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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/11/2025 06:31
Tatiana Schlossberg, hija de Caroline Kennedy y Edwin Schlossberg, pronuncia un discurso durante los premios John F. Kennedy Profile del año 2023. (AP Foto/Steven Senne, Archivo) La noticia ha sacudido a Estados Unidos y, en particular, al universo Kennedy, un linaje marcado por tragedias que parecen repetirse generación tras generación. Tatiana Schlossberg, periodista ambiental, y nieta de Jackie y John F. Kennedy, ha revelado que padece leucemia terminal con tan solo 35 años. Lo ha hecho en un desgarrador ensayo publicado en The New Yorker bajo el título ‘Una batalla con mi sangre’, donde narra con crudeza el proceso que la ha llevado a asumir su diagnóstico y el miedo que más la atormenta: que sus hijos sean demasiado pequeños para recordarla. “No sé si mi hija recordará cuando me haya ido que soy su madre”, escribe. El impacto del relato es aún mayor al conocer el momento en que todo comenzó. El 25 de mayo de 2024, Schlossberg dio a luz a su segunda hija en el hospital Columbia-Presbyterian de Nueva York. Lo que debía ser un día de plenitud se convirtió en una jornada de incertidumbre cuando los médicos detectaron un recuento de glóbulos blancos extremadamente alto: 131.000 por microlitro, frente a los 4.000-11.000 habituales. Al principio se pensó en una posible reacción fisiológica al parto, pero las pruebas disiparon cualquier esperanza. El diagnóstico final fue leucemia mieloide aguda con Inversión 3, una mutación poco común y especialmente infrecuente en personas jóvenes. Tatiana Schlossberg junto a sus padres y su hermano en una imagen de archivo. (REUTERS/Brian Snyder) “No podía creer que estuvieran hablando de mí”, recuerda en el ensayo. Hasta el día anterior, Schlossberg había llevado un embarazo activo: había nadado 1,6 kilómetros estando de nueve meses y solía correr entre ocho y dieciséis kilómetros por Central Park. Su vida, marcada por el deporte, el periodismo y la defensa del medio ambiente, se vio interrumpida de forma abrupta por una enfermedad agresiva que ha limitado de manera drástica sus opciones de tratamiento. Una vida que se reorganiza alrededor del miedo y del amor En su ensayo, Tatiana expone con honestidad cómo la enfermedad ha redefinido su existencia. El hospital se convirtió de inmediato en un segundo hogar; su día a día, antes marcado por la escritura y el activismo ambiental, se transformó en una sucesión de tratamientos, incertidumbres y regresos a casa llenos de preguntas sin respuesta. Pero, por encima de todo, el diagnóstico cambió su manera de mirar a sus hijos. Sus reflexiones están atravesadas por un amor feroz y por la angustia de no saber cuánto tiempo podrá acompañarlos. Su mayor temor es que la vida, en su correr implacable, les arrebate la memoria de su madre. La maternidad, en este nuevo contexto, se convierte en una carrera contra el reloj. Tatiana intenta aferrarse a los gestos mínimos que antes pasaban inadvertidos: una palabra mal pronunciada, un paso torpe, un abrazo. Cada instante se registra con la intensidad de quien sabe que lo cotidiano puede convertirse en despedida. La Junta de Andalucía ha empezado este jueves a llamar a 2.000 mujeres en toda la Comunidad que se han hecho mamografías dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama tras constatar que ha habido "errores de comunicación" en el caso de pacientes que han sufrido retrasos en las pruebas complementarias que se les solicitaron al contar con mamografías dudosas de posibles tumores. (Fuente: Europa Press / Junta de Andalucía / EBS) El ensayo culmina en una colección de imágenes íntimas, un intento de inmortalizar escenas que se le escapan, pero que quiere retener mientras pueda. Recuerdos que ya se vuelven tesoros. Su hijo intentando decir Ana Karenina. Su hija caminando por la casa con unas botas amarillas y un collar de perlas falsas. Las risas, las carreras, las canciones que llenan las habitaciones y que ella quiere atrapar, como si con ello también pudiera retener el tiempo.
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