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  • El sueño que un fanático de Charly García quiere hacer realidad: “Se merece el Premio Nobel de Literatura”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/11/2025 12:33

    Juan Albornoz, un cordobés de 63 años fanático de Charly García, le puso acción a su sueño y comenzó los arduos trámites para conseguir que el músico argentino sea elegido para el Premio Nobel de Literatura (Crédito: Maximiliano Vernazza) A los 13 años a Juan Albornoz le encantaban los Beatles. A esa edad todo cambió cuando la música de Sui Generis llegó a su vida y descubrió a Charly García. “Me voló la cabeza”, se sincera hoy a Teleshow a los 63 años sobre un sueño que lo desvela. “Es una ocurrencia mía personal por el afecto que yo le tengo“, afirma el cordobés que se dedica al negocio agroindustrial, y que ha iniciado una cruzada: postular al músico argentino para el Premio Nobel de Literatura, siguiendo los pasos del galardón rupturista que recibió Bob Dylan en 2016. “Estoy siguiéndolo hace mucho a Charly en su pluma, en la parte literaria”, confiesa con humildad y entusiasmo Albornoz quien entre sus pasiones, además del artista y el rugby, encontró en García inspiración para su otra faceta. “Yo escribo, todavía no publiqué nada, pero escribo”, afirma, con tres novelas en su haber, y movido por una admiración genuina hacia el creador de Yendo de la cama al living y Clics modernos. "He seguido a Charly desde hace mucho tiempo, leyendo sus letras y yo creo que ahí está la clave de su genialidad, más allá de que él como músico para mí es un Beethoven contemporáneo", asegura Juan Albornoz a Teleshow sobre su deseo de verlo a Charly García distinguido por la Academia Sueca que entrega el Nobel de Literatura “Me parece que es justo y es una buena oportunidad para nuestra cultura nominarlo a él. Ya hice todas las consultas, escribí a la embajada argentina en Suecia, escribí a la Cancillería, y tuve contacto también con la embajada sueca en Buenos Aires. He avanzado bastante”, sostiene, sobre su deseo de llevar hasta Estocolmo la postulación por la que ya cuenta con el apoyo de algunos de los reconocidos fotógrafos del rock que retrataron al intérprete de “Promesas sobre el bidet” y “Nos siguen pegando abajo” como Maximiliano Vernazza y Andy Cherniavsky. “Lo único que busco es poder darle esa caricia a Charly y que por lo menos esté postulado al Nobel de Literatura, independientemente de si se lo dan o no”, se sincera sobre su deseo. “Me voy a quedar tranquilo sabiendo que Charly está postulado para recibir esa distinción, porque me parece que es justo, absolutamente”, sostiene. Nobel para Charly, @Nobelparacharly, es el nombre, directo y sin rodeos, con el que el fanático de Mr. Say No More busca desde redes sociales como Instagram, TikTok y X, impulsar la iniciativa para todos aquellos que admiran la poética de García. Su amigo Chichilo Viale, parte de las celebridades cordobesas y del humor argentino, es uno de sus pilares para la propuesta. “Yo soy amigo de Chicho, y se ha puesto la causa al hombro y está fogoneándolo”, resaltó. Nobel para Charly, @Nobelparacharly, es el nombre, directo y sin rodeos, con el que el fanático de Mr. Say No More busca desde redes sociales como Instagram, TikTok y X, impulsar la iniciativa (Instagram/ Maximiliano Vernazza) -¿Cuál es tu relación con el ambiente musical o literario? —Yo no tengo nada que ver con el ambiente musical ni nada que se le parezca. Tengo un aprecio profundo por Charly y por su obra. Sí he analizado mucho sus letras y lo veo desde el lado de la parte literaria. Eso es lo que me motivó a hacer esto. -¿A qué te dedicás y cómo se combina esto con tu pasión por escribir? —Yo actualmente me dedico al negocio agroindustrial. Trabajo con Ariel Mammana, que es de Córdoba, que fue vicepresidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR), jugó en Los Pumas y trabajamos en ese rubro, pero muy poco en Argentina. Lo que a mí me gusta y me desvela es escribir. Tengo tres novelas escritas que todavía no he podido publicar. Una de ellas es una novela corta y otra es más extensa, tiene alrededor de mil cien páginas. He viajado mucho por el mundo por mi