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Parana » AIM Digital
Fecha: 15/11/2025 11:55
“Trabajamos en un lugar donde la mirada y la escucha hacia el otro, aún ante tanto malestar, tienen cabida; si bien hay un desborde y una demanda de atención en salud mental, los trabajadores nos encontramos tejiendo redes”, dijo a AIM la profesora de teatro y co-coordinadora del área deportiva, recreativa y kinesiológica del Hospital Escuela de Salud Mental, Lorena Díaz. “¿Quién cuida a los que cuidan?, es una pregunta que nos hacemos siempre nosotros que estamos tan expuestos ante tanta desidia por parte del Estado y también somos vulnerados no solamente desde lo económico, sino por no tener la infraestructura adecuada ni los recursos necesarios”, dijo Díaz a esta Agencia. Ante el abandono de lo público, “apelamos siempre a la creatividad y a la imaginación de los trabajadores, somos un área autogestiva: desde pagarnos un profesor de música para que vaya a darnos talleres para los usuarios internados, externados y la comunidad en general porque siempre son abiertos; hasta comprar un jugo, unos paquetes de galletitas, para alguna jornada a la que invitamos escuelas para hacer un torneo de fútbol o cosas así”, señaló. “Los trabajadores, somos todo terreno, estamos un poco en la parte pública, otro poco en el hogar, nos repartimos, la mayoría están también en la parte privada. Hay compañeros que por la mañana trabajan en el Estado, de tarde en la parte privada y después tienen que volver al hogar y continuar con las actividades y tareas. La mayoría de los trabajadores tienen dobles empleos porque no están llegando a fin de mes. En mi área, particularmente, todos tienen dos trabajos para poder sostenerse mes a mes”, enfatizó Díaz. Con todo su optimismo, la trabajadora afirmó: “Soy de las que siempre ven el vaso medio lleno, buscándole la vuelta, la estrategia, y más allá de que sé que las cosas están sumamente oscuras y se nos vino la noche en un montón de aspectos, trato de buscar la luz al final del camino. Estamos haciendo las cosas bien desde nosotros, más allá de un Estado que nos deja en pampa y la vía”. Mientras preparaba la cena familiar y el aroma a hogar la invadía, Laura reflexionó: “¿Qué sucede con los trabajadores ante tanta desidia y abandono del Estado con esto que es la salud y que debería ser un pilar fundamental para todos y todas? Trabajamos en un lugar donde la mirada y la escucha hacia el otro, aún ante tanto malestar, tienen cabida; si bien hay un desborde y una demanda de atención en salud mental, los trabajadores nos encontramos tejiendo redes. Esto no sucede en otros lugares del Estado, donde están sumamente atravesados por estas cuestiones sociopolíticas provinciales y nacionales”. Quienes trabajan en el Hospital Escuela de Salud Mental, “sacamos de una galera invisible todo el tiempo argumentos para seguir sosteniendo al otro. Muchas veces llegamos rotos a las tareas, a nuestras oficinas y dispositivos laborales; pero hay otro que muchas veces está más roto que nosotros y demanda una entrega, un compromiso que lo inventamos de no sabemos dónde, pero ahí estamos dando respuestas”, enfatizó. La profesora de teatro del `hospi´, señaló: “Inventar estrategias de supervivencia es la premisa permanente de este lugar de trabajo. Un hospital de salud mental requiere cuerpos presentes todo el tiempo para alojar. Nos encontramos totalmente interpelados por una realidad agobiante y muchas veces tenemos que corrernos de nuestro eje y propio sufrir y sentir para dar cobijo a estos cuerpos y cabezas que vienen destrozados muchas veces”. “Estamos atravesados por un montón de frustraciones, porque muchas veces no podemos dar la respuesta y la contención que quisiéramos, porque no la tenemos: no tenemos los recursos económicos, sociales, culturales, humanos, físicos para poder sostener a este otro que viene demandando esta atención tan particular”. En el ámbito hospitalario, remarcó Díaz, “los trabajadores nos pensamos siempre en red o al menos lo intentamos la mayoría de las veces, a veces nos cuesta encontrarnos en estos avatares del desborde de la diaria, pero intentamos espacios de encuentros: días institucionales, deportivos, jornadas de ateneos, conversatorios, buscamos los medios para poder sostenernos entre nosotros. Existen espacios de escucha, actividades abiertas a la comunidad que también alojan a los compañeros. Todo está pensado y pergeñado por nosotros, por los mismos trabajadores porque nadie se salva solo y la salida es colectiva”. Remarcó Díaz, “Tenemos claro adentro del `hospi´ que la salida es colectiva, la salida es entre todos”.
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