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Parana » NSA
Fecha: 23/11/2025 01:10
El Granate es campeón de la Sudamericana, en gran medida, gracias a un aquero que tuvo una actuación consagratoria. Y que le permitió a un histórico como Acosta respirar después del penal que no pudo concretar cuando tenía la posibilidad de rematar la serie. La historia no podía ser tan injusta con el Laucha, símbolo histórico del club que, a los 37 años, cumplió otro sueño. Ya desde un rol menos protagónico, aunque con un aporte clave a partir del liderazgo que ejerce en el vestuario. Las lágrimas brotan en ese abrazo del final. Se derraman sobre el manto granate. Ahí, debajo de Salvio, Izquierdoz y Acosta, se encuentra el héroe. El hombre que acaba de inscribir su nombre en las páginas más gloriosas de la historia de un club de barrio que hace rato se acostumbró a las grandes gestas, a trascender fronteras, a sentarse en la mesa para discutir con la alcurnia del fútbol sudamericano. Losada, el arquero que llegó desde Belgrano, está sumergido en una marea humana que le agradece por las tres atajadas fundamentales que tuvo en el primer tiempo, por la tremenda tapada a Biel en el alargue y por los penales que les atajó a Hulk, Biel y Vitor Hugo en la tanda. El Granate es campeón de la Sudamericana, en gran medida, gracias a un aquero que tuvo una actuación consagratoria. Y que le permitió a un histórico como Acosta respirar después del penal que no pudo concretar cuando tenía la posibilidad de rematar la serie. La historia no podía ser tan injusta con el Laucha, símbolo histórico del club que, a los 37 años, cumplió otro sueño. Ya desde un rol menos protagónico, aunque con un aporte clave a partir del liderazgo que ejerce en el vestuario. La emoción se esparce por las tribunas. Valió la pena el esfuerzo para vivir un momento inolvidable, que quedará grabado a fuego en la memoria eterna. Un barrio entero recorrió, por aire y por tierra, los 1.318 kilómetros que separan a Lanús de Asunción. Algunos viajaron más cómodos en vuelos chárter. Otros formaron parte de una histórica caravana de 60 micros, una procesión de alrededor de 20 horas, impulsada por la esperanza. Y vaya si supo alimentar la ilusión este equipo. Un conjunto que dejó en el camino a un Central Córdoba que venía de bajar de la Libertadores y de ser campeón de la Copa Argentina el año pasado. Un equipo que se forjó y se fortaleció con el correr de la competencia. Que robusteció la ilusión a cada paso. Que supo poner de rodillas al Fluminense en el Maracaná, que bajó a un grande como Universidad de Chile y que no se amedrentó ante el poderoso Atlético Mineiro de Sampaoli. Lanús le ganó a Atlético Mineiro en los penales y es el campeón de la Copa Sudamericana 2025. (EFE) El Granate, club que supo conocer el barro del Ascenso, que hace menos de 50 años estaba en la Primera C y que en 1979 tenía apenas 2.000 socios, experimentó un crecimiento exponencial que hoy se ve reflejado en un presente de ensueño. Lleva casi 34 años ininterrumpidos en Primera y se transformó en el mejor representante argentino a nivel internacional después de Boca y River en lo que va del siglo XXI. Así lo demuestran las estadísticas: en 2013 fue campeón de la Sudamericana tras vencer en la final a Ponte Preta, en 2017 llegó a la final de la Libertadores con Gremio, en 2021 perdió la Sudamericana en el duelo decisivo ante Defensa y el año pasado alcanzó la semifinal de ese mismo certamen continental, en la que perdió con Cruzeiro. Había sed de revancha por las últimas finales perdidas. Y también por el hecho de Atlético Mineiro fue el rival contra el que había perdido la Recopa en 2014. EL MEDALLERO Premio MARADONA Nahuel Losada Cuatro atajadas clave en el partido y tres penales tapados. Genio. Premio CHENEMIGO Hulk Fue absorbido por la marca de Izquierdoz y Canale. Falló su penal. Premio GHANDI Carlos Izquierdoz Abrazó y consoló al Laucha Acosta luego del penal que falló en la tanda. Premio TERMINATOR Alan Franco Castillo se le escapaba y lo barrió con todo desde atrás. Vio la amarilla. El equipo pragmático esculpido por Pellegrino planteó un partido inteligente ante un adversario de peso como el Galo, que cuenta con una billetera pesada. Un duelo que fue cerrado, que se presentó como una batalla táctica en la que Losada fue una muralla al igual que los zagueros, Izuierdoz y Canale, y los volantes, Medina y Cardozo. Salvio Moreno, Carrera y Castillo no brillaron tanto arriba porque tuvieron que ponerse la ropa de fajina y ser muy aplicados tácticamente. Pero todos entendieron su rol en un conjunto solidario que se entregó por completo. Lanús, un club ordenado que creció exponencialmente en lo social, que es mucho más que fútbol y que se convirtió en el corazón de un barrio, movilizó y emocionó hasta las lágrimas a una ciudad entera. Esa semilla que se plantó con la Conmebol 1996 germinó con dos Sudamericanas. Alguna vez, toda una generación de padres y abuelos podrá contarles a sus hijos y nietos que, en una calurosa y húmeda tarde de noviembre, todas las esquinas de Asunción fueron Cabrero y Guidi. Que el Defensores de Chaco se tiñó de granate. “Lanús, siempre Lanús, inigualable y divino es tu color. Y ostentas por tu virtud, omnipotente tu color de norte a sud”, reza el himno del club. De un club que en un pasado fue un humilde pibe de barrio que un día se animó a hacer costumbre esa locura de salir a conquistar un continente entero. Fuente: ESPN
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