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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 19/11/2025 15:59
Es increíble lo que permite la política. Permite, por ejemplo, que los mismos legisladores que antes votaron la Ley 1.355 —que prohíbe la producción de salmones en aguas de nuestra provincia— hoy, quizás, borren con el codo lo que antes escribieron con la mano. Que quienes en otro momento, desde otros cargos, rechazaban ese modelo de producción —el mismo prohibido por esa ley— hoy pregonen lo contrario. Que un gobierno que en el año 2021 consideró que esa ley era lo mejor para la provincia, hoy milite activamente, ordenando a sus legisladores —y a sus aliados circunstanciales— que la desmantelen. Que los acuerdos surgidos de negociaciones clandestinas, ocultas a la ciudadanía, jamás se confiesen, y que se decida, por esas cosas que tiene la política, que lo que hace cuatro años era “lo mejor para el pueblo fueguino” hoy se determine, sin debate alguno, que es “lo peor”. Que se pretenda que aceptemos, resignadamente, que los poderosos con dinero sean quienes decidan qué leyes mantenemos y qué leyes derogamos. Después de esto, nuestras leyes están en riesgo. Las reglas de juego, plasmadas en legislaciones que son fruto de un proceso de madurez ciudadana, pueden ser destruidas o modificadas de acuerdo con quienes estén jugando la partida. Los mismos legisladores que recibieron abrazos y felicitaciones luego de sancionar la 1.355, que posaron para la foto levantando la mano y escuchando al pueblo, hoy levanten la mano en su contra y pretendan que la comunidad los tome en serio y los respete. Es increíble lo que permite la política… Luego se quejan de quienes pregonan la antipolítica. Nuestra provincia —nuestras decisiones respecto de lo que queremos para nuestros mares y nuestras tierras, y de lo que no queremos— parece condenada a una simple negociación política. No olvidemos de quiénes estamos hablando, porque si se deroga la 1.355, más temprano que tarde se contaminarán nuestras aguas, nuestros paisajes y los alimentos nativos de los que muchos viven. Claro que quienes hoy rompen leyes bajo la orden de una tranza política, ya no estarán en pantalla: estarán disfrutando de sus bellas propiedades, construidas al calor de sus negociaciones políticas.
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