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» Infodia
Fecha: 20/11/2025 17:22
Con un marco legal de máxima protección y un esquema de acciones integrales que abarcan desde la prevención en rutas hasta la intervención judicial, Misiones consolida su política de Estado en favor de la protección ambiental, con una de las estrategias más fuertes de América para evitar la extinción del yaguareté y otros monumentos naturales protegidos. El yaguareté, monumento natural provincial y nacional y emblema de la biodiversidad local, camina la espesura verde de la selva y se convierte en un termómetro de salud. Esta provincia, que protege el 52 por ciento de la biodiversidad de todo el país, despliega una batería de medidas que integra la ciencia, la gestión territorial y la firmeza legal en una lucha constante contra la extinción. Desde hace décadas, Misiones tiene clara la protección de su flora y su fauna y las acciones para la supervivencia del yaguareté, entre otras especies. La hoja de ruta está en Ley Provincial XVI -Nº 22 que declara Monumento Natural Provincial y le confiere, a este felino, protección absoluta. Este estatus se refuerza con la Ley XVI -Nº 11 de Conservación de la Fauna Silvestre, que prohíbe de forma terminante su caza bajo severas sanciones: multas que equivalen a cien sueldos mínimos, además del decomiso de elementos utilizados en la infracción y clausura de locales. Asimismo, para acompañar los nuevos tiempos, un decreto reciente, el 2098/24, marca un punto de inflexión. Ordena a la Fiscalía de Estado que actúe de oficio en todos los casos que comprometan la conservación de la especie, con la instrucción de iniciar demandas, denuncias y constituirse como querellante ante la caza, la muerte no natural -incluidos atropellamientos-, la tenencia ilegal, la comercialización de ejemplares o sus partes, y cualquier otro delito tipificado. La norma transforma la protección en una acción judicial proactiva. La ley cobra vida en el territorio a través de un trabajo silencioso y persistente. Uno de los frentes más críticos son las rutas. La campaña “Yo freno por la fauna”, junto con carteles, radares y controles, busca reducir la velocidad en los corredores biológicos donde el riesgo de atropellamiento es alto. Esta iniciativa es solo la parte visible de un sistema que incluye análisis de tramos críticos, instalación de vallas y protocolos de rescate. En las zonas rurales, donde el conflicto con la ganadería puede surgir, Misiones implementa un mecanismo pionero. A través de un trabajo conjunto con el Ministerio del Agro, se ofrece compensación y acompañamiento técnico a los productores. El objetivo busca evitar represalias contra el felino y promover prácticas de manejo que disuadan los ataques, construyendo un puente entre la producción y la conservación. Este esfuerzo se sostiene sobre una red humana compuesta por guardaparques, técnicos del Instituto Misionero de Biodiversidad y organizaciones como el Proyecto Yaguareté. Su labor es intensa, desde el monitoreo con cámaras trampa y collares satelitales, generan datos vitales para entender los movimientos de esta especie, identificar corredores y priorizar áreas de intervención. Cuando un ejemplar se aventura cerca de zonas pobladas, se activa un protocolo de acción rápida. Un equipo especializado -con personal del Ministerio de Ecología, la Policía con su Dirección de Medio Ambiente y ONGs- se moviliza para capturar, evaluar y reubicar al animal, siempre con prioridad en su bienestar. Estas acciones se complementan con campañas de tenencia responsable de mascotas para minimizar encuentros conflictivos. La conservación del yaguareté en Misiones es un trabajo conjunto y complejo. Cada eslabón -la señalética en una ruta, el diálogo con un productor, el rastreo de una huella, una denuncia judicial- es indispensable. No es una tarea de un día, sino una política de Estado que entiende que la sombra del yaguareté, proyectándose sobre el monte misionero, es la prueba viviente de un ecosistema que aún late con fuerza. Su futuro depende de que este entramado de esfuerzos se mantenga, se fortalezca y no ceda. En Misiones, la protección del yaguareté no es un gesto simbólico, sino un compromiso sostenido que atraviesa leyes, ciencia, territorio y comunidad. La Provincia consolida una política ambiental que combina prevención, control, justicia y convivencia, entendiendo que la supervivencia del felino más emblemático del país refleja la salud de todo el monte. Mantener viva su presencia es garantizar que Misiones siga siendo un bastión de biodiversidad, donde cada acción suma para que el yaguareté continúe caminando la selva que lo vio nacer.
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