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  • La explotación sexual en la era digital, el ciberacoso y el porno agravan la violencia machista

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/11/2025 19:38

    El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25N, llega este año con el auge de discursos negacionistas entre los más jóvenes, el consumo de pornografía desde edades muy tempranas, la «dulcificación» de la trata y la prostitución en el ámbito digital y de la convivencia entre las viejas violencias y las nuevas, porque esta lacra puede cambiar de forma, pero no de fondo: el sometimiento a la mujer. Así quedó demostrado ayer durante una mesa de redacción organizada por Diario CÓRDOBA para abordar la situación actual y medidas para erradicar la violencia de género, con Marian Aguilar, delegada de Igualdad del Ayuntamiento de Córdoba; Auxiliadora Fernández, directora de la Fundación Emet Arco Iris; Rosario Alarcón, directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Córdoba, y Eileen Calles Álvarez, directora del área de Mujer e Igualdad de Aperfosa, que abordaron el problema desde sus diferentes ámbitos y lecturas, aportando posibles soluciones y recursos para las víctimas. Así, estas responsables institucionales y de entidades sociales coinciden en que la pornografía y la falta de educación afectivo-sexual están moldeando relaciones tóxicas desde edades muy tempranas. La influencia del control digital y el hostigamiento, el ciberacoso, el sexting y envío de material de contenido sexual, el contenido machista o los mensajes sexistas normalizados y el suavizar diferentes formas de explotación sexual on line mantienen en alerta a las responsables de las políticas públicas, pero también deben ser señales para toda la sociedad y, en especial, para las familias. La violencia de género «ha mutado», pero mantiene su raíz de dominación, afirman. La pornografía está educando a menores desde los ocho o nuece años, son «pornonativos», advierte Calles, que agrega que son jóvenes criados dentro de la cultura de la pornografía, que «funciona como escuela de socialización, normaliza la violencia y crea roles tóxicos». La industria del sexo y el marketing están detrás no solo del consumo de este tipo de contenidos, sino también del sugar dating (salir con personas mucho mayores a cambio de dinero o beneficios), el uso de plataformas como OnlyFans y «la dulcificación de la explotación sexual», que considera muy preocupante, porque llega hasta los más jóvenes a través, incluso, de los videojuegos. Un momento durante la mesa de redacción. / Manuel Murillo Para la representante de Aperfosa, «bajo el lema de empoderamiento se están dulcificando contextos violentos». Y es que la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una de las formas más extremas de violencia hacia la mujer y, en los últimos años, ha mutado y se ha encontrado con el contexto digital. «Se está colando algo muy preocupante detrás de ese falso empoderamiento», advierte. Para ellas, gran parte del problema se resume en la educación, y no solo en la institucional (en los colegios), sino desde casa. «Nuestros jóvenes están siendo sometidos y expuestos a violencias a las cuales no están educados», agrega Marian Aguilar, lo que está haciendo, además, que «más del 15% de los jóvenes niegan la violencia de género», según la delegada. Para Marian Aguilar, «la sociedad no puede ser cómplice, no podemos mirar hacia otro lado porque las políticas negacionistas nos están llevando a un retroceso». Desde Igualdad han puesto en marcha intervenciones en los centros educativos desde los conceptos educacionales en parejas saludables, de buen trato y en la educación afectivo-sexual, que no tiene que ver con sexología, matiza. Para la directora del IAM los jóvenes están «brutalmente agredidos» por la pornografía y las redes sociales y para atajar el problema considera necesario educar antes, a edades muy tempranas. Rosario Alarcón, además, ahonda en la necesidad de «no negar, no normalizar y no justificar». Asimismo, implica a todos en la sociedad porque «es imposible solucionar la violencia de génerosin contar con los niños, con los chicos y con los hombres». Las adicciones Las adicciones y la violencia de género están profundamente relacionadas, y Emet Arco Iris detecta que el 80% de las mujeres con adicciones han sufrido violencia de género. Ellas tardan mucho más que los hombres en pedir ayuda debido a la culpa, el estigma y la presión social, porque aún hoy se les tilda de «mala madre, borracha o loca», además de que los entornos de consumo son violentos y aumentan la vulnerabilidad, alerta Auxiliadora Fernández. «Antes de denunciar recurren a las adicciones», agrega Rosario Alarcón, que alerta de que el ámbito rural multiplica la vulnerabilidad y pone el foco en la importancia del empleo como clave de libertad para dejar al agresor. Las mujeres víctimas, en general, tienen dependencia emocional, económica y, en ocasiones, todavía no son conscientes de ser víctimas. Para las representantes participantes de esta mesa es esencial que las víctimas «no se sientan solas, sino acompañadas, entendidas y nada juzgadas». Para ello, abogan por una atención integral y multidisciplinar, en la que la atención psicológica cobra especial relevancia. Además, coinciden en que el abuso sexual infantil es clave para entender vulnerabilidades. Aperfosa ha realizado un estudio en el que han detectado que la mayoría de jóvenes abusadas «nunca lo habían contado a nadie» por culpa, verguenza o trauma y por «la dificultad que tiene la población joven para poder identificar esos factores de riesgo». Es una situación -asegura Eileen Calles- que tiene un impacto profundo en la salud.

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