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  • Crimen de Roberto Wolfenson: condenaron a prisión perpetua a la empleada doméstica

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/11/2025 16:34

    (Facebook) El Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro condenó este jueves a la pena de prisión perpetua a Rosalía Paniagua, la empleada doméstica acusada de asesinar al empresario Roberto Wolfenson en su casa del country de Pilar La Delfina. El veredicto se dio a conocer en el marco del juicio que comenzó el 3 de noviembre de este año. En la tercera audiencia, se produjo un quiebre para la causa: la mujer y única imputada del hecho confesó el crimen. Rosalía Paniagua llegó al debate oral acusada de “robo calificado por el uso de arma en forma impropia en concurso real con homicidio criminis causa”. Durante la audiencia celebrada el 5 de noviembre, admitió su responsabilidad: “Se me fue todo de las manos”, expresó ante el tribunal, tras alegar que todo habría ocurrido porque su ex empleador la habría encontrado mientras robaba un celular en la propiedad. Según su testimonio, Wolfenson la amenazó con denunciarla, lo que desencadenó una violenta confrontación. La imputada describió que primero le propinó un cabezazo, luego lo derribó al suelo, le asestó una patada en el pecho y, finalmente, utilizó un colgante para asfixiarlo. Crimen del country de Pilar: los videos que comprometen a la empleada doméstica En su declaración, Paniagua intentó justificar el robo del celular alegando que la esposa de Wolfenson se lo había solicitado “para ver en qué andaba”, según sus palabras. Sin embargo, fuentes del caso consultadas por Infobae aseguraron que “todos creen que eso en particular es mentira”, desestimando esa parte de su relato. El escenario de la lucha y el posterior crimen fue la habitación de huéspedes de la vivienda. Previo a esto, el hecho habría sido probado por medio de los resultados de la autopsia practicada al cuerpo del empresario. Esos informes revelaron la presencia de ADN de Paniagua bajo las uñas de la víctima, un dato que reforzó la hipótesis de un forcejeo. De la misma manera, la perito criminalística Débora Paula Albornoz aportó un elemento clave al expediente: “No existen indicios de la participación de un coimputado o una tercera persona, además del Sr. Wolfenson y la Sra. Paniagua”. “Entiendo que hubo lucha, ya que los cabellos que se recolectaron en el lugar del hecho son cabellos que se desprendieron por una lucha o forcejeo”, reconstruyó la especialista, para luego precisar que “no son compatibles con el desprendimiento normal o natural de una caída de cabello”. Durante la investigación, encabezada por el fiscal Germán Camafreita, se determinó que Paniagua habría aprovechado su acceso como empleada doméstica para sustraer dinero y objetos de valor de la vivienda. Entre los bienes robados se encontraban un teléfono celular, un parlante bluetooth, un cuchillo de cocina, un candelabro de bronce tipo Menorah, varios guantes de limpieza, joyas de plata, una suma estimada en $900.000 y USD 300, todos hallados posteriormente en el domicilio de la acusada. La habitación en la que fue encontrado el empresario Otro de los detalles que la habían incriminado se relacionó a la falta de forcejeo en las cerraduras de la propiedad. Luego de que el profesor de piano de la víctima encontrara el cuerpo del ingeniero en la habitación, los investigadores constataron que la casa permanecía intacta. Esto fue un indicador de que el asesino era alguien conocido por la víctima. El día del crimen, las cámaras de seguridad del country registraron la salida de Paniagua en su horario habitual de trabajo, entre las 08:00 y las 13:00 horas, sin que se revisara su mochila. Posteriormente, las imágenes y los registros de geolocalización documentaron su traslado en colectivo hasta la estación de tren de Presidente Derqui. Incluso, el teléfono de Wolfenson dejó de emitir señal tras la salida de la empleada del barrio. Según consta en el expediente, “fue visto en poder de Paniagua en las cámaras de la estación de tren de Presidente Derqui, donde intentó manipularlo y finalmente extrajo el chip. El mismo aparato fue ofrecido a la venta por la pareja de la acusada, según declaró un vecino”. Además, el candelabro robado fue vendido en un local de compra de metales, cuyo propietario reconoció la pieza. La secuencia de pruebas materiales, testimonios y peritajes consolidó la acusación contra Rosalía Paniagua, quien permanece a la espera de conocer el veredicto. La mujer afrontó el proceso privada de la libertad, luego de que se ordenara su captura el 24 de marzo del año pasado.

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