actividad, y dedico mucho tiempo a leer y mucho tiempo a escribir. "Me parece que es justo y es una buena oportunidad para nuestra cultura nominarlo a él. Ya hice todas las consultas, escribí a la embajada argentina en Suecia, escribí a la Cancillería, y tuve contacto también con la embajada sueca en Buenos Aires", afirma Juan Albornoz (Maximiliano Vernazza) -¿Desde cuándo empezaste a seguir a Charly García y qué representa para vos? —Yo tengo 63 años. Me acuerdo que lo escuché cuando tenía 13, que escuchaba los Beatles y un amigo me dijo: “Tenés que escuchar esto”. Me hizo escuchar Sui Generis y realmente me voló la cabeza. Lo he seguido mucho y he ido a recitales un montón de veces, pero siempre en el más absoluto silencio porque es ahí donde me siento cómodo. Es una persona que me conmueve. -¿Qué valor le das a las letras de Charly García dentro de la literatura? —He seguido a Charly desde hace mucho tiempo, leyendo sus letras y yo creo que ahí está la clave de su genialidad, más allá de que él como músico para mí es un Beethoven contemporáneo. Uno de los grandes desafíos en la cruzada de Juan Albornoz es lograr la anuencia del propio Charly y reunir los respaldos formales que exige la academia sueca. "Las letras de Charly tienen una potencia que llena todos los requisitos literarios para el Nobel. Esa es mi opinión desde la humildad. Hay gente que ha trabajado científicamente su obra", sostiene Albornoz, que trabaja en el rubro agroindustrial, escritor y apasionado del rugby -¿Qué requisitos formales exige la Academia para aceptar la candidatura? —La Academia es muy rigurosa. Es engorroso, sí, pero tengo todos los requisitos, y los estoy tratando de completar y cumplir. Estoy escribiendo a académicos argentinos porque no te aceptan una postulación si no tiene el aval de personas encumbradas de la cultura, académicos o personas que hayan sido galardonadas también por el Nobel. Tengo una lista ahí de personas que creo que son las adecuadas, investigadores del Conicet y el filósofo Santiago Kovadloff, que me parece que tiene los requisitos que puede llegar a ser considerado por la Academia. Les voy a mandar un correo a esos académicos; son personas que han trabajado científicamente la obra de Charly. También le voy a pedir al secretario del rector de la Universidad Nacional de Córdoba para tener un aval institucional. No es una cuestión personal, quiero que hagan una nota para ser presentada a la Academia. Me voy a apoyar en la embajada, porque están para eso. Tanto la embajada argentina como la representación en Buenos Aires me dieron todos los datos de la Academia Sueca y el resto de la información. "El concepto del libro 'Líneas paralelas' de Charly sintetiza su poética: la tensión entre cercanía y distancia, la emoción como forma de pensamiento y la palabra como arquitectura del sentido”, argumenta el fanático cordobés de 63 años -¿De qué se trata el dossier que preparaste para la postulación? —Yo escribí un dossier, que vengo armando hace un tiempo, con los principios de por qué creo que Charly García merece ser postulado para el Premio Nobel de Literatura. Se fundamenta en el reconocimiento de su obra como un corpus literario autónomo, donde la palabra es el eje estructurante y la música el medio de circulación. En el dossier argumento que Charly no es solo un músico, sino un escritor cuya producción ha definido la sensibilidad colectiva y la memoria emocional de varias generaciones en Argentina y Latinoamérica, trascendiendo los límites de la canción popular para inscribirse en la tradición literaria universal. “Lo único que busco es poder darle esa caricia a Charly y que por lo menos esté postulado al Nobel de Literatura, independientemente de si se lo dan o no”, expresa Albornoz sobre su búsqueda (Maximiliano Vernazza) -¿Cuáles fueron tus fundamentos para la postulación? —La obra de Charly García se compone de letras, cuadernos, declaraciones estéticas y su libro Líneas paralelas, conformando un sistema poético con coherencia, densidad y continuidad. Su lenguaje y poética han configurado una subjetividad colectiva y un modo de sentir la vida urbana, articulando memoria, emoción y reflexión filosófica. La candidatura se apoya