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Fecha: 20/11/2025 12:09
En el marco del mes de noviembre, período dedicado a visibilizar el cuidado de la salud integral masculina, el director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Nicolás Aranda, reflexionó sobre los principales desafíos que aún persisten para que los varones accedan a la atención y al acompañamiento profesional. Aranda señaló que uno de los obstáculos más significativos continúa siendo la barrera sociocultural que atraviesa a los varones desde edades tempranas. “Todavía existe la idea arraigada de que el hombre debe mantenerse fuerte, no mostrar emociones y resolver solo sus conflictos. Estos prejuicios generan que muchos no se acerquen a una consulta en salud mental, incluso cuando necesitan ayuda”, explicó. Para modificar estas creencias, remarcó la importancia de generar espacios seguros para el diálogo, donde los varones puedan expresar cómo se sienten sin temor al estigma. “Hablar de manera explícita sobre salud mental y habilitar espacios de circulación de la palabra ayuda a disminuir los preconceptos que aún se mantienen”. Asimismo, destacó la necesidad de acercar la promoción de la salud a espacios clave para los varones, como clubes deportivos, ámbitos laborales y actividades comunitarias. “No se trata solo de ofrecer dispositivos de atención, sino de llevar la promoción a los lugares donde los hombres están y donde puedan reflexionar sobre el lugar que le dan a su salud mental”, afirmó. Aranda también subrayó que, si bien la población joven muestra menos resistencia y accede con mayor naturalidad a la consulta, existe un grupo que requiere especial atención: los hombres adultos en torno a los 35 años. “Es el grupo más vulnerable. Son varones que crecieron bajo una fuerte impronta cultural que les enseñó a callar lo que sienten, y además cargan con obligaciones laborales que muchas veces no contemplan licencias o flexibilidades para asistir a una consulta. Eso repercute directamente en su salud emocional y económica”, señaló. Desde la Dirección de Salud Mental, el Ministerio de Salud Pública sostiene una red provincial de atención que funciona de manera integrada con cada zona sanitaria. “Cada zona cuenta con un coordinador de salud mental encargado de articular turnos, acompañar intervenciones judiciales, dar seguimiento a pacientes y trabajar junto a municipios, fuerzas de seguridad y el Poder Judicial”, detalló. Además, la provincia cuenta con tres guardias activas que permiten internaciones en el Samic de Oberá, el Hospital de Eldorado y el Hospital Carrillo. A ellos se suma el Centro de Adicciones, donde también es posible realizar internaciones. También existe una guardia pasiva en centros como el Samic de Iguazú, destinada a atender urgencias específicas. Para finalizar, Aranda recalcó: “Necesitamos seguir construyendo una cultura donde pedir ayuda no sea visto como una debilidad, sino como un acto de responsabilidad y cuidado personal. La salud mental es parte de la salud integral y todos debemos trabajar para garantizar su acceso sin prejuicios”.
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