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CABA » Plazademayo
Fecha: 27/11/2025 17:11
En un giro inesperado, Whirlpool Argentina anunció el cierre definitivo de su planta en Pilar, afectando a 220 trabajadores. La medida se da en un contexto de creciente desindustrialización y fuerte competencia de productos importados, que acelera la pérdida de empleo en todo el país. La planta de Whirlpool en el parque industrial de Fátima, inaugurada en 2022 con una inversión de 52 millones de dólares y el objetivo de producir 300 mil lavarropas anuales, cesará sus actividades. La empresa alegó problemas de competitividad y fuerte ingreso de productos importados, que dificultan mantener la producción local. Fuentes de la compañía explicaron que la transición buscará convertir la operación industrial en una estructura más comercial, enfocada en distribución y servicios, manteniendo entre 100 y 120 empleados. Whirlpool aseguró que seguirá presente en el país y garantizó la disponibilidad de productos, accesorios y repuestos. Impacto laboral y contexto sectorial El cierre afecta directamente a 220 trabajadores y a personal asociado a la cadena de suministro y gestión de la planta. Este caso se suma a otros cierres recientes en el país: Corven Motos, Corven Amortiguadores, Frávega, Essen, Dana, SKF, Luxo, Vulcalar y Solartec, dejando centenares de puestos de trabajo perdidos en el último semestre, según reportes de Bernarda Tinetti para diversos medios. La industria de electrodomésticos enfrenta un mercado reducido, caída del consumo interno, encarecimiento de costos y apertura radical de importaciones. El ingreso récord de productos desde plataformas chinas como Shein y Temu, que superó los 4.000 ítems en octubre, profundiza la presión sobre las fábricas locales y acelera la desocupación. La estrategia global de Whirlpool La filial argentina ajusta su operación a la estrategia global de Whirlpool Corporation, con sede en Estados Unidos, que busca concentrar producción en plantas de mayor escala, automatización y capacidad de abastecer múltiples mercados. En Argentina, la compañía mantiene 35 años de presencia, aunque el cierre de Pilar marca un cambio hacia un modelo comercial y de servicios, replicado por otras multinacionales. El sindicato UOM y referentes locales como Diego Olave, alertan sobre los efectos del esquema: sustitución de fabricación local por importación, caída del consumo interno y pérdida masiva de empleos.
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