en la legitimidad literaria de su escritura, no en su popularidad musical, y propone su reconocimiento como autor literario, no como figura de la música. El concepto de Líneas paralelas sintetiza su poética: la tensión entre cercanía y distancia, la emoción como forma de pensamiento y la palabra como arquitectura del sentido. -¿Tuviste en cuenta el caso de Bob Dylan, que generó tanto debate cuando le otorgaron el Nobel de Literatura? —Sí, hago la comparación con lo que ocurrió con él, que le dieron el Premio Nobel en 2016. En el dossier se introduce un comparativo con Dylan y también aparece el mensaje que dio a la Academia cuando ganó, aunque al principio ni fue a recibirlo; después, cuando supo que había una recompensa, fue a buscarlo porque la Academia te obliga a dar un discurso si lo ganás. Las letras de Charly tienen una potencia que llena todos los requisitos literarios para el Nobel. Esa es mi opinión desde la humildad. Hay gente que ha trabajado científicamente su obra, y por eso también busco esa legitimidad con el aval de académicos. Charly García para el Nobel: “La Academia es muy rigurosa. Es engorroso, sí, pero tengo todos los requisitos, y los estoy tratando de completar y cumplir. Estoy escribiendo a académicos argentinos porque no te aceptan una postulación si no tiene el aval de personas encumbradas de la cultura y académicos" (Maximiliano Vernazza) -¿Qué sentís frente a la tarea de defender esta postulación ante la Academia? —No sé qué vendrá después. Yo tengo que presentar ese dossier, lo voy a traducir al inglés y lo voy a presentar oficialmente. Lo voy a seguir, no me van a doblar la espalda; lo voy a seguir hasta que me den bola. -¿Cómo te sentís respecto a la exposición mediática que genera esta campaña? —Yo soy un perfil hiper recontra bajo. Aparte de ser una persona introvertida y bastante tímida. No persigo ninguna exposición, lo hago en soledad y ahí es donde quiero estar. El Chicho se enojó porque me invitó al programa y le dije: “No, Chichilo, no me jodás”. No soy de los que buscan aparecer, soy del quinto subsuelo, ¿viste? -¿Llegaste a conocerlo a Charly? —No. Tengo una foto con Rino Rafanelli, que era bajista de Sui Generis. Estuve con él charlando mucho. Él vino a Córdoba y tuve la oportunidad de estar con él, compartimos, comimos juntos. Un tipazo, un músico de la hostia. Lamentablemente, ya falleció hace un par de años. Tengo una foto con Gillespi, que me la saqué cuando Soda tocó el último recital en el Estadio de Córdoba. Fue en una recepción después, porque también lo aprecio mucho a Gillespi. “La obra de Charly García se compone de letras, cuadernos, declaraciones estéticas y su libro Líneas paralelas, conformando un sistema poético con coherencia, densidad y continuidad”, asegura Albornoz sobre la literatura en Charly García (Maximiliano Vernazza) -¿Ya te imaginaste el día de Charly consiguiendo el Nobel o, como vos decís, al menos la postulación? —Es algo que estoy escribiendo porque será conmovedor para un país entero, que mirará con incredulidad como un ser tan querido sonríe en la ventana de un depto de Coronel Díaz, mientras se mira para adentro recordando sus manitos de 12 años sobre un piano desgastado. Ese día será inolvidable para mí. Dime cómo hacer para no quererlo profundamente. Quizá sea imposible, porque se vuelve complejo dejar de querer a un creador que nos atravesó la vida, que nos sostuvo en noches difíciles; que nos abrió un resquicio de luz cuando no había ni una mínima hendija. Entonces… ¿cómo no querer profundamente a alguien que nos salvó sin saberlo, desde su fragilidad y con su voz como de pan? Dime: ¿cómo no querer a quien simboliza nuestra adolescencia más viva, nuestras pérdidas, nuestra memoria, nuestra supervivencia, nuestra fe, y mi inspiración? ¿Cómo se hace para no quererlo profundamente? No se hace. No se puede. No se debe. Lo único que sí puede hacerse —y yo ya creo estar haciéndolo— es transformarlo: pasar del cariño que abruma al amor que honra. No quererlo menos, sino quererlo mejor. Y este proyecto del Nobel es mi manera de hacerlo. Mi manera de decirle gracias sin decirlo. Crédito: Maximiliano Vernazza

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