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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/11/2025 18:59
La transformación digital redefine cómo se enseña y aprende anatomía en las facultades de medicina mediante recursos tecnológicos que desafían los métodos tradicionales (Surglasses) La enseñanza de anatomía en las escuelas de medicina experimenta una transformación radical gracias al auge de los cadáveres digitales, la realidad virtual y la inteligencia artificial aplicada a la educación médica. Estos recursos modifican la forma en que los futuros médicos exploran el cuerpo humano, una tendencia que, según Smithsonian Magazine, ya permitió a varias instituciones reemplazar la disección tradicional de cuerpos reales. Universidades como Jacksonville University, Yale, Universidad de Nueva York y Case Western Reserve utilizan mesas digitales de anatomía, dispositivos de realidad aumentada y programas de inteligencia artificial para ofrecer experiencias educativas innovadoras. Empresas como Anatomage, Surglasses y Toltech crearon plataformas que permiten acceder a reconstrucciones digitales detalladas mediante pantallas táctiles o visores de realidad virtual. Sandra Brown, profesora de terapia ocupacional en Jacksonville University, basa sus clases introductorias en cadáveres digitales: “En cierto modo, la disección cobra vida. Es una forma muy visual de aprender y a los estudiantes les encanta”, afirmó, según Smithsonian Magazine. Simulaciones en tres dimensiones permiten acceder a zonas del cuerpo humano antes inaccesibles, facilitando la exploración anatómica desde nuevos ángulos (Imagen Ilustrativa Infobae) Gracias a estas tecnologías, los estudiantes pueden manipular órganos, girar cerebros y explorar cavidades anatómicas complejas sin las limitaciones físicas de los cuerpos reales. Brown señala que sus alumnos logran “tener el cerebro al revés y observarlo desde abajo”, algo imposible con un cadáver tradicional debido a su fragilidad. Además, los errores pueden corregirse con facilidad: “Si cometen un error o no encuentran algo, pueden reiniciar y deshacerlo”, explicó la docente. El desarrollo digital también incluye herramientas como la Asclepius AI Table, de Surglasses, que suma asistentes virtuales capaces de responder a comandos de voz, mostrar imágenes relevantes y evaluar el aprendizaje. Saeed Juggan, asistente de docencia en la Facultad de Medicina de Yale, admite el valor de estos recursos, aunque advierte sobre los límites de la inteligencia artificial: “¿Qué pasa si los estudiantes hacen una pregunta que esos recursos no pueden responder?”. La experiencia inmersiva y sus límites La realidad virtual y aumentada proporciona una dimensión inmersiva a la enseñanza anatómica. Kristen Ramirez, instructora e investigadora en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, desarrolló un programa que permite a los estudiantes “estar dentro de un corazón humano” y observar el recorrido de los glóbulos rojos. Las nuevas generaciones valoran la flexibilidad y seguridad que ofrecen las plataformas digitales para el estudio y la práctica médica (Captura de pantalla/University of Wisconsin-Eau Claire) En regiones anatómicas difíciles de visualizar, como la fosa pterigopalatina, la realidad virtual resulta insustituible, ya que antes solo se accedía mediante la destrucción parcial de un cráneo donado. “La experiencia inmersiva es la mejor manera de entenderlas”, indicó Ramirez a Smithsonian Magazine. Cadáveres digitales y realidad virtual ofrecen ventajas pedagógicas como la posibilidad de repetir procedimientos, la seguridad, la accesibilidad y la adaptación a diferentes estilos de aprendizaje. Alumnos pueden interactuar con modelos tridimensionales, crear videos de sus prácticas y acceder a estos recursos desde cualquier dispositivo. Ezra Feder, estudiante en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, afirmó que se sentiría “más cómodo aprendiendo con un cadáver digital que con uno real de carne y hueso”. Sin embargo, la digitalización no está libre de críticas. William Stewart, profesor asociado de cirugía en Yale, sostiene que la experiencia sensorial y emocional de la disección real es insustituible: “El aprendizaje es la suma de todos los sentidos. Cuantos más sentidos se eliminan, menos se aprende”, enfatizó Stewart en Smithsonian Magazine. El contacto físico con el tejido, el olor y la camaradería alrededor de la mesa de disección favorecen una comprensión más profunda y duradera, y la formación quirúrgica requiere memoria muscular y destrezas táctiles solo adquiridas con cuerpos reales, aduce el experto. La tecnología sumerge al alumno dentro de órganos y sistemas, aunque persisten retos en la adquisición de habilidades sensoriales y destrezas prácticas (Universidad San Jorge) Desafíos éticos, integración y futuro de la anatomía médica La disección tradicional también tiene un componente ético y emocional relevante. Estudiantes participan en ceremonias para honrar a los donantes y aprenden a tratar los cuerpos con respeto. Jai Khurana, del programa conjunto Harvard-MIT, relató que él y sus pares dedican horas extra en el laboratorio para aprovechar cada oportunidad de formación. Sin embargo, la exposición a la muerte puede resultar abrumadora, y los modelos digitales ofrecen una alternativa más segura y cómoda. El uso de cuerpos reales estuvo históricamente rodeado de controversias éticas y legales: desde el robo de tumbas en los siglos XVIII y XIX hasta la utilización de restos no reclamados. En la actualidad, la falta de regulación federal en Estados Unidos dio lugar a casos de mal manejo y venta ilegal de restos. Smithsonian Magazine destaca que la tecnología digital podría reducir la demanda de cuerpos reales, disminuir los costos y evitar dilemas éticos, ya que los cadáveres digitales pueden reutilizarse de manera indefinida y no requieren infraestructuras complejas de conservación. El avance digital plantea interrogantes sobre la regulación, el respeto a los donantes y el equilibrio entre innovación y tradición en la formación médica (Captura de pantalla/University of Wisconsin-Eau Claire) Pese al avance tecnológico, la integración total de la digitalización en la enseñanza anatómica presenta desafíos. La experiencia táctil sigue siendo indispensable para la formación de cirujanos, y la transición a modelos sintéticos y digitales plantea preguntas sobre la calidad del aprendizaje. Brown estima que el laboratorio ideal combinaría disección real, modelos sintéticos y tecnología digital, aunque las limitaciones presupuestarias condicionan la implementación completa. El futuro de la enseñanza anatómica apunta a la coexistencia de métodos. Las cirugías asistidas por robots y los avances en modelos sintéticos, fabricados con materiales de textura similar a la humana, anticipan una mayor integración tecnológica. Ramirez equipara la cirugía laparoscópica a “jugar a un videojuego”, donde el cirujano opera guiado por imágenes en pantalla. Así, la formación médica se adapta a un entorno cada vez más digital, sin perder la importancia del aprendizaje práctico y ético. La evolución de la enseñanza de la anatomía busca un equilibrio entre la innovación tecnológica y la experiencia humana, con el objetivo de que los médicos puedan salvar más vidas y prolongar la salud de sus pacientes, concluyó Smithsonian Magazine.
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