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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/11/2025 08:42
Una escena de la frontera entre México y Estados Unidos (Imagen Ilustrativa Infobae) La enseñanza, sobre todo después de la pandemia, se ha convertido en una tarea retadora para todas y todos los docentes, entre otras cosas por los nuevos patrones de conducta de los estudiantes, la inclusión de la inteligencia artificial, las nuevas tecnologías y muchos otros factores, algunos de ellos radican en temas que nos imponen un reto mayor al enseñar como es la relación entre México y Estados Unidos. Lo anterior debido a las constantes tensiones comerciales, giros en la política migratoria, reacomodos de seguridad, elecciones con efecto dominó y cadenas de valor que se reconfiguran. En ese torbellino, enseñar deja de ser transmitir certezas y se vuelve entrenar criterio. En el aula solemos enseñar tratados como si fueran fotos fijas, cuando en realidad son películas en edición permanente. Lo pedagógico no es memorizar cláusulas, sino aprender a leer intereses y tiempos: ¿qué quiere cada actor?, ¿qué costos de transacción está dispuesto a asumir?, ¿qué concesión destraba el acuerdo sin dinamitar la relación? La realidad obliga a las y los estudiantes a aterrizar teorías de economía política en mesas donde se regatea centímetro a centímetro el comercio, la migración y la seguridad como si fueran un solo tema. Otra arista es la ventana de oportunidad y de riesgo que abre la reconfiguración productiva de América del Norte. El llamado nearshoring no es un destino, es una hipótesis que depende de tres cosas que debemos asegurarnos de enseñar lo suficiente: infraestructura que funcione, Estado que haga cumplir la ley y talento que integre estándares laborales y ambientales desde el diseño de proyectos. La lección es simple y dura: sin Estado eficaz y sin capacidades profesionales actualizadas, no hay integración que alcance. Otra muestra de esta volatilidad la vimos en la Asamblea General de Naciones Unidas, que se ha convertido en un espacio imperfecto donde se negocia con presupuestos limitados y vetos frecuentes ¿Y el papel de México? Distintos organismos han reconocido que México ha sabido jugar por años un papel de bisagra constructiva como promotor de reglas, anfitrión confiable y proveedor de buenos oficios. Xochitl Pimienta Franco, maestra en Análisis Político y Medios de Información por el Tec de Monterrey Hoy, con Estados Unidos ejerciendo un liderazgo inevitable por su peso económico y tecnológico, la respuesta estará en la conciliación informada y en una estrategia que evite costos, acumule credenciales para tender puentes, acerque posiciones y produzca resultados verificables. Para que esto ocurra, necesitamos graduadas y graduados que negocien con ética, que entiendan que el poder es relacional, que sepan leer datos y relatos, y que distingan lo urgente de lo importante. Esa mezcla no se improvisa, se cultiva con cursos que abren el aula a la realidad. Enseñar la relación México–Estados Unidos es aceptar que el piso tiembla y, aun así, construir andamios con método, evidencia, empatía y coraje intelectual para cambiar de opinión cuando la realidad lo exige. Si lo logramos, estaremos formando profesionistas capaces de sostener instituciones en tiempos agitados y de negociar con dignidad el lugar de México en el mundo. Esa y no otra es la promesa educativa que vale la pena cumplir. Xochitl Pimienta Franco es Internacionalista y Maestra en Análisis Político y Medios de Información por el Tec de Monterrey. Ha colaborado por más de 14 años en el sector público en dependencias como las Secretarías de Relaciones Exteriores, Trabajo, Cultura, Educación, Presidencia de la República, Cámara de Diputados y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Es coautora de los libros “Crisis en redes sociales: las campañas presidenciales de México en el 2012” y “México 2018: Escenario Electoral”. Actualmente es directora regional del Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey.
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