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  • Trauma generacional: cómo identificarlo y comenzar a sanar las heridas familiares

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/11/2025 19:05

    El trauma generacional transmite heridas emocionales de padres a hijos y afecta la salud mental y física familiar (Imagen Ilustrativa Infobae) Las heridas emocionales no resueltas pueden transmitirse de generación en generación y aumentar sus efectos en la vida cotidiana de millones de personas, muchas veces sin que estas sean plenamente conscientes de su origen. El llamado trauma generacional describe cómo experiencias negativas profundas dejan una huella que pasa de padres a hijos, afectando la salud mental, física y las relaciones familiares. Para la Cleveland Clinic, comprender este proceso constituye el primer paso para romper el ciclo y construir un futuro más saludable. El trauma generacional implica la transmisión de las consecuencias de eventos traumáticos entre generaciones dentro de una familia. La Dra. Michele Reali-Sorrell, enfermera forense de Cleveland Clinic, señala: “El trauma es la forma en que reaccionamos ante eventos que representan una amenaza física para la vida o que son emocional o psicológicamente angustiantes”. Las experiencias traumáticas no resueltas pueden perpetuar patrones negativos y dificultar el bienestar de futuras generaciones (Imagen Ilustrativa Infobae) Dentro de este contexto, el trauma generacional abarca el modo en que ese dolor se hereda, no como un objeto tangible, sino como una carga emocional y psicológica profundamente arraigada en los miembros de la familia. Si bien las generaciones pueden transmitir valores y tradiciones positivas, también pueden perpetuar patrones negativos con efectos extensos. Causas del trauma generacional Las causas de este trauma son muy variadas: abarcan el abandono, la negligencia, el acoso, la violencia física o emocional, la pobreza, la guerra, los desastres naturales y el abuso de sustancias. Cleveland Clinic indica que cualquier evento profundamente estresante que quede sin resolver puede originar este tipo de trauma. Según la Dra. Reali-Sorrell, “se estima que el 70% de los adultos, unos 223 millones de personas en todo el mundo, han reportado al menos una experiencia traumática en su vida”. Estas vivencias influyen no solo en quienes las sufren, sino también en la manera en que crían a sus hijos: transmiten, a menudo de forma inconsciente, mecanismos de afrontamiento poco saludables y patrones de relación difíciles. Causas del trauma generacional incluyen abandono, violencia, pobreza, desastres naturales y abuso de sustancias, según Cleveland Clinic (Imagen Ilustrativa Infobae) Los efectos del trauma generacional pueden presentarse en distintas etapas de la vida. Las investigaciones sobre experiencias adversas en la infancia (EAI) muestran que la exposición a situaciones de alto estrés durante la niñez impacta en la adultez. La Dra. Reali-Sorrell subraya: “Aquello a lo que uno se expone durante la niñez tiene repercusiones en la vida adulta”, y los comportamientos e interacciones aprendidos de generaciones anteriores pueden marcar el presente. Entre las consecuencias frecuentes destacan la violencia interpersonal, el abuso de sustancias, la ansiedad, la depresión, la presión financiera, las enfermedades crónicas y relaciones problemáticas. Dinámica familiar y transmisión de patrones En el núcleo familiar, el trauma generacional aparece en la dinámica diaria. Padres y cuidadores se constituyen como modelos a seguir, y sus comportamientos se convierten en normas para sus hijos. Crecer en un hogar con violencia doméstica o abuso de sustancias puede hacer que los niños consideren habituales estas conductas, perpetuando así el ciclo generacional. Estudios citados por Cleveland Clinic afirman que los adultos que sufrieron abuso infantil tienen hasta tres veces más probabilidades de repetir estos patrones con sus hijos. Además, los traumas pueden reflejarse en miedos o conductas de evitación heredadas, incluso sin haber experimentado directamente el evento original. El trauma generacional puede provocar ansiedad, depresión, enfermedades crónicas y relaciones problemáticas en la vida adulta (Imagen Ilustrativa Infobae) La transmisión del trauma no se limita a comportamientos aprendidos. Cleveland Clinic señala que puede implicar cambios epigenéticos, es decir, modificaciones en la expresión de los genes sin alterar su secuencia. Un ejemplo ampliamente estudiado es el de los supervivientes del Holocausto, cuyos descendientes evidencian alteraciones químicas en genes relacionados con el estrés. Estos cambios pueden heredarse, afectando la forma en la que las generaciones futuras responden al estrés, de modo similar a la herencia de un rasgo físico. Repercusiones físicas del trauma generacional El trauma generacional afecta la salud física. El estrés crónico derivado de estas experiencias eleva el riesgo de cardiopatías, diabetes, síndrome del intestino irritable y debilita la respuesta inmunitaria. Según Cleveland Clinic, incluso el desarrollo prenatal puede verse implicado: el estrés materno durante el embarazo expone al feto a altos niveles de cortisol, lo que puede aumentar la sensibilidad al estrés en la descendencia y perpetuar sus efectos por varias generaciones. La transmisión del trauma familiar puede implicar cambios epigenéticos que alteran la respuesta al estrés en las siguientes generaciones (Imagen ilustrativa Infobae) Reconocer el trauma dentro de la historia familiar es el primer paso. La Dra. Reali-Sorrell enfatiza la importancia de identificarlo y hablarlo. Superarlo suele requerir apoyo, ya sea de familiares, amigos, recursos de reflexión o ayuda profesional. Cleveland Clinic señala que la terapia cognitivo-conductual es uno de los métodos más eficaces para cortar el ciclo y establecer una nueva normalidad. En algunos casos, la medicación forma parte del tratamiento. Con el acompañamiento adecuado, las personas pueden aceptar el trauma, identificar sus efectos y modificar conductas dañinas. La Dra. Reali-Sorrell explica que este proceso exige apoyo, herramientas y nuevas formas de pensar, más allá de la fuerza de voluntad. Recomienda buscar recursos en la comunidad, atención profesional y cambiar el enfoque: preguntar “¿Qué te sucedió?” en vez de “¿Qué te pasa?” para comprender mejor el origen de las dificultades. Reconocer el trauma familiar y buscar apoyo profesional son pasos clave para romper el ciclo y lograr una vida más saludable (Imagen Ilustrativa Infobae) Las familias transmiten desafíos y recursos. Elegir un camino distinto es posible, y cada persona puede dejar atrás cargas heredadas para construir una vida más plena. Romper el ciclo del trauma es posible y abre la oportunidad a un futuro más saludable.

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