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Parana » APF
Fecha: 19/11/2025 17:30
En el cierre de la etapa de incorporación de la prueba, los policías Diego Íbalo y Rodrigo Molina, imputados por la muerte de Gabriel Gusmán, ocurrida el 25 de septiembre de 2018 en medio se graves incidentes con armas de fuego entre bandas enfrentadas de barrio Capibá, lamentaron el hecho y dijeron que nunca quisieron que sucediera así y pidieron perdón a la familia. Se dictó un cuarto intermedio para las instrucciones al jurado, que deliberará y dará conocer su veredicto este miércoles. miércoles 19 de noviembre de 2025 | 16:41hs. Foto: APFDigital Los policías Rodrigo Molina –sindicado como presunto autor del disparo mortal- y Diego IÍbalo –acusado de no hacer nada que su compañero y subalterno disparara-, fueron escuetos en sus palabras al cierre de la etapa de producción de la prueba del juicio ante un jurado popular que los tiene como imputados del delito de Homicidio doblemente calificado por alevosía y por ser funcionarios policiales en perjuicio de Gabriel Gusmán, que tenías 19 años el 25 de septiembre de 2018 cuando recibió un disparo en la nuca y murió en el acto. Ambos lamentaron cómo sucedieron los hechos y pidieron perdón a la familia. En ese momento, la mamá de Gabriel Gusmán, rompió en angustiado llanto y fue asistida por personal de juicio por jurados. La mujer estuvo sentada junto a los querellantes autónomos que impulsaron el proceso ante el desistimiento del Ministerio Público Fiscal (MPF) de continuar la acusación, ordenando este último el archivo en dos ocasiones y recurriendo las sucesivas instancias judiciales que avalaron la conversión de la acción pública en privada. En el comienzo de la última jornada de la audiencia, Molina se preocupó de dejar en claro que él y su compañero no solo eran muy buenos funcionarios sino excelentes personas. Para sostener esa apreciación propia, refirió a que una semana antes del hecho en barrio Capibá le salvaron la vida a un hombre mayor y corpulento que sufrió una descompensación cardíaca en la vía pública. Destacó que decidieron subirlo al móvil ante la demora en llegar de la ambulancia y a que no respondía a las maniobras de RCP. También cuestionó que dos testigos mintieron porque no estuvieron en el lugar del hecho, añadió que “los únicos que sabemos lo que pasó somos Rodrigo y yo, se ha hablado mucho y no es así”, negó que sean “gatillo fácil”, aseguró que “no hay nada más lindo que salvar a una persona”, se mostró sorprendido y dijo que “no había visto nunca a una persona con un revólver en la mano a plena luz del día, se podía ver claramente que era un revólver por la forma del cañón”. Molina sostuvo que le dieron la voz de alto, realizaron un disparo disuasorio y ante la agresión de Gusmán, que les disparó, según sostuvo, repelieron la agresión. Refirió que estaba muy nervioso que no podía manipular el equipo de comunicación. El funcionario afirmó que “no tuvimos opción, si la hubiéramos tenido la habríamos realizado, agotamos todas las instancias”. Finalmente dijo que “el objetivo que teníamos era detenerlo llevarlo, no entendemos porqué pasó así. Solo lo hicimos para defendernos”. Por su parte Íbalo, muy conmocionado, dijo por primera vez en la audiencia –la segunda fue en las palabras finales- que “no quisimos que pasara eso, en ningún momento, ni mi compañero ni yo, ninguno de los dos”. Íbalo ratificó dos situaciones que refirió Molina antes: la primera cuando al recibir la modulación le dijo que se pusiera el chaleco y la segunda, cuando ante la presunta agresión de Gusmán, lo empujó para evitar el disparo del joven. Finalmente, le dijo al jurado: “Quiero que entiendan que no quisimos eso, no quisimos”. (APFDigital)
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