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La Paz » Politica con vos
Fecha: 24/11/2025 01:24
El posteo de Daniel Rossi volvió a sacudir un peronismo entrerriano que insiste en mirar para otro lado mientras repite los mismos gestos que lo llevaron a la derrota. Una foto, un mensaje y una verdad que ya no se puede ocultar: la renovación no llega porque los de siempre no quieren soltar el timón. Por Roberto García El grito que sale del territorio “Si esa es la foto para el 2027, si no nos echan nos vamos solos. Basta de los mismos que fundieron la provincia.” Con esa frase, el intendente de Santa Elena y congresal provincial del PJ, Daniel Rossi, volvió a decir lo que muchos piensan y pocos se animan a poner en palabras. No es solo malestar. No es solo ruido. Es un límite político. Es hacer como si nada hubiese pasado no es una estrategia, es una condena a repetir el fracaso. Rossi habla desde un lugar que la dirigencia a veces subestima. Lo hace desde el territorio y con un fuerte respaldo en votos que lo han convertido en una de las figuras políticas que más veces fue llevada al triunfo en las urnas por en su comunidad (datos), pero sobre todo lo hace sintiendo el acompañamiento de «la calle» en sus reclamos. Se manifiesta a partir del contacto real y diario con los votantes que el peronismo perdió cuando dejó de escucharlos. La foto que representa un pasado que el PJ no puede seguir cargando La imagen que acompañó el posteo —sin necesidad de identificar a nadie— muestra algo más profundo que un grupo de dirigentes posando: exhibe una concepción rancia del poder, una idea de partido que se mira al espejo y se felicita, aun cuando la sociedad ya les dio la espalda. Se trata de un armado político asociado a los liderazgos del exgobernador Gustavo Bordet y de la intendenta de Paraná, Rosario Romero, quienes hoy aparecen, para bien o para mal, como los principales arquitectos del presente y del futuro institucional del PJ entrerriano. Una arquitectura, claro está, construida sobre los mismos cimientos que derrumbaron al peronismo en las últimas elecciones. La crisis es política, pero también moral Cuando Rossi dice “basta de los mismos que fundieron la provincia”, no habla solo de gestión económica. Habla de una forma de conducción, de un estilo agotado, de una élite partidaria que perdió el olfato político y que hoy pretende rediseñar el 2027 sin hacer una revisión mínima de sus errores. El mensaje no es contra una persona. Es contra un sistema de autojustificación permanente, donde los responsables del declive son los mismos que hoy se presentan como salvadores. La amenaza de ruptura como síntoma de algo más profundo El “si no nos echan, nos vamos solos” no es una frase al pasar. Es un síntoma de un proceso de ruptura que ya comenzó. Rossi expone lo que ocurre en silencio en varios municipios: intendentes, dirigentes locales y militancia activa que no se siente convocada por estos intentos de reagrupamiento encabezados por quienes perdieron legitimidad. El peronismo entrerriano está ante una disyuntiva histórica de abrir la puerta a una renovación real, o termina siendo una franquicia del pasado. 2027 no se construye con fotos: se construye con credibilidad La reconstrucción no puede basarse en un armado que apela a los mismos nombres, los mismos diagnósticos y las mismas recetas. No puede pretender entusiasmar con una postal que simboliza justamente lo que la sociedad rechazó. La fotografía que generó la reacción de Rossi no es el problema en sí. El problema es lo que representa: una dirigencia que se mira a sí misma y cree que eso basta. El peronismo debe elegir entre sincerarse o seguir perdiendo El mensaje de Daniel Rossi es, en el fondo, una advertencia que muchos dirigentes deberían escuchar sin hacerse los distraídos: si el PJ sigue girando alrededor de la misma mesa chica, terminará siendo irrelevante. Porque no hay reconstrucción posible cuando quienes conducen son los mismos que generaron el derrumbe. La interna está abierta…y esta vez, el silencio ya no protege a nadie.
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