están enojados con la política, porque a lo mejor no logran tener una representatividad que lo exprese y entonces deciden no ir. Hay que decirles que vengan, que se expresen, que se sumen, que participen, que voten al que quieran. De lo contrario, esto es un negocio para aquellos sectores de derecha que vienen gobernando en algunos lugares importantes del mundo, inclusive en nuestra propia República, donde la no participación los beneficia. Nosotros necesitamos que la ciudadanía participe, que vaya, que acompañe y que se sume adónde quiera, pero lo peor que puede hacer es quedarse en la casa. —¿Hay muchos peronistas que votaron a Milei ahora? —No sé si tanto en esta elección. Estamos en un piso histórico que venimos manteniendo. Siempre hemos tenido la posibilidad de tener un porcentaje mayor o menor, pero nosotros sacamos en la República el 35% de los votos. Cuando fue la primera vuelta de la fórmula Massa-Rossi estuvimos en el 38 o 39%. Esos porcentajes que nos faltan son los que le pueden poner los candidatos en su momento. En Santa Fe, ahora estamos en el 28%, pero cuando llegó Omar Perotti nosotros llegamos casi al 38, 39%. Por eso tengo una visión optimista, mientras sigamos teniendo la posibilidad de tener una representación en la provincia de Santa Fe que exprese a aquellos que nos acompañaron, que es a los primeros que no tenemos que defraudar. Tenemos que tener posiciones que sean consecuentes con lo que dijimos en el marco de la campaña y esa es responsabilidad de nuestros candidatos electos, que nos tendrán que expresar en cada uno de los lugares. —¿Cómo visualizás los próximos tiempos del gobierno de Milei? —Creo que van a ser altamente conflictivos. Es un gobierno que no incluye dentro de su propuesta ni la palabra producción ni la palabra trabajo. Todo se basa en la especulación financiera y en abrir las importaciones desmedidamente, golpeando nuestra industria. Esta semana en Venado Tuerto, en Essen, quedaron 58 personas afuera porque la fábrica decidió importar y dejar de producir. Esto se va a ir agudizando. Además, tener un lineamiento tan específico y tan único con los Estados Unidos en un mundo multipolar me parece que es un gran error. Tenemos que tener asociaciones desde el punto de vista comercial y posiciones políticas de acuerdo a las necesidades que vaya teniendo la República. Fue un error garrafal haber salido del Brics. Hasta me dan vergüenza ajena algunas actitudes que tiene el presidente, pero la gente lo eligió y hay que respetarlo. Para mí, que soy un hombre que viene de la política y de la militancia, ver a un presidente en los medios de comunicación con actitudes payasescas me da vergüenza. —¿Qué opinás de la gestión de Pullaro? —Tengo dos visiones de Maximiliano Pullaro. Fui compañero en la Cámara con él y era un hombre que tenía una determinada posición política en algunas cosas. Ahora el pragmatismo de la necesidad de tener que gobernar lo lleva a dejar de lado muchas de las cosas que él expresaba en su momento cuando era legislador provincial. Ese alineamiento que puede tener con las políticas del gobierno nacional para ver si efectivamente le terminan dando obras a Santa Fe o le terminan pagando lo que le deben de la Caja de Jubilaciones, o le mandan lo que dice el Presupuesto, hasta ahora no ha tenido ningún tipo de efecto. Y estamos hablando de una provincia sumamente importante, como Santa Fe. Podría haberse convertido en una referencia absolutamente distinta y no tan alineada automáticamente. Más allá de que el gobernador en lo discursivo a veces tiene actitudes de diferenciación, cuando sus legisladores tienen que votar acompañan la política de Milei en la Cámara de Diputados, salvo honrosas excepciones. —¿Qué escenario vislumbrás para 2027? —Va a depender de cómo reordenemos nuestra fuerza política y si efectivamente somos capaces de generar desde el Justicialismo un marco de confianza y de credibilidad para lograr un gran frente nacional con una expresión en la provincia de Santa Fe. Va a haber sectores que se van a ir realineando, que hoy están en determinados lugares y que no sé si en 2027 van a estar en el mismo. Hay que armar un frente que nos identifique con el modelo del país que queremos, que defienda la universidad pública, que defienda la industria, el trabajo y los derechos adquiridos.
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