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Gualeguaychu » Reporte2820
Fecha: 27/11/2025 13:17
Pablo Recchia, referente y militante de la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, da lugar a pensar cómo abordar el 3 de diciembre. Este 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, como padre de una mujer con Síndrome de Down, como militante en discapacidad hace más de 30 años, como referente nacional en estos temas y representante de organizaciones a fines, entre otras cosas que me avalan, pido que reflexionemos: ¿Qué conmemoramos este 3 de diciembre?, ¿qué tenemos que festejar?, ¿qué es lo que tenemos que comunicar?. La respuesta es: se pierden derechos adquiridos, se violan legislaciones constitucionales, se suspenden prestaciones y servicios esenciales para personas con discapacidad, se caen los sistemas de apoyo, se destapan actos de corrupción inéditos en Argentina en detrimento de las Personas con Discapacidad. Pero también se agrede, reprime, se agravia en todo momento a las personas con discapacidad y todos sus colectivos. Este 3 de diciembre invito a reflexionar y repudiar la política de violación de derechos y corrupción de esta gestión de gobierno contra las personas con discapacidad. Invito al diálogo, a la construcción y al intercambio de propuestas para que esta perversa política y persecución se termine de una vez, en nombre del déficit cero y el ajuste que este gobierno pretende hacer sobre las franjas más vulnerables que tiene nuestra Argentina. Dejemos de pensar que tenemos privilegios cuando se ha luchado tanto por los derechos adquiridos, en tantos años de lucha. Nuestros hijos, por su condición, no son la variante del ajuste, ni ciudadanos de segunda o tercera categoría. Nuestros hijos son sujetos de derechos, según la CDPCD de ONU, Ley 26378 y de nuestra Constitución Nacional, art 75, inciso 22. La vida de todos los colectivos de personas con discapacidad de por sí, ya es difícil y se la estamos haciendo caprichosamente peor, angustiante, violenta, perversa, injusta, con precariedad, innecesariamente. Este 3 de diciembre no tenemos alegrías, no tenemos un norte que nos guíe, no vemos futuro ni claridad. Hay desesperados intentos de familias, instituciones, prestadores, profesionales por subsistir y vemos que la decadencia es aún mayor día a día. Hay intentos y buenas intenciones. Pero no alcanza. Tenemos que seguir generando conciencia y docencia ante tanta mentira y confusión. Nuestra lucha comienza sistemáticamente cada vez que se producen estas injusticias, y lo seguimos haciendo, ese será nuestro legado. Necesitamos políticas públicas en discapacidad y un Estado presente y responsable para que garantice que los sistemas funcionen y no dejen desamparadas a miles y miles de familias. Basta de corrupción, gobiernos irresponsables y ausentes, y que haya una agenda de trabajo en común y con continuidad de todos estos colectivos en conjunto con el Estado y todos los involucrados por y para la mejor calidad de vida de todos nuestros hijos y familiares con discapacidad.
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