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» Diario Cordoba
Fecha: 15/11/2025 07:48
A partir de la novela que escribió hace más de quince años el escritor David Trueba, él mismo filma una película de lo más recomendable. Si me pareció muy bueno el libro, titulado Blitz (algo así como relámpago en alemán), el filme no desmerece en absoluto. Fue su cuarta novela, después de la estupenda Saber perder -que tampoco estaría mal llevarla a la gran pantalla-. Adaptar para el cine un relato que ha escrito uno mismo no debe de ser fácil, sobre todo teniendo en cuenta la distancia temporal que existe entre ambos textos, el literario y el fílmico. Protagonizada por David Verdaguer, que ya trabajó con este cineasta en Saben aquell(2023) clavando al personaje, haciendo renacer al humorista Eugenio, ahora vuelve a dar vida a un tipo en crisis, perdido, que decide no volver a su país, después de ser abandonado por su pareja (Amaia Salamanca) durante un viaje a Bélgica, donde competía en un concurso como arquitecto. Aunque permanecerá, en un principio, completamente pasivo, dejándose llevar, sentado en un parque, aparecerá alguien que le invite a transmutarse, a comenzar de nuevo en un viaje emocional hacia otra vida en este drama sentimental con algún que otro toque de humor, donde la música aparece como algo fundamental: Georges Brassens (Les amoureux des bancs publics) da sentido al proyecto paisajístico del protagonista, Franco Battiato (Voglio vederti danzare) como cuando Nanni Moretti lo empleó hace subir la escena en que aparece, en medio de la banda sonora original de Maika Makovski, que pone música también a la letra compuesta por el director de La buena vida en la canción que canta supuestamente el cantautor uruguayo por el que es abandonado el tipo que encarna Verdaguer con tanto acierto. La gran actriz francesa Isabelle Renauld -que ha trabajado entre otros con Angelopoulos, Nikita Mikhalkov, Dupeyron, Chéreau…- representa a la mujer madura que acoge al desencantado personaje, muerto de frío y desamor en Lieja, animándole a volver a encontrarle sentido a la situación que vive como sacada de un filme que podría haber firmado el mismísimo Woody Allen. Porque siempre es invierno, cuando no hay amor.
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