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  • Hallazgo del ARA San Juan: un cierre doloroso para un país que nunca dejó de buscar

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 17/11/2025 03:17

    En el interior de ese casco de acero descansaban los sueños, la vocación y la entrega de 44 tripulantes que habían partido desde Ushuaia rumbo a Mar del Plata el 15 de noviembre de 2017 y nunca regresaron. Sus nombres se convirtieron en un símbolo de compromiso y profesionalismo: Pedro Martín Fernández, Jorge Ignacio Bergallo, Fernando J. Villarreal, Aníbal Tolaba, Roberto Daniel Medina, Cristian Ibañez, Luis Niz, Claudio Rodríguez, Hernán Rodríguez, Fernando Ariel Mendoza, Alejandro Damián Tagliapietra, Mario Hector Aranguren, Enzo Pascual Vallejos, Daniel Alejandro Polo, Luis Alberto Leiva, Carlos Alberto Ardiles, Marcos Antonio Óscar Benítez, Germán Suárez, Ramón Emilio Vázquez, Sergio Cuellar, Adrián P. Correa, Víctor Andrés Maroli, Diego Manuel Wagner, Alejandro Diego Flores, Alejandro Leopoldo Pozzi, David Alejandro Meli, Víctor Hugo Ortiz, Esteban García, Leandro Fabián Cisneros, Alberto Sánchez, Juani Alberto Navarro, Cristian David Leguizamón, Néstor Ramón Zurita, Jorge Marcelo Valdez, Oscar Alfredo Vallejos, Fabricio Alcaraz, Celso Oscar Mendoza, Ricardo Gabriel Alfaro Rodríguez, Javier Alejandro Gallardo, Hugo Aris, Juan Carlos Escobedo, Luis Enrique Costilla y la única mujer de la dotación, Eliana María Krawczyk, la primera oficial submarinista de la Armada Argentina. Entre ellos, la ciudad de Concordia guardó un dolor especialmente profundo: el del Teniente de Navío Fernando Ariel Mendoza, de 38 años. Nacido y criado en la ciudad, egresado de la Escuela Técnica Nº 1, Fernando había construido una carrera marcada por la disciplina, la vocación y un fuerte sentido del deber. Con el tiempo se trasladó a Mar del Plata para servir en la Armada, pero nunca perdió el vínculo con su tierra ni con su gente. Padre de dos hijos, esposo y profesional admirado por sus compañeros, fue recordado siempre como un hombre sereno, responsable y apasionado por la vida marítima. Tras la tragedia, recibió un ascenso post mortem a Capitán de Corbeta, un reconocimiento a su entrega y trayectoria. El hallazgo del submarino no trajo alivio, pero sí una certeza dolorosa: la de saber dónde descansaban los 44. Para Concordia, aquel 17 de noviembre fue también el día en que el nombre de Fernando Mendoza quedó grabado para siempre en la memoria colectiva, convertido en símbolo de heroísmo silencioso, compromiso y amor por la patria. Ads Ads

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