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  • La historia de un laboratorio de agricultura a cielo abierto

    » Elterritorio

    Fecha: 23/11/2025 17:22

    En Misiones se hicieron múltiples experimentos en las chacras. Algunos cultivos resistieron, otros desaparecieron domingo 23 de noviembre de 2025 | 6:05hs. La sanción de la ley que impulsa las chacras multiproductivas, integrando cultivos de suelo con sistemas hidropónicos, marca un nuevo capítulo en la incesante búsqueda de la vocación agrícola de Misiones. Esta iniciativa, vigente desde septiembre, se apoya en una historia de experimentación, éxitos, crisis y desafíos que definen el paisaje de la tierra colorada. A lo largo de las décadas, los productores misioneros han ensayado con una diversidad de cultivos, muchos de los cuales desaparecieron o se mantienen hoy a pequeña escala, casi como un acto de resistencia cultural. La economía provincial, tradicionalmente anclada en la yerba mate, el té, el tabaco, la madera y los cítricos, esconde una lista de pioneros que buscaron adaptar productos foráneos al clima subtropical. Dos de los principales motores económicos, la yerba mate y el té, representan casos emblemáticos de recuperación. Ambos productos atravesaron etapas de profunda crisis -la yerba llevó a la opción de la plantación de pinos, y el té se vio afectado por la competencia internacional y la falta de apoyo-, pero lograron revertir la situación. Hoy, los productores transitan por otra etapa de crisis producto de la desregulación del sector dispuesta por el gobierno nacional. A ellos se suma la mandioca, área donde Misiones se destaca como la principal productora del país. Otro producto con histórica presencia desde hace medio siglo es la citronela, con presencia en El Soberbio. Cultivos experimentales El listado de lo que se intentó es extenso y abarca desde el yute (una planta textil) hasta el girasol, el arroz y experiencias acotadas en café y nuez pecán. Un caso notorio fue el del árbol de tung, originario de China. Entre 1943 y 1944 ya ocupaba 10.305 hectáreas y rápidamente superaría las 41 mil hectáreas. Fue un cultivo de gran importancia hasta la década de 1970, cuando la competencia de otros aceites vegetales y la falta de inversión redujeron su producción drásticamente hasta su virtual desaparición. También hubo fracasos logísticos con productos que hoy tienen gran valor. En la década de 1950, un intento de llevar paltas misioneras al Mercado Central resultó en un primer envío exitoso. No obstante, la rápida maduración del producto y problemas logísticos impidieron la continuidad del negocio. Hoy, la palta vuelve a ser producida porque es altamente apreciada en el mercado local y nacional. El algodón y el picudo La historia del algodón en Misiones es una crónica de auge y debacle forzada. La fibra textil, cuya calidad prometía competir con las mejores cuencas del país, fue un pilar económico desde la era jesuítica y posjesuítica. La actividad resurgió con minifundistas en las décadas de 1970 y 1980. Sin embargo, la amenaza biológica detuvo el progreso. En 1993, el temido picudo algodonero fue detectado en Iguazú. El Instituto Argentino de Sanidad y Calidad Vegetal (hoy Senasa) emitió la resolución 95 que declaró al picudo como plaga de la agricultura y, finalmente, recomendó la erradicación de las plantas en 1996. El objetivo era evitar su propagación a la principal cuenca algodonera del país, en Chaco y Santiago del Estero. Un nuevo intento de reactivación en 2005, impulsado por el Ministerio del Agro, buscó establecer una cuenca algodonera con variedades mejoradas como la guazuncho, involucrando a unos 150 productores. Pese a la altísima calidad de la fibra misionera, cosechada manualmente, la falta de desmotadoras locales y el riesgo latente del picudo truncaron la actividad tras dos campañas. La soja La soja también tiene sus raíces en la tierra colorada. Introducida desde Brasil en la década de 1960, Misiones fue el núcleo sojero de Argentina hasta inicios de los años 70. Entre 1943 y 1944, el cultivo ya promediaba las 560 hectáreas. Para 1973, alcanzó su mayor expansión con 44.000 hectáreas sembradas, destacándose en departamentos como Cainguás y Puerto Iguazú. Sin embargo, a partir de 1990, la producción descendió. Factores como la necesidad de técnicas para la topografía del suelo misionero, la escasez de grandes superficies, la alta pluviometría, la prevalencia de plagas y, sobre todo, la distancia a los puertos para exportación hicieron que la soja encontrara su esplendor en la Pampa Húmeda. Valor agregado A pesar de los desafíos históricos, el potencial de Misiones sigue siendo reconocido. Un estudio que había realizado la Cepal, destacó las condiciones subtropicales únicas de la provincia para la producción de frutos de alto valor. Se planteó que el entorno es el ideal para palta, mamón, banano, ananá, mango, guayabo, maracuyá y arándano, productos que, al igual que la resistente uva, señalan el camino hacia la diversificación. La nueva ley de chacras multiproductivas busca capitalizar esta riqueza, fomentando unidades productivas integrales y sostenibles, para que la tierra colorada continúe siendo un laboratorio de agricultura en constante evolución. Compartí esta nota:

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