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  • La Justicia brasileña aseguró que Jair Bolsonaro intentó romper su tobillera electrónica para fugarse

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/11/2025 10:32

    El juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes (AP Foto/Eraldo Peres) El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien este sábado fue detenido preventivamente, intentó romper la tobillera electrónica que fiscalizaba sus movimientos para fugarse durante una manifestación convocada frente a su casa por uno de sus hijos, según afirmó la Corte Suprema. El líder ultraderechista, condenado a 27 años de cárcel por golpismo y quien ya se encontraba en prisión domiciliaria desde agosto, fue arrestado y conducido a instancias policiales para “garantizar el orden público”, según justificó el Supremo en su decisión. De acuerdo con la orden de prisión, las autoridades detectaron una “violación del equipamiento de monitoreo electrónico” que llevaba el ex mandatario a las 00:08 hora local (03:08 GMT) de este sábado. “La información confirma la intención del condenado de romper la tobillera electrónica para asegurar el éxito de su fuga, facilitada por la confusión causada por la manifestación convocada por su hijo”, dice el auto del juez Alexandre de Moraes, relator del proceso. El magistrado recuerda que otros aliados del ex jefe de Estado (2019-2022) condenados o procesados por prácticas golpistas huyeron del país recientemente, entre ellos su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro y el ex jefe de los servicios de Inteligencia Alexandre Ramagem. Jair Bolsonaro mostrando la tobillera en julio pasado (REUTERS/Adriano Machado/Archivo) Este último salió de Brasil de manera clandestina por el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, y puso rumbo a Estados Unidos. La orden de prisión preventiva responde a una petición de la Policía Federal después de que otro de los hijos del ex presidente, el senador Flávio Bolsonaro, convocara una “vigilia” frente a la casa de su padre, quien viene arrastrando diversos problemas de salud. Para De Moraes, esa protesta tenía la finalidad de obstruir la fiscalización de la prisión domiciliaria a la que estaba sometido Bolsonaro desde el pasado 4 de agosto por incumplir una serie de medidas cautelares en el marco del proceso por golpismo. A su juicio, “la supuesta vigilia” ponía “en riesgo el orden público y la efectividad de la ley penal”. “El tumulto provocado por la reunión ilícita de partidarios del acusado condenado tiene una alta probabilidad de poner en riesgo la prisión domiciliaria impuesta y la efectividad de las medidas cautelares, facilitando un eventual intento de fuga del acusado”, añadió. El pasado 11 de septiembre, Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por el Supremo por “liderar” una trama golpista para “perpetuarse en el poder”, tras perder las elecciones de 2022 frente al actual gobernante, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva. No obstante, la prisión preventiva de este sábado no se trata del inicio de la ejecución de la pena, lo que se esperaba para las próximas semanas, tras el rechazo por parte del Supremo de los primeros recursos de apelación contra la sentencia. El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro (REUTERS/Diego Herculano/Archivo) La condena Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de prisión por haber tratado de dar un golpe de Estado contra Lula da Silva en 2022, según dictaminó la primera sala del Supremo Tribunal. Por 4 votos a 1, cinco jueces decidieron sentenciar al líder de la derecha y ultraderecha de Brasil, acusado de haber liderado una organización criminal armada para aferrarse al poder tras perder las elecciones en 2022 contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Con esta mayoría de 4 a 1, Bolsonaro no pudo apelar la sentencia ante el pleno del Supremo. Junto a Bolsonaro, fueron condenados Alexandre Ramagem, ex director de la Agencia Brasileña de Inteligencia (16 años de prisión); Almir Garnier, ex comandante de la Marina (24 años de prisión); Anderson Torres, ex ministro de Justicia y ex secretario de Seguridad del Distrito Federal (24 años de prisión); Augusto Heleno, ex ministro de la Oficina de Seguridad Institucional (21 años de prisión); Mauro Cid, ex asesor presidencial y denunciante del intento de golpe de Estado; Paulo Sérgio Nogueira, ex ministro de Defensa (19 años de prisión); y Walter Souza Braga Netto, ex jefe del Estado Mayor (26 años de prisión). El voto definitivo fue dictado por el presidente de la Primera Sala, Cristiano Zanin, antiguo abogado del actual mandatario Lula da Silva, contra quien Bolsonaro conspiró tras perder las elecciones de 2022, según las conclusiones del tribunal. La mayoría la completaron Alexandre de Moraes, Cármen Lúcia y Flávio Dino. En tanto, Luiz Fux votó en contra de que el STF llevara adelante el proceso. Por 4 votos a 1, cinco jueces decidieron sentenciar a Jair Bolsonaro (REUTERS/Adriano Machado) “Las pruebas permiten concluir que los acusados pretendían romper el estado democrático de derecho”, dijo Zanin en su voto, que dejó una mayoría de cuatro a uno la condena de Bolsonaro y otros siete reos. En el caso de Bolsonaro, la acusación formulada por la Fiscalía General contempla un agravante, pues lo considera “jefe” de la “organización criminal” que intentó impedir la toma de posesión de Lula. Según la acusación formulada por la Fiscalía General y aceptada por cuatro de los cinco jueces, la conspiración comenzó en junio de 2021, poco más de un año antes de las elecciones y cuando Lula comenzaba a despuntar en las encuestas. La trama fue desarrollada en diversas fases y comenzó con una dura campaña de descrédito contra las instituciones y el sistema electoral del país dirigida por el propio Bolsonaro, de acuerdo a la acusación. La conspiración pasó de las palabras a los hechos después de que Lula ganó las elecciones de octubre de 2022, con intensas protestas, atentados frustrados por la Policía y campamentos en las puertas de los cuarteles en los que miles de bolsonaristas exigían al Ejército que impidiera la investidura de Lula. El líder progresista asumió el poder finalmente el 1 de enero de 2023 y, una semana después, miles de activistas de ultraderecha salieron de uno de esos campamentos en Brasilia para asaltar con violencia las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la propia Corte Suprema. De acuerdo a la Fiscalía, esa acción fue el corolario de una trama golpista que, según la acusación, fue “liderada” y dirigida personalmente por Bolsonaro, con el objetivo de “perpetuarse en el poder” e instalar “una dictadura” en Brasil.

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