Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un médico clínico explica qué controles clave para la salud deben hacerse las personas a partir de los 50 años

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 18/11/2025 00:39

    A partir de los 50 años, hay una serie de controles y exámenes que son clave para evitar enfermedades graves (Imagen Ilustrativa Infobae) A partir de los 50 años, la salud se convierte en un eje central de la vida, debido a las inevitables transformaciones físicas y en consecuencia a la necesidad de adoptar nuevos hábitos. Para el médico clínico Jorge Kilstein (matrícula 11511), la clave está en la prevención y en el acompañamiento profesional: “En esta etapa se jerarquiza el valor del médico de cabecera, que nos conozca, que nos acompañe y que nos ayude a prevenir los problemas de salud que pueden venir habitualmente cuando nos vamos acercando o después de los cincuenta años en adelante”. El médico subrayó la importancia de una visión integral de la medicina, en la que el vínculo entre paciente y médico se construye sobre la confianza y el conocimiento mutuo: “Esa visión holística, integradora, es propia de los médicos clínicos y muchas veces trabajamos con familias. Conocemos a la familia entera, a los hijos, a los sobrinos, a los padres, y podemos tener una visión de lo que le pasa al paciente más allá del consultorio”. Jorge Kilstein habló sobre el rol del médico de cabecera, que cumple un rol fundamental en el acompañamiento y la detección temprana de problemas de salud. Entre los chequeos fundamentales que deben realizarse, Kilstein destacó: “Tenemos que empezar a hacer algunos controles que son muy importantes, porque pueden permitir que evitemos enfermedades que podrían ser serias. Por ejemplo, el control de la presión arterial, el tema de la obesidad, la diabetes, el colesterol y también la prevención del cáncer de colon”. El médico, director de la carrera de Medicina en UAI Rosario, recomendó la realización de una colonoscopia de control a todas las personas desde los 50 años, ya que “esta enfermedad (el cáncer de colon) suele aparecer habitualmente a los 60. Nos adelantamos 10 años buscando los pólipos que pueden aparecer en el intestino y que si uno los detecta y los saca a tiempo, eso evita que el paciente tenga un problema serio a futuro”. La combinación adecuada de hábitos saludables podría ser determinante para evitar complicaciones y mejorar el bienestar general. En efecto, la colonoscopia es un estudio extremadamente benéfico porque permite, a la vez que se explora, retirar en el mismo momento los pólipos que eventualmente se encuentren y que con el paso del tiempo pueden resultar malignos. En el caso de los hombres, la prevención del cáncer de próstata requiere un abordaje conjunto con los urólogos. “No solamente realizamos la determinación del antígeno prostático, que es un análisis que se hace en sangre y que permite detectar cuando se eleva en forma abrupta o por arriba de los niveles considerados normales, sino que también recurrimos a la ecografía, la resonancia de próstata y el tacto rectal que lo realiza el médico urólogo. Podemos detectar el cáncer de próstata que, tratado a tiempo, es absolutamente manejable y curable”. La adopción de hábitos saludables es otro pilar en la prevención. Kilstein recomendó incorporar actividad física en la rutina diaria, incluso en contextos de poco tiempo disponible: “Hay muchas actividades que uno puede hacer, inclusive las pausas saludables. Estar sentado en una oficina, un ratito de 15 minutos, hacer algunas flexiones, algún estiramiento. Subir las escaleras, si uno vive en un edificio, en vez de tomar el ascensor, es recomendable subir las escaleras, bajarlas. Esas cosas mínimas”. Durante una actividad de extensión universitaria, Kilstein y su equipo detectaron un dato preocupante: “Hicimos controles de glucemia y de presión arterial. Es importantísima la cantidad de personas que encontramos que tenían la presión elevada y no sabían que tenían presión alta. Hay mucha gente con estos problemas de salud que son tan prevalentes y tan importantes. La diabetes, por ejemplo, afecta al diez por ciento de la población”. Una alimentación equilibrada, baja en grasas saturadas y rica en vegetales, frutas y carnes magras, contribuye a la salud integral después de los cincuenta años. El médico vinculó el aumento de enfermedades metabólicas con el estilo de vida actual: “Esto va creciendo, va aumentando porque tiene que ver con el estilo de vida, con los hábitos, con lo que llamamos el síndrome metabólico, la obesidad, el sedentarismo, el aumento del colesterol y la presión. Tiene que ver con la forma en que vivimos, con el estrés, con el poco sueño. Esto de dormir cuatro horas por día, que cada vez lo vemos más. Y esto genera problemas”. En cuanto a la alimentación, Kilstein puso el foco en las grasas saturadas: “Lo que nosotros tratamos de evitar fundamentalmente son las grasas saturadas. Son las que están en las carnes, los aceites cuando se cocinan, sobre todo la grasa animal, las famosas hamburguesas, la comida chatarra. Si nosotros comemos una cantidad importante de vegetales, de verduras, de frutas, complementándolo con una cantidad normal de carne, que puede ser una o dos raciones por semana, eso es una buena proporción entre grasas saturadas y grasas insaturadas”. El equilibrio entre alimentación, ejercicio, descanso y manejo del estrés es esencial. “La alimentación no tiene que ser nuestra obsesión, pero sí tiene que haber un equilibrio entre actividad física, dormir bien, control del estrés, la meditación, la pausa, tener momentos de recreación, no solamente trabajar”. La prevención médica a partir de los cincuenta años es clave para evitar enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida. Respecto al sueño, precisó: “Para nuestra edad, dormir seis horas está muy bien. Y es importante reconocer que no es solamente el problema de dormir poco, sino también dormir demasiado es un factor de riesgo que activa un montón de hormonas y citocinas, que son sustancias, neurotransmisores, que hacen que haya más riesgo de obesidad, sobrepeso, cuando dormimos mucho y cuando dormimos poco. El estrés, que lo podemos medir inclusive con cortisol y con algunas sustancias que podemos medir en sangre, está aumentado cuando nosotros dormimos en cantidades insuficientes. La calidad del sueño también es muy importante”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por