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Parana » AIM Digital
Fecha: 17/11/2025 20:30
“Cada vez que llueve fuerte en nuestros barrios populares, no solo se inundan las calles. También se hace visible, de manera brutal, lo que significa vivir sin derechos básicos garantizados. Para muchas familias, un temporal no es solo un mal clima: es la angustia de que el agua suba, el miedo a que se mojen los colchones, la incertidumbre por los cortes de luz, o la resignación de esperar a que pase `lo peor´ sin la presencia de nadie que pregunte qué hace falta. La lluvia muestra lo que la ciudad suele esconder”, dijo a AIM la dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep), Tamara Berales. “Cuando hablamos de integración sociourbana, no hablamos de adornar un barrio, sino de garantizar calles transitables, redes pluviales, alumbrado, espacios comunitarios que funcionen. Hablamos de que la vida cotidiana no dependa de rezar para que no llueva. Y eso, en Argentina, no es un deseo: es una obligación jurídica. La Ley 27.453, que reconoce la integración sociourbana de los barrios populares como una política de Estado, no es optativa ni decorativa”, remarcó. Sin embargo, continuó Berales, “hoy vemos con preocupación que esa política está paralizada. Y una obra frenada no es un trámite pendiente: es una emergencia social. Allí donde no se avanza con cordones cuneta, con redes de agua, con servicios esenciales, no se detiene solo la construcción: se detiene el derecho a una vida digna. Se profundiza el hacinamiento, crecen los riesgos sanitarios, y aumenta el aislamiento de cientos de familias que quedan `desconectadas´ de la ciudad formal”. La referente social destacó que: “La retirada del Estado no deja espacios vacíos: los llena la vulnerabilidad y, en muchos casos, el narcotráfico. Cuando no hay políticas públicas, cuando no hay obra, cuando no hay acompañamiento territorial, lo que avanza es la economía del descarte, la violencia como forma de regulación y el abandono como paisaje cotidiano. Por eso, no se puede pensar la integración urbana como un gasto o un lujo en tiempos de crisis: es la herramienta más efectiva para prevenir la exclusión y para disputar territorio con derechos, no con miedo”. Además, “la integración sociourbana es trabajo. Trabajo real, de miles de cooperativistas, cuadrillas y equipos barriales que mejoran cada rincón de los barrios populares. Cuando las obras se frenan, se frena también el empleo, se rompe el circuito que reactiva la economía local, y se vuelve a empujar a la gente a la incertidumbre. La pregunta es sencilla: ¿qué sentido tiene desarmar una política que genera trabajo, mejora barrios y garantiza derechos?”. Señaló Berales que: “Es inaceptable que la continuidad de las obras de integración sociourbana dependa de la voluntad política del momento, cuando hay una ley que establece su carácter permanente, federal y prioritario. El cumplimiento de la Ley 27.453 no es un favor, es una responsabilidad que el Estado tiene con millones de personas”. “Integrar no es acomodar el barrio a la fuerza: es acompañarlo, mejorar lo que falta y respetar lo que la propia comunidad construyó. Integrar es hacer justicia donde antes hubo olvido. Es reconocer que no puede haber ciudadanos de primera y de segunda según la altura de la vereda. Es entender que un barrio sin servicios es un barrio sin derechos. Y que una política que logra que cada vez menos personas sufran con la lluvia, no es un gasto: es una inversión en dignidad”. Berales enfatizó: “Frente a un modelo que pretende retirarse, hay que decirlo con claridad: cuando el Estado se va, la emergencia entra. Y donde avanza la emergencia, avanza también el delito organizado, la precarización y la exclusión”. “Defender la integración sociourbana hoy es defender una Argentina que aún se sostiene desde abajo, con miles de familias que esperan lo que es suyo por derecho: vivir bien, vivir tranquilos, vivir con futuro”. Concluyó diciendo la referente de la Utep: “La pregunta que queda para las autoridades es simple y urgente: ¿de qué lado van a estar? ¿Del de quienes sostienen los barrios todos los días o del abandono que deja a las familias solas frente a la próxima lluvia?”.
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