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» El Ciudadano
Fecha: 20/11/2025 00:34
El titular de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N°4, Carlos Stornelli, pidió que ocho personas vayan a juicio oral por su presunta participación en el secuestro extorsivo seguido de muerte del empresario Gastón Alfredo Tallone, ocurrido en julio de 2024 en la zona porteña del Abasto, en un caso en el que los restos de la víctima no fueron hallados. En el requerimiento ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°1, a cargo de María Servini, el fiscal consideró que son ocho los imputados que deben enfrentarse a un debate oral: el abogado José Alberto Tomás Uriburu (presunto ideólogo del hecho), Gustavo Adolfo Juliá (con antecedentes conocidos por haber cumplido una condena de 13 años de prisión en España por el tráfico de 944 kilos de cocaína en la denominada causa “narcojet”) y otros seis hombres: Alejandro Nicolás Ficcadenti, Sergio Gabriel Di Vanni, Juan Mauricio Zabaleta, Cristian Mariano Gauna, Juan Carlos Miró y L.G.L (quien declaró como arrepentido). Los ocho habían sido procesados -decisión que fue confirmada por la Sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal- por el delito de secuestro extorsivo agravado por haberse cobrado el rescate, por actuar con la participación de tres o más personas y haber dado muerte intencional a la víctima, según el artículo 170 del Código Penal y que prevé la pena de prisión perpetua. El caso La investigación se inició el 11 de julio de 2024 a raíz de una denuncia de la Fiscalía Federal de Concepción del Uruguay, a cargo de la fiscal federal Josefina Minatta. En el marco de otra causa, se detectaron escuchas telefónicas que daban cuenta del secuestro de Tallone, presuntamente ordenado por el abogado Uriburu. El sumario comenzó en esa jurisdicción, aunque luego, al corroborarse que el secuestro ocurrió en Capital Federal, recayó en la fiscalía federal porteña de Stornelli. Según la imputación fiscal, el secuestro se inició el mediodía del 8 de julio de 2024, cuando los imputados Miró y Gauna., actuando bajo las órdenes del abogado Uriburu, trasladaron a Tallone desde la calle Anchorena al 400 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hasta un inmueble ubicado en la intersección de las calles Chaco y Libertad, de la localidad bonaerense de Benavídez, que funcionó como lugar de cautiverio. Para el traslado se utilizó un Volkswagen Gol aportado por Juliá, mientras que Uriburu escoltó la maniobra en su vehículo Audi Q3. Una vez en la propiedad, perteneciente a la familia del abogado, los captores obligaron a Tallone a gestionar, a través de una persona de su confianza, el dinero para su liberación. Al referirse a un posible móvil, Stornelli mencionó en su requerimiento de elevación a juicio que “los elementos recolectados apuntan a que Tallone fue secuestrado en el marco de un conflicto con Uriburu, siendo posteriormente asesinado y su cuerpo ocultado mediante métodos extremos”. El pago del rescate, de al menos 65.000 dólares, se concretó aproximadamente a las 21.36 de ese mismo día en una estación de servicio Shell ubicada en la avenida Cabildo al 4700, en el barrio porteño de Núñez. La fiscalía sostiene que, pese a haberse concretado ese pago, los captores asesinaron a Tallone e incluso, posteriormente, intentaron obtener más dinero enviando los siguientes mensajes extorsivos al hijo de la víctima: 12 de julio del 2024: “Buenas noches cumpa, la cosa es corta, (…) tu papá esta acá con nosotros y está bien o devuelven la droga y los 500.000 dólares que se robó y todo termina y él vuelve, le robo a todos los narcos y ahora toca pagar si baten la cana, bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes… con la mafia no se jode!”. 15 de julio del año 2024: “Cumpa, tu papá dice que tiene un embarque llegando de Japón con la nuestra, (…) dice que se comunique con el pelado que tiene 300 lucas que le deben a él (…). Saldadas las deudas lo largamos, es corta esto, solo queremos lo nuestro, baten la cana y se terminó todo y nunca nos vimos”. 16 de julio del año 2024: “Tu papá está bien, come, duerme (…). Vendan propiedades, vehículos, todo dijo. Mañana nos comunicamos hacé lo que dice y listo, queremos la nuestra y nada más, cuando esté se va de vuelta”. Con posterioridad a eso, el 13 de agosto de 2024, el hijo de la víctima recibió desde una línea brasileña un mensaje de texto y tres mensajes de voz donde se oye música de fondo y la supuesta voz de Tallone que le decía: “Hola Niki cómo estás hijo?”, “No puedo hablar ahora estoy con los monos o en Brasil los amo”, “Cualquier cosa habla con veneno”. El hijo del damnificado declaró que su padre nunca lo llamó por ese apodo y que no hablaba de ese modo. Además, la conclusión de los peritos que analizaron los audios fue que “las grabaciones podrían ser el resultado de una edición que involucra la superposición de voz y música después de su reproducción simultánea en un espacio abierto. En concreto, la División Acústica Forense de la Policía Federal Argentina sostuvo que no se detectaron “respiraciones ni pausas para tomar aire” y que las combinaciones de palabras carecían “de la naturalidad típica del habla espontánea”. La muerte del empresario “A pesar de no contar hoy con el cuerpo de quien en vida fuera Gastón Alfredo Tallone, distintos argumentos precisos y contundentes permiten tener por acreditado, con la certeza de esta etapa procesal, que al nombrado se le dio muerte con posterioridad a su cautiverio”, explicó el fiscal en su requerimiento. Para ello, Stornelli analizó las cámaras que detectaron la última vez que