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  • Policías acusados: Citan al procurador a declarar por el archivo de la pesquisa por la muerte de Gabriel Gusmán

    Parana » APF

    Fecha: 13/11/2025 18:30

    El pedido lo hizo la defensa de Diego Íbalo tras un cruce con la querella autónoma. Fue cuando declaraba el fiscal Gonzalo Badano, que dispuso el archivo de la investigación. La querella indagó por las razones del archivo, de las que el fiscal dio los motivos, y sobre porqué el Ministerio Público Fiscal (MPF) se opuso a la continuidad de la investigación por la querella autónoma cuando está contemplada en el Código. Un forense aseguró que la víctima estaba en movimiento cuando recibió el tiro. jueves 13 de noviembre de 2025 | 18:07hs. Foto: APFDigital La tercera jornada de la audiencia que se sustancia para determinar la responsabilidad de los policías, Diego Íbalo y Rodrigo Molina, en el crimen de Gabriel Gusmán, ocurrido el 18 de febrero de 2028 en barrio Capibá, de Paraná, en medio de serios incidentes con armas de fuego, tuvo momentos de alta intensidad entre los defensores y la querella autónoma. Solo la firme postura del juez técnico, Alejandro Grippo, que preside el juicio ante un Jurado Popular, permitió que los intercambios no tergiversaran el debate. Este viernes se realizará la reconstrucción del hecho. La jornada dejó numerosos puntos de interés que serán evaluados en la etapa de los alegatos de clausura. Pero también dejó la convocatoria del procurador general de la provincia a declarar. No se precisó si lo hará de manera presencial o responderá a una seria de puntos a aclarar. El más importante consistió en que se precisen las razones de porqué tras el archivo, el Ministerio Público Fiscal (MPF) se opuso a que el proceso continuara impulsado por la querella autónoma si la posibilidad está contemplada en el Código. El pedido lo formuló el defensor de Íbalo, Patricio Cozzi, cuando la querella autónoma ponía en aprietos al fiscal Gonzalo Badano, que junto a su par Juan Ramírez Monstrull, dispuso el archivo por no encontrar evidencias –destacó todas las medidas probatorias y testimoniales que se recabaron mientras Fiscalía tenía la potestad de la acusación pública- que indicaran un accionar de los funcionarios contrario de Derecho. Badano fue muy preciso y se explayó respecto a las razones que llevaron a los fiscales a disponer el archivo de la causa. En este sentido destacó que no se trató de un caso de “gatillo fácil” y enumeró que se probó que los imputados actuaron “en cumplimiento del deber” tratando de impedir que “el hecho siga existiendo” y para “preservar prueba”, según lo determinan las leyes. También dijo que se analizó el “estado de legítima defensa”, en base a que pudieron determinar en el lugar del hecho que Gusmán disparó contra el móvil y los funcionarios y estos repelieron “una agresión ilegítima”; como así también la “racionalidad del medio empleado”, destacando que la Policía tiene más responsabilidades a tener en cuenta cuando se decide usar un arma de fuego; y que se estaba comentiendo un delito que era el de Homicidio en grado de tentativa por el uso de arma de fuego por las balaceras previas a la llegada de los uniformados y luego contra estos y el de posesión ilegítima de arma de fuego. Badano explicó que si hubo un “exceso” en el accionar de los funcionarios era “difícil de analizar desde la tranquilidad” y había que imaginar la dinámica del hecho y la brevedad en la que ocurrió para tener una idea de la tensión que existía a la hora de tomar decisiones. También dijo que se logró probar que Gusmán giraba y apuntaba contra los funcionarios, por lo que estos no sabían “si iba a seguir disparando contra ellos”. El fiscal no se mostró tan elocuente cuando contrainterrogaron los querellantes, José Iparraguirre y Rubén Pagliotto. Allí comenzaron las lagunas. Así, dijo no recordar los fundamentos del fallo de Garantías que –tras el archivo- dispuso la conversión de la acción pública en privada, como así tampoco los del Tribunal de Apelaciones y la Cámara de Casación, todas instancias revisoras superiores, que avalaron la decisión de primera instancia. Pagliotto le leyó al fiscal –para refrescarle la memoria- un párrafo de autoría del procurador del escrito en el que se opuso a la continuidad del proceso con la querella autónoma –destacando que está expresamente prescripto en el Código- pero el fiscal respondió tímidamente que no lo recordaba porque, dijo, “no intervine en esas instancias”. Badano también se mostró dubitativo cuando la querella lo interrogó sobre las pericias que realizó la Policía de Entre Ríos a minutos del crimen. Así, fue poco convincente cuando respondió que no era experto para decir por qué las pruebas de dermotest practicadas a la ropa y armas reglamentarias de los funcionarios dieron negativas y la que se le realizaron a la víctima dieron positivas. Menos pudo responder cuando se le preguntó cómo era posible que las pruebas químicas de deflagración fueran negativas en las armas de los imputados habida cuenta que se halló una vaina servida que se correspondió con el arma de uno de ellos. La posición de Gusmán al momento del disparo Otro testimonio importante de la jornada fue el del titular del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, Luis Moyano, que aseguró que al momento del impacto del disparo Gusmán estaba “en movimiento”. Profundizó su postura en que una escoriación en el hombro derecho del cadáver del joven daba cuenta de que recibió el impacto desde atrás cuando iba en movimiento y cató hacia adelante por la inercia y el poder del disparo. También fue contundente al afirmar que “el cuerpo estaba en movimiento, no quieto” lo que quedó corroborado por la herida de “arrastre” en el hombro. Moyano reiteró que “el cuerpo estaba en movimiento y el disparo lo proyectó, si hubiese estado parado se desploma”. Otro testigo civil que declaró en la jornada sostuvo una versión diferente. El hombre, que tuvo problemas con la familia Gusmán y dijo que le “quemaron la casa”, declaró que el joven estaba con las manos en alto cuando recibió el disparo. Antes dijo que lo vio disparar contra el móvil y dio una versión diferente de los motivos del enfrentamiento entre bandas opuestas; dijo que fue “por un problema de polleras” y no por “una disputa del territorio”. Consultado sobre contradicciones entre lo que sostuvo en la audiencia y lo que dijo en 2018, no las negó y las contextualizó en que lo hizo porque no quería declarar y quedar en medio de posibles represalias de los amigos de la víctima y la Policía. Sostuvo que se tuvo que ir del barrio por amenazas. Añadió que la distancia del disparo fue a unos 15 metros y sostuvo que no escuchó ninguna voz de alerta ni sirena de advertencia, solo el “turbo” del móvil policial. (APFDigital)

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