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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/11/2025 14:50
El pesebre de Navidad simboliza el nacimiento de Jesús y la humildad en la tradición cristiana (Freepik) El pesebre de Navidad representa uno de los símbolos centrales de la tradición cristiana y, junto al árbol, forma parte esencial de las celebraciones navideñas en numerosos hogares del mundo. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando San Francisco de Asís, inspirado por su experiencia en Tierra Santa, organizó en 1223 la primera recreación viviente del nacimiento de Jesús en Greccio, Italia. Qué significa el pesebre de Navidad Su objetivo era acercar a los fieles el misterio del nacimiento de Cristo de una forma tangible, destacando la humildad y sencillez con que llegó al mundo: en un establo, rodeado de animales y ajeno a la opulencia. A lo largo de los siglos, el pesebre se ha transformado en una tradición de devoción popular, adaptándose a distintas culturas y costumbres. Más que una simple decoración, el pesebre invita a la reflexión espiritual, conectando lo sagrado con la vida cotidiana y transmitiendo valores como la esperanza, el amor y la comunidad. Cada figura y elemento, desde la Virgen María hasta los animales del establo, encierra un mensaje simbólico, que recuerda a los creyentes la humildad de Jesús al nacer entre los más sencillos. El pesebre, conocido también como “Belén”, refiere específicamente al lugar donde, según los evangelios de San Mateo y San Lucas, ocurrió el nacimiento de Jesús. El término “créche”, en francés, significa “cuna” y se usaba para denominar tanto a la representación viviente como a las figuras que componen la escena. Entre las figuras principales del pesebre tradicional se encuentran María, José, el Niño Jesús, los pastores, el buey y la mula. No pueden faltar tampoco los Reyes Magos, cuya llegada se celebra durante la Epifanía. Estos personajes simbolizan el reconocimiento de la divinidad de Jesús por parte de los pueblos de distintos lugares y culturas. Cuándo y cómo se arma el pesebre de Navidad El pesebre debe armarse el 8 de diciembre, día en que la Iglesia celebra la Inmaculada Concepción de María. Esta fecha tiene un alto contenido simbólico, puesto que se asocia a la pureza y humildad de la Virgen, cualidades centrales en la historia del nacimiento de Jesús. Se comienza con la colocación del fondo, que suele evocar la ciudad de Belén o un entorno rural. Es importante ubicar el establo en el centro y disponer las figuras principales: María y José, generalmente de rodillas o junto al pesebre vacío, el buey y la mula a los costados y, si se desea, algunos pastores y ovejas cercanos. El Niño Jesús se coloca recién la noche del 24 de diciembre, simbolizando su nacimiento. A partir de la llegada de la Navidad, pueden sumarse figuras que representan a los Reyes Magos, quienes tradicionalmente se ubican en lugares diferentes del pesebre y se van acercando progresivamente hasta el 6 de enero. Colocar al Niño Jesús en la noche del 24 de diciembre es un acto simbólico (Freepik) Dónde se debe ubicar el pesebre de Navidad y cuándo se desarma El pesebre debe colocarse en un sitio destacado del hogar, como la sala de estar o una mesa central, donde resulte visible para todos los integrantes de la familia y visitantes. Algunas familias prefieren situarlo bajo el árbol de Navidad, mientras que otras lo ubican en un rincón especial adornado con luces y flores. Lo fundamental es que sea un espacio limpio, estable y protegido de corrientes de aire o zonas que puedan dañarlo. Por lo general, el pesebre se desarma tradicionalmente el 6 de enero, coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos y la conclusión de las celebraciones navideñas. Esta fecha conmemora la visita de los sabios de Oriente a Jesús, acto que simboliza la revelación de su divinidad a todos los pueblos. Así, se marca el fin del tiempo de Navidad y la vuelta a la vida cotidiana. Ideas para hacer un pesebre en casa con los chicos Armar un pesebre en familia puede convertirse en una actividad creativa y educativa, especialmente si se involucra a los más pequeños del hogar. Existen diversas formas de confeccionar un pesebre original y adaptado a los recursos con los que se cuente. Una opción sencilla es utilizar materiales reciclados: cajas de cartón, tapas plásticas, rollos de papel y telas pueden transformarse en establos, personajes o animales. Dibujar, recortar y pintar las figuras permite que cada niño aporte su estilo personal y fomenta la imaginación y el trabajo en equipo. Otra propuesta consiste en realizar figuras de plastilina, porcelana fría o masa de sal. Esta técnica es ideal porque permite modelar cada personaje y añadir detalles como ropas o pequeños accesorios. Los niños disfrutan especialmente creando los animales y decorando el pequeño establo. Para quienes prefieren una propuesta natural, pueden recolectarse hojas, ramas, piñas y piedras pequeñas para fabricar la estructura y los elementos del entorno. Usar estos objetos conecta a los niños con la naturaleza y refuerza la idea de sencillez y humildad propia del pesebre.
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