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  • El Teatro 3 de Febrero, un emblema que guarda la memoria cultural

    Parana » Uno

    Fecha: 12/11/2025 17:12

    En el marco de los 25 años de Diario UNO, se destacó al teatro 3 de febrero como un lugar emblemático y símbolo de la cultura y el arte en Paraná En el marco de los 25 años de Diario UNO , se buscó destacar a los espacios que representan la identidad artística y cultural de la provincia. Entre ellos, el Teatro 3 de Febrero , con más de un siglo de historia, sigue siendo el corazón de la vida cultural de la ciudad. El telón rojo del Teatro 3 de Febrero ha visto pasar generaciones enteras de artistas, músicos, bailarines, actores y espectadores. Es, desde hace más de 170 años, el escenario donde Paraná se reconoce a sí misma como una ciudad que respira cultura. Allí, entre palcos dorados, cúpulas y la acústica perfecta de su sala, cada noche se renueva la magia que lo mantiene vigente. Francisca D’Agostino, actual directora del teatro, lo resume con una emoción que no necesita artificios: “Para mí representa un orgullo estar al frente del Teatro Municipal 3 de Febrero porque es un ícono de la ciudad y un lugar que está en permanente actividad. Todas las noches se viven emociones diferentes que tienen que ver con las expresiones artísticas que se muestran. Es una montaña de emociones”, dice. Francisca D’Agostino FERNANDA RIVERO / UNO Una historia centenaria El edificio, ubicado en calle 25 de Junio 54, es heredero de una historia que se remonta al 8 de agosto de 1852, cuando se inauguró el primer teatro de la ciudad, en un tiempo en que Paraná se preparaba para ser capital de la Confederación Argentina. Fiorella Cisilin, encargada de las visitas guiadas, lo cuenta con precisión de cronista: “El primer edificio del Teatro 3 de Febrero fue inaugurado en 1852, cuando Paraná se encaminaba a ser capital. Ese día hubo una gran festividad, con fuegos artificiales, y el propio Justo José de Urquiza, junto a sus mandatarios, participó de la celebración. En las crónicas se lo menciona como el ‘Teatro San Justo’, nombre que luego cambió por el que lleva hoy”. Fiorella Cisilin FERNANDA RIVERO / UNO Aquel nacimiento marcó un antes y un después en la historia cultural de la ciudad. Desde entonces, el teatro fue protagonista de los principales acontecimientos artísticos y sociales, testigo del paso del tiempo y símbolo de una comunidad que se reúne alrededor del arte. “Desde su inicio —explicó D’Agostino—, el teatro es uno de los lugares más importantes de la vida cultural de Paraná. En la actualidad, la danza, el teatro, la comedia, la tragedia y la música conviven. Es un lugar destacado, muy querido por el público que lo visita”. Ese vínculo entre la sala y la gente parece inalterable. Quienes cruzan sus puertas van en busca de una función: entran a un espacio donde el pasado y el presente se unen. “El público del teatro tiene un vínculo especial con el edificio. Antes de cada función, la gente se sienta, mira hacia arriba y se queda embelesada por la cúpula, los palcos, las butacas, la historia. Eso nos da muchísimo orgullo”, afirmó la directora. El Teatro 3 de Febrero fue reconstruido en varias oportunidades, hasta alcanzar la fisonomía que hoy se conserva. La estructura actual, inaugurada en 1908, brinda la elegancia de la arquitectura italiana con detalles ornamentales que evocan los grandes teatros europeos. En su interior, la sala principal conserva la calidez de la madera original y la acústica natural. Su valor patrimonial es tan significativo que forma parte del inventario de bienes culturales de la provincia. Teatro 3 de Febrero1.jpg Huellas del arte Por sus camarines y pasillos circularon figuras nacionales e internacionales. Desde compañías líricas y orquestas sinfónicas, hasta músicos populares, actores, bailarines y coros locales. Cada presentación dejó una marca en su memoria de ladrillos y terciopelo. “El teatro tiene algo mágico: uno entra y sabe que algo importante va a pasar. No importa si es una función de ballet o una obra independiente, el espacio se transforma con cada espectáculo”, comentó D’Agostino. Además de las funciones, el teatro sostiene una intensa vida cotidiana detrás del telón. Allí trabajan técnicos, sonidistas, iluminadores, vestuaristas, personal de limpieza y administración. Son quienes garantizan que todo ocurra con precisión y cuidado. “Hay un equipo comprometido, que ama el teatro tanto como el público. Sin ellos, nada sería posible”, destacó la directora, que insiste en que la gestión cultural también implica un acto de amor por el patrimonio. Mantener viva una joya patrimonial de 117 años no es tarea sencilla. Los desafíos técnicos y estructurales son parte cotidiana del trabajo de quienes lo gestionan. “Hay que hacer intervenciones todo el tiempo —contó D’Agostino—, porque es un edificio en constante movimiento y que recibe a muchas personas. Desde la gestión municipal, liderada por Rosario Romero, se ha valorizado esa tarea. Esta estructura necesita recursos para mantenimientos de corto, mediano y largo plazo”. Teatro 3 de Febrero.jpg La vida del teatro no se mide sólo en funciones, sino también en las emociones que genera, porque cada espectáculo convoca a cientos de espectadores que, en silencio, comparten una misma expectativa. Cuando el telón se abre, ese momento breve e intenso los reúne. “Realmente siento un orgullo muy grande —dijo Francisca—, porque la gente disfruta mucho de este lugar. Después de una jornada larga de ensayos, armados y trabajo administrativo, ver eso es un regalo hermoso”, y Fiorella completó la escena con la mirada de quien guía a los visitantes: “A quienes vienen de recorrida también les pasa algo especial. Ver la sala vacía, subirse al escenario, conocer el teatro desde otros puntos… es un privilegio. Viven la experiencia de otra manera”. Más allá de su monumentalidad, el Teatro 3 de Febrero sigue siendo un punto de encuentro. Familias, estudiantes, artistas y turistas lo recorren como quien visita un lugar querido. En cada función, en cada visita guiada, se renueva la sensación de pertenencia. La historia no se detiene: se actualiza en los aplausos y con cada mirada que se alza hacia su cúpula. El Teatro 3 de Febrero alberga espectáculos naciones e internacionales y conserva una memoria que sigue latiendo. En cada butaca, en cada función, el público de hoy se une a quienes lo habitaron antes. Su historia resume, mejor que ninguna otra, la fuerza cultural de Paraná: una ciudad que encontró en este teatro su espejo más noble.

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