se lo vio con vida, en las inmediaciones del hotel en el que se alojaba, y los registros de las antenas que registraron actividad en su celular, el 8 de julio por la noche. “La ausencia de movimientos migratorios confirmados después de su fecha de secuestro, la localización de su pasaporte en su habitación de hotel, y las discrepancias evidentes entre los patrones de comunicación característicos de Gastón y los mensajes y audios recibidos por N. (hijo de la víctima), apuntan hacia una realidad sombría”, indicó el fiscal Stornelli. Además, mencionó que, del peritaje sobre las comunicaciones recibidas con posterioridad al secuestro, quedó evidenciado que se trató de “una manipulación deliberada para ocultar su verdadero estado o paradero, maniobra que se verifica llamativamente luego de la detención de algunos de los imputados”. “Todos estos elementos, cuando se consideran en conjunto, corroboran, con la certeza la etapa procesal exige, que Gastón Tallone ha sufrido un destino trágico, como la muerte”, afirmó el representante del MPF y agregó: “La falta de evidencia directa de su bienestar, combinada con la ausencia de intentos genuinos de comunicación y la presencia de sus documentos personales y de valor en un lugar donde fácilmente podrían haber sido recuperados, sugieren el peor de los escenarios para la víctima”. Para Stornelli, “el simple hecho de no haberse hallado, de momento, el cuerpo de la víctima, no implica la imposibilidad de probar su muerte, dado que el fallecimiento puede y debe ser acreditado por otros elementos probatorios -como los aquí tratados-, por cuanto, en caso contrario, la ausencia del cadáver favorecería a las personas que arbitraron los medios para lograrlo”. A ello le sumó la declaración en los términos de la Ley 27.304 (arrepentido) que el 31 de marzo pasado brindó el imputado L.G.L., oportunidad en la que expuso que en el marco de una conversación que habría mantenido con Gauna, este imputado le habría manifestado que “Uriburu se volvió loco y al empresario lo mató con una pala de cavar y que lo llevaron cerca de Campana, provincia de Buenos Aires, donde lo tiraron al costado de la ruta y lo prendieron fuego. Creo que fueron ellos dos porque me lo contó así, me dijo: ‘lo prendimos fuego’”. “A pesar de no contar hoy con el cuerpo de quien en vida fuera Gastón Alfredo Tallone, distintos argumentos precisos y contundentes permiten tener por acreditado, con la certeza de esta etapa procesal, que al nombrado se le dio muerte con posterioridad a su cautiverio”, explicó el fiscal en su requerimiento. Al referirse a un posible móvil, Stornelli mencionó en su requerimiento de elevación a juicio que “los elementos recolectados apuntan a que Tallone fue secuestrado en el marco de un conflicto con Uriburu, siendo posteriormente asesinado y su cuerpo ocultado mediante métodos extremos”. En ese sentido, el fiscal señaló que “la mayoría de los relatos apuntan a que, los inconvenientes en la relación entre ambos vendrían por el manejo de un depósito fiscal ubicado en la zona portuaria de Concepción del Uruguay, y otros, no descartan la posibilidad que dicho conflicto hubiese comenzado por la presunta sustracción de sustancia estupefaciente”. También brindó su declaración testimonial un preso por narcotráfico que afirmó que entre el abogado ahora detenido y la víctima “había un problema de plata” y mencionó la cifra de 300 mil dólares. Los roles Al describir los roles de cada uno de los ocho imputados en su dictamen, el fiscal Stornelli, detalló: José Alberto Tomas Uriburu: fue la “figura central del hecho investigado y que damnificó a Gastón Alfredo Tallone”, ya que “concibió, organizó, dirigió y supervisó la maniobra extorsiva, manteniendo dominio funcional sobre cada una de sus fases”. Juan Carlos Miró: su intervención “fue indispensable para la captación, traslado y control inicial de la víctima, y para la concreción del cobro del rescate mientras el cautiverio se encontraba en pleno desarrollo”. Cristian Mariano Gauna: para el fiscal, “su aporte se observa de manera continua en todas las fases del hecho desde la captación y traslado de la víctima, pasando por su presencia en el área de cautiverio, hasta su participación en el cobro del rescate”. L.G.L.: explicó que el análisis de los registros de geolocalización de su teléfono celular «permiten ubicarlo, en las fechas que acaecieron los hechos investigados, en todos domicilios vinculados a la presente pesquisa”. A su vez, el fiscal señaló que “al momento de acogerse como imputado colaborador en los términos de la ley 27.304 […], corroboró la hipótesis sostenida por este Ministerio Público Fiscal en torno a ciertos aspectos del devenir de los hechos”. Además, “reconoció el pago de dos millones de pesos para su participación en el hecho que en el presente se le imputa”. Gustavo Adolfo Juliá: la fiscalía indicó que “aportó importantes recursos y medios para perpetrar los eventos investigados en el marco de las presentes actuaciones”, y en ese sentido, mencionó “el vehículo utilizado para captar y trasladar a Gastón Alfredo Tallone al lugar de cautiverio, como así también para ir a cobrar el dinero de su rescate”. Alejandro Nicolás Ficcadenti y Sergio Gabriel Di Vanni: según la investigación, ambos “tuvieron participación directa” en los mensajes extorsivos que recibía el hijo de la víctima luego del pago del rescate. Juan Mauricio Zabaleta: también se le atribuyó ser el encargado de una llamada extorsiva al entorno de la familia de la víctima “para obtener más dinero que el ya recaudado”. Fuente: Ministerio Público Fiscal
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