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» Facundoquirogafm
Fecha: 12/11/2025 11:35
1x En español, la palabra asado significa «barbacoa» o «asado», que es como se usa comúnmente en España y Latinoamérica hoy en día. Los argentinos utilizamos el término para describir el estilo culinario único de nuestro país, originario de la época de los gauchos: una suerte de vaqueros nómadas que cocinaban sus carnes sobre fuego abierto. El distintivo sabor salado y ahumado del asado argentino actual se debe a la cocción lenta sobre brasas de leña, un método difícil de igualar. El asado, que incluye cortes de carne de res, cerdo y pollo, es ahora famoso entre los gourmets de todo el mundo y está profundamente arraigado en la cultura argentina desde la antigüedad. Las costumbres tradicionales del asado están muy extendidas en muchos restaurantes estadounidenses y europeos. La historia del asado argentino se remonta a los gauchos , aquellos legendarios vaqueros de la Pampa a principios del siglo XIX. En aquella época, desarrollaron una forma de cocinar la carne a la brasa, tan singular como deliciosa. Sazonaban la carne con tan solo sal y fuego; la sencillez realzaba los sabores naturales de la carne de res, que entonces era de una calidad excepcional en Argentina, como lo es hoy. Los gauchos se convirtieron en figuras legendarias de la historia y la cultura argentinas, de forma similar a los vaqueros de Norteamérica. Forjaron un fuerte sentido de identidad y orgullo por su estilo de vida, nutrido por su mezcla de raíces españolas, indígenas y africanas. Crearon un rico folclore de música, poesía y danza. El asado formaba parte de su cultura, tanto en lo que respecta a la comida como a las reuniones con otros pastores. Utilizaban materiales fáciles de conseguir: leña y carne. Su aderezo era sencillo y consistía principalmente en sal y pimienta negra recién molida, y quizá un poco de chimichurri para darle sabor, pero solo después de que la carne estuviera cocida. Utilizaban madera de quebracho o piquillin. Antes de que los gauchos tuvieran hornos de ladrillo o sartenes para cocinar, extendían sus lazos enrollados sobre el fuego y colgaban la carne para asarla al espetón. El asado se convirtió en una solución práctica y sabrosa para las comidas gauchas al aire libre. En los siglos XIX y XX, a medida que Argentina se urbanizaba e industrializaba, la costumbre del asado se adaptó a los nuevos tiempos. La industria ganadera, en pleno auge, convirtió la carne de res en un elemento básico de la gastronomía argentina. Al mismo tiempo, el asado era una ocasión festiva para días nacionales como el Día de la Independencia y el Día de la Revolución de Mayo, así como para otros eventos familiares como reuniones de fin de semana, cumpleaños y bodas. El asado se diversificó aún más, incorporando ingredientes como cerdo, pollo, chorizo, morcilla, además de verduras, pescado y queso. El asador se ha sofisticado con el tiempo, empleando diversos cortes de carne, como solomillo, chuletón, costillares enteros y falda, así como diferentes técnicas de asado, algunas con calor directo y otras con calor indirecto. El asador también domina el control