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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/11/2025 12:33
Nati Jota tras la operación de ojos decidió desobedecer el consejo de sus médicos por las críticas que recibió (Video: Instagram) La influencer Nati Jota enfrentó una cirugía ocular para corregir su miopía y astigmatismo, pero reveló que ignoró indicaciones médicas debido a la presión social y estética que la rodea. El relato de cada etapa, salpicado de humor y honestidad, desnuda la contradicción de buscar un nuevo yo mientras las opiniones ajenas no cesan. Durante años, los anteojos acompañaron a Nati Jota en la televisión y el streaming. Se convirtieron en su marca personal, en una extensión inseparable de su imagen. No era solo ver mejor: eran un escudo, un gesto habitual, casi un accesorio sentimental. ¿Qué ocurre cuando cae ese escudo? ¿Qué siente quien durante tanto tiempo encontró allí su refugio? “No debí haber hecho eso, me delineé. Todavía mi oculista no me había permitido, pero no aguanté la presión social y sus críticas y sus comentarios pasivo-agresivos, diciendo ‘Nati, te rebanco, te requiero mal, te aconsejo que te delinees, te va a quedar mejor, te hace los ojos muy chiquitos’“, lanzó la periodista y conductora en una historia de Instagram. Reveló haber cedido a la tentación de maquillarse, aun sabiendo que su equipo médico se lo había prohibido. “No me delineaba porque no podía y hoy tampoco puedo sin embargo lo hice ¿por qué?”, se cuestionó en voz alta. Nati Jota reveló cómo fue la operación con la que dejó atrás los lentes: “Vos ves todo, pero no sentís nada” En el mismo video, se permitió reír un poco de sí misma y contestarse: "Porque no me banqué el mainstream“, deslizó. Las redes explotaron en respuestas, consejos, mensajes que oscilaron entre el cariño y la presión, entre la opinión bien intencionada y la crítica sutil. “Ustedes dirán que son un lindo consejo, es un consejo para bien”, admitió la influencer. Sin embargo, también señaló la contradicción que vive quien está atravesando un cambio estético y todavía se siente insegura: “Sí, pero cuando no te podés delinear como que entonces te quedás con otra parte del consejo que es ‘así te queda como el or...’ y uno se está amigando con algo nuevo”. Vulnerable y punzante, remató: “Igual, nada, si quieren seguimos, los comentarios pueden decir igual te delineaste como el or..., no cambian nada, traté de alinearme solo por afuera”. La cirugía, largamente pospuesta por la influencer fue el punto de inflexión. Decidió contar el detrás de escena, ese que pocas veces es genuino en redes sociales. "La operación (la que me hice yo, entiendo que hay otras) fue para corregir mi miopía y astigmatismo. Después de un tiempo sin aumentar la graduación, se considera operable. Te anestesian mucho los ojos con gotas. Sentís los párpados muy pesados“, describió en una publicación dedicada a detallar la experiencia médica. La influencer detalló el procedimiento para corregir miopía y astigmatismo, destacando la importancia de la estabilidad en la graduación Así, paso a paso, detalló todo el procedimiento. “Al toque entrás, te acostás en la camilla boca arriba, entrás para que te quede por encima de la cara la maquinola. Te tapan un ojo. Al otro lo ubican bien y te dicen todo el tiempo: ‘Mirá la luz verde.’ Hay unas rojas al costado que me daban fobia, el pensamiento intrusivo de moverme hacia ellas no dejaba de aparecer”, relató. Incluso en el quirófano, el humor y la franqueza encontraron lugar. “El doctor, en mi caso, me iba diciendo a la perfección todo lo que iba viendo y eso me daba mucha tranquilidad. Vos ves todo, pero no sentís nada. Y ves ‘todo’, ni siquiera es todo. No entendés bien qué están haciendo. Solo ves algo que pasa, luces, ruido, más borroso, menos borroso“, contó. Las descripciones técnicas parecieron suavizarse con su ironía: "Abren la tapita del ojo, la cortan, le dejan una puntita ‘pegada’ y la mueven. Dicho así da impresión, pero la verdad es que no ves ni te das cuenta. Ahí actúa el láser, posta cinco segundos, y vuelven a cerrar la tapita. Fin del toque. Todo eso dura, literal, dos minutos“. No faltó la anécdota inesperada: “Tengo un video de todo el proceso en uno de los ojos y dura dos minutos. No lo subo porque puede dar impresión al pedo, y porque tengo miedo de que Instagram me denuncie”. Hoy, sin anteojos, busca reconciliarse con su imagen, con las miradas propias y ajenas, e intenta seguir su propio camino.
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