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  • Argentina / Misiones / Política | Alianzas de fe y debut sin catecismo: el nuevo milagro parlamentario misionero

    » Voxpopuli

    Fecha: 14/11/2025 08:22

    El 10 de diciembre, la Cámara de Representantes de Misiones vivirá una novedad sin precedentes: Sebastián Macías, ingeniero y hasta hace poco responsable de Vialidad Provincial, asumirá la presidencia del Parlamento sin haber ocupado jamás una banca legislativa. Esta jugada rompe la tradición provincial y condensa la confianza política del oficialismo renovador, que así cristaliza el recambio generacional pero también evidencia la centralidad del liderazgo y el verticalismo en tiempos de realineamientos imprevisibles. La señal es nítida: la Renovación, ahora bajo la estratégica mirada de Carlos Rovira, opta por un perfil técnico y propio de la gestión, alejado de la rosca parlamentaria clásica, para pilotear el recinto durante los próximos años. Macías fue además la figura más votada en las elecciones provinciales de junio, señal inequívoca de respaldo territorial, superando incluso a referentes de La Libertad Avanza, como Diego Hartfield. Su irrupción directa en la presidencia sella la confianza de la mesa chica renovadora y proyecta una Legislatura conducida por la lógica de gestión antes que por la veteranía parlamentaria. Como número dos del esquema aparecerá Anazul Centeno: joven, con agenda social y presencia en movimientos estudiantiles, es uno de los rostros frescos que el oficialismo busca visibilizar para legitimar su narrativa de renovación. Su acceso a la vicepresidencia primera representa un guiño hacia la juventud política, un sector movilizado en Misiones y con fuerte participación en espacios deliberativos y programas legislativos como el Parlamento Estudiantil. El oficialismo premia así el compromiso de nuevas camadas, sin perder el control del proceso de cooptación y recambio. El armado de mayorías, mientras tanto, se consolida con la incorporación de electos en junio y acuerdos forjados después de la votación. El bloque renovador contará con 21 miembros y además suma, casi sin rubor ideológico, a los tres diputados de Por la Vida y los Valores (Débora Mangone, Rita Flores, Walter Ríos) y a Juan Ahumada, que se apartó de Activar para conformar su propio monobloque, ahora alineado al oficialismo. La mayoría está blindada: viejos adversarios se transforman en aliados, sellando una “unidad” motivada por cargos, expectativas institucionales y, por supuesto, la promesa de participación concreta en el reparto de poder. La aritmética parlamentaria supera largamente la simple suma aritmética: es alquimia política forjada en la urgencia y necesidad de supervivencia. Esta nueva etapa legislativa, además, se da como respuesta al avance en la provincia de La Libertad Avanza, que logró posicionar a Hartfield y a otros exponentes en la Cámara, trastocando el juego opositor. El oficialismo provincial sintió el cimbronazo y decidió atajar el vendaval sumando sin prejuicios a cuanto diputado esté dispuesto, aunque la lógica de “alianzas impensadas” cuestione la coherencia discursiva renovadora. La consigna, tácita y explícita, es: el que suma, es bienvenido, aunque ayer haya sido crítico o indiferente. El resultado es un Parlamento controlado, pero más plural en las formas, reflejando la nueva etapa de la política misionera donde la estrategia del “transfuguismo útil” pasa a ser herramienta de construcción mayoritaria. Al frente del renovado bloque, Alejandro Arnhold (exintendente de Capioví) aportará la experiencia de gestión territorial y ejercitará el músculo de la conducción con articulación de diversos matices internos. Lo acompañarán figuras que representan la nueva territorialidad del partido, entre la gestión técnica y la política de proximidad. La nueva Cámara expresa así una paradoja: la renovación se materializa tanto en la epidermis juvenil como en la lógica pragmática de absorber al que se deja absorber, aunque ayer haya militado otra bandera. Las alianzas, que en otro tiempo hubieran merecido exorcismo político, hoy son la llave de la supervivencia y la gobernabilidad. Mientras tanto, en los pasillos circula ya el chisme: “Macías debuta con el mazo, pero los milagros habrá que pedirlos por reglamento”.

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