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» Elterritorio
Fecha: 12/11/2025 13:26
El centro de salud promueve controles prenatales y seguimiento hasta los 6 años, destacando el aporte del Banco de Leche en la recuperación infantil. miércoles 12 de noviembre de 2025 | 4:30hs. Semana del Prematuro en el Hospital Materno Neonatal. Foto: Joaquín Galiano Cada año, la Semana del Prematuro busca sensibilizar sobre la importancia de prevenir los nacimientos anticipados y garantizar cuidados adecuados desde los primeros días de vida. En Misiones, el Hospital Materno Neonatal impulsa acciones de concientización, atención especializada y acompañamiento familiar, reforzando el valor de los controles prenatales y del seguimiento continuo para favorecer el desarrollo saludable de los recién nacidos. “La Semana Mundial del Prematuro se conmemora cada 17 de noviembre y, más que un festejo, representa una oportunidad para concientizar sobre la prevención y los cuidados de los bebés nacidos antes de tiempo”, sostuvo Horacio Ojeda, médico neonatólogo del Hospital Materno Neonatal. A su vez, el especialista señaló que “el mejor tratamiento para un parto prematuro es evitar que ocurra, y eso se logra fomentando los controles precoces en el embarazo y asegurando un seguimiento constante de la salud materna”, precisó el profesional. Por su parte, las causas de prematurez se vinculan a diferentes condiciones de la madre. Entre ellas se encuentran las infecciones, la hipertensión arterial, la diabetes, el consumo de tabaco o drogas y los cuadros de estrés sostenido. También existen causas fetales, como síndromes genéticos o malformaciones, y otros casos que no logran determinarse, denominados idiopáticos. “En este momento hay alrededor de diez bebés en terapia intensiva y otros diez a doce en los sectores de clínica y de recuperación nutricional. Los recién nacidos ingresan a terapia por su inmadurez, y a medida que maduran y se estabilizan, pasan a áreas de menor complejidad hasta llegar al alta”, indicó Ojeda. De acuerdo con el especialista, los cuidados específicos de un bebé prematuro abarcan diferentes dimensiones. La inmadurez de los órganos exige soporte respiratorio, nutrición especial y control neurológico constante. En algunos casos se utiliza un tubo endotraqueal conectado a un respirador, mientras que en otros el apoyo se realiza mediante cánula nasal u otros métodos menos invasivos. “La mayoría de los prematuros necesita apoyo de oxígeno. Algunos requieren respirador, otros solo cánula. También reciben nutrición endovenosa al inicio y luego alimentación gradual. Tratamos de minimizar los efectos indeseables para su desarrollo neurológico”, detalló. Cuidados En esa línea, los cuidados nutricionales resultan determinantes para la recuperación. Muchos recién nacidos se alimentan inicialmente con gotas de leche por vía oral o, cuando no es posible, mediante nutrición parenteral, hasta que su sistema digestivo alcanza la madurez necesaria. El trabajo del equipo busca reproducir las condiciones que el bebé tendría dentro del útero, pero en un ambiente controlado y seguro. “Nos esforzamos por recrear las condiciones intrauterinas dentro de la unidad de cuidados intensivos. Nunca es igual, pero tratamos de reducir los efectos adversos para favorecer su desarrollo neurológico y físico”, sostuvo. Por otro lado, el contacto piel a piel entre la madre y el bebé representa una parte esencial del proceso de recuperación. Esta práctica promueve la estabilidad térmica, mejora la oxigenación y fortalece el vínculo afectivo, incluso cuando los niños permanecen conectados a respiradores o sondas. “Siempre que se pueda, promovemos que el bebé esté en brazos de su madre, incluso con respirador o catéteres. Ese contacto piel a piel es fundamental para su evolución”. Alta Respecto al alta médica, el profesional señaló que se otorga cuando el bebé alcanza los dos kilos de peso, logra mantener la temperatura corporal fuera de la incubadora, presenta una succión eficaz y cumple 36 semanas de edad gestacional corregida. Una vez fuera del hospital, continúa el seguimiento a largo plazo por un equipo interdisciplinario. “El seguimiento lo hacemos hasta los seis años para evaluar el desarrollo neurológico, cognitivo y motor. Buscamos detectar lo antes posible cualquier desviación y trabajar para revertirla”, afirmó. Según precisó, el equipo está integrado por una psicopedagoga y una kinesióloga especializadas en neurodesarrollo, quienes acompañan cada etapa del crecimiento del niño. La evaluación periódica permite detectar a tiempo signos de retraso o dificultades en el aprendizaje, la motricidad o el lenguaje, y garantizar intervenciones adecuadas. “La función de nuestro equipo es identificar precozmente cualquier desviación y trabajar sobre ella para evitar secuelas. La estimulación temprana marca una gran diferencia en el futuro de cada niño”, subrayó. En cuanto a las secuelas posibles, la prematurez puede dejar consecuencias físicas, visuales, cardíacas, digestivas o cognitivas. Las más frecuentes incluyen infecciones respiratorias recurrentes, episodios de broncoobstrucción similares al asma, retinopatías, miopía, astigmatismo, persistencia del ductus arterioso y del foramen oval, intolerancia alimentaria o alteraciones en el tono muscular. También se observan, en algunos casos, dificultades en el lenguaje, retrasos en el aprendizaje, déficit de atención o trastornos del espectro autista. Estas manifestaciones, explicó, dependen de la edad gestacional al momento del nacimiento y de las condiciones durante la internación. Cuanto más prematuro es el bebé, mayor es el riesgo de secuelas. “Las secuelas pueden ser físicas o cognitivas. Hay niños que luego presentan problemas respiratorios, visuales o motores, y otros que desarrollan dificultades en la atención o el lenguaje. Cuanto más prematuro el nacimiento, mayor el riesgo”, indicó. Y cerró: “La prematurez no es gratis. Siempre puede dejar alguna consecuencia en la evolución del niño. Cuanto más prematuro, mayor el riesgo de mortalidad y morbilidad, por eso la prevención es fundamental y comienza con un embarazo controlado”. Leche materna “En la unidad de cuidados intensivos neonatales hay quince camas, y cuando los bebés no disponen de leche materna o la cantidad resulta insuficiente, se envía leche del banco”, indicó Cristina Zinch, coordinadora del Banco Provincial de Leche Humana. Dentro de la terapia intensiva no se utiliza leche de fórmula, ya que la alimentación natural representa una herramienta fundamental para la recuperación. El suministro se realiza con leche de la propia madre o, en su ausencia, con leche donada y sometida a controles de calidad, lo que permite mantener la nutrición adecuada de cada paciente. Desde su creación, el banco alcanzó una recolección total de cuatrocientos treinta litros de leche, aportados por más de doscientas veinte donantes. La cifra refleja el compromiso sostenido de las madres que deciden colaborar y del equipo que se encarga de garantizar la seguridad del proceso desde la recolección hasta la distribución. En la actualidad, alrededor de dieciocho mujeres mantienen una participación activa como donantes. Cada una cumple con evaluaciones médicas y análisis previos que aseguran la calidad del producto, contribuyendo así al bienestar de los bebés internados en distintas áreas del hospital. “Para donar, una mujer debe estar amamantando a su propio bebé, ser sana, contar con un excedente y tener el deseo de colaborar”.
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