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La Paz » Politica con vos
Fecha: 16/11/2025 17:38
En un movimiento que podría redefinir el equilibrio de la Justicia argentina, el Gobierno y el kirchnerismo avanzan en negociaciones para cubrir las dos vacantes de la Corte Suprema. La senadora Anabel Fernández Sagasti y el camarista Mariano Llorens aparecen como los nombres que lideran el consenso. Las conversaciones, mantenidas en reserva, exponen un nuevo mapa de poder político y judicial. Un acuerdo de alta sensibilidad institucional Las tratativas para completar la Corte Suprema volvieron al centro de la escena política. Tras semanas de conversaciones discretas, el Gobierno nacional y el kirchnerismo comenzaron a converger en dos nombres para cubrir las vacantes que dejaron los ministros Juan Carlos Maqueda y Elena Highton. Según fuentes políticas consultadas, las negociaciones se orientan hacia un entendimiento que permita avanzar en la designación de una candidata promovida por el peronismo y un candidato impulsado por el oficialismo, bajo una lógica de “no veto cruzado”. En este esquema, la senadora Anabel Fernández Sagasti —referente del cristinismo y figura cercana a la expresidenta Cristina Kirchner— se posiciona como la candidata que el peronismo plantea para ocupar uno de los lugares del máximo tribunal. Del lado del Gobierno, el nombre que gana terreno es el del camarista federal Mariano Llorens, integrante de la estratégica Cámara Federal porteña. Los negociadores: Mena y Amerio, articuladores del pacto El avance de este acuerdo responde a un trabajo de articulación que, por el lado del kirchnerismo, recae en Juan Martín Mena, exviceministro de Justicia y uno de los hombres de mayor confianza de Cristina Kirchner en materia judicial. En representación del Gobierno, las conversaciones son llevadas adelante por el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. Ambos interlocutores vienen consolidando un canal de diálogo que comenzó meses atrás y que se intensificó en las últimas semanas. A ese espacio se suma también la influencia de Karina Milei, quien participa en la estrategia oficial para ordenar los movimientos del Gobierno en el terreno institucional y en los futuros nombramientos del Poder Judicial. Quién es quién: perfiles en disputa Anabel Fernández Sagasti, la carta del cristinismo Fernández Sagasti es una de las figuras más relevantes del peronismo kirchnerista en el Senado. Con trayectoria legislativa y un rol decisivo en las estrategias judiciales del bloque, su nombre aparece con fuerza en cada discusión vinculada a la renovación de la Corte. Su eventual llegada al máximo tribunal sería interpretada como un triunfo político para el kirchnerismo duro. Mariano Llorens, el magistrado del oficialismo Por su parte, Llorens es uno de los jueces más influyentes de la Cámara Federal, tribunal clave en las causas de corrupción y en la arquitectura judicial de Comodoro Py. Su perfil técnico y su reconocimiento institucional lo convierten en una figura atractiva para el Gobierno. No obstante, su traslado a la Corte implicaría mover un engranaje sensible del sistema judicial, por lo que no está exento de debate interno. Un Senado que vuelve a tener la llave Si bien las negociaciones avanzan, el desenlace dependerá de lo que ocurra en el Senado. La aprobación de los candidatos a la Corte requiere una mayoría de dos tercios, un umbral que obliga a un acuerdo político amplio. Este condicionamiento convierte las conversaciones entre el Gobierno y el kirchnerismo no sólo en necesarias, sino también en un test de equilibrio interno para ambas fuerzas. Es por eso que, además de los nombres en danza, algunas versiones señalan que el peronismo podría intentar reabrir la discusión sobre una eventual ampliación de la Corte, un reclamo recurrente en los sectores más alineados a Cristina Kirchner. Implicancias políticas y judiciales Si se concreta este entendimiento, la Corte Suprema quedaría conformada por dos perfiles de alto impacto político: una jueza cercana al kirchnerismo y un magistrado valorado por el oficialismo. Esta combinación no sólo redefiniría el mapa interno del tribunal, sino que también influiría en los fallos futuros sobre causas sensibles. Mientras tanto, los actores involucrados mantienen la cautela pública y evitan referirse directamente al contenido de las reuniones. Pero el dato que ya circula en el mundo judicial es claro: las negociaciones están avanzadas y los nombres de Fernández Sagasti y Llorens se consolidan como alternativas viables.
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