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  • Cómo prevenir el daño solar sin cambiar la rutina diaria

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 28/11/2025 04:42

    La constancia en la aplicación de fotoprotectores adecuados es clave para el cuidado ante la radiación solar (VN) Durante décadas, tomar sol se instaló como sinónimo de vitalidad y bienestar. La piel dorada se convirtió en un símbolo cultural asociado a descanso, actividad física y vida al aire libre. Sin embargo, ese concepto dista de lo que demuestra la evidencia científica y obliga a revisar hábitos que persisten en la sociedad. “No existe el bronceado saludable. La coloración es una respuesta biológica ante la agresión ultravioleta”, afirma Antonela Agosto, bioquímica especialista en química cosmética (MN 11297), sobre la realidad del bronceado natural. Además, la especialista explica que los tipos de radiación generan efectos distintos sobre la piel. Los rayos UVB producen quemaduras visibles, mientras que los UVA alcanzan capas profundas, inducen estrés oxidativo, aceleran el envejecimiento y pueden generar alteraciones en el ADN celular. La bioquímica remarca que esta última fracción es la más predominante. “Los UVA representan alrededor del 95% de la radiación ultravioleta que llega a la Tierra y están presentes todo el año”. Antonela Agosto, bioquímica especialista en química cosmética (VN) Por otra parte, la exposición diaria constituye un riesgo subestimado. La radiación atraviesa nubes, superficies transparentes y situaciones cotidianas que muchas veces pasan inadvertidas. La especialista señala que el peligro forma parte de la vida urbana y laboral. Esa continuidad genera daño acumulativo que avanza de manera silenciosa y se manifiesta con el paso del tiempo. En paralelo, la piel cuenta con un sistema antioxidante propio que cumple un rol esencial en la defensa frente al sol. Ese mecanismo se conoce como “capital solar”, una reserva biológica que determina la capacidad de resistencia individual. No obstante, la experta aclara que no se trata de un recurso ilimitado. “El capital solar es limitado y no se regenera. Cada exposición sin protección lo reduce de forma irreversible”, explica la profesional para describir este proceso. Por consiguiente, el cuidado debe extenderse a todas las zonas expuestas. El rostro suele recibir protagonismo en la rutina diaria, aunque áreas como cuello, escote, brazos y piernas también sufren consecuencias de la radiación. La elección de productos adecuados permite sostener el hábito y facilita una protección uniforme a lo largo del año. VN, marca argentina con más de cincuenta años en el rubro de fotoprotección, desarrolla formulaciones orientadas a fortalecer la prevención diaria. La emulsión corporal VN FPS 50 brinda protección UVA y UVB, ofrece una textura liviana, se absorbe con rapidez y suma vitamina E para aportar hidratación extra, especialmente útil en momentos en los que la piel tiende a resecarse durante la exposición. Además, su resistencia al agua la vuelve apropiada para actividades recreativas y deportivas al aire libre. Productos con factor de protección UVA y UVB, vitamina E y ácido hialurónico mejoran la hidratación y refuerzan la barrera cutánea (VN) Asimismo, el facial solar VN FPS 50+ integra filtros de última generación que permiten un acabado imperceptible. La línea incluye versiones con y sin color, aptas para utilizar con maquillaje. Sus formulaciones contienen ácido hialurónico y vitamina E, ingredientes que contribuyen a mejorar la hidratación y favorecen un cuidado orientado a mantener la barrera cutánea en óptimas condiciones. La textura liviana facilita la adherencia y permite una aplicación uniforme en la rutina diaria. Según la bioquímica, la constancia aparece como el principal factor para reducir los efectos acumulativos de la radiación. La adopción de texturas agradables, fórmulas estables y productos confiables incrementa la continuidad del hábito y convierte a la fotoprotección en un gesto cotidiano, no estacional. La noción de “bronceado saludable” pierde vigencia frente al conocimiento científico disponible. La radiación ultravioleta genera consecuencias visibles e invisibles que comprometen la salud de la piel a lo largo de los años. La educación en hábitos preventivos, la aplicación diaria de protectores adecuados y el uso durante todo el año permiten establecer un vínculo equilibrado con el sol. La clave, según la experta, radica en comprender que la protección permite una relación consciente y responsable con la exposición solar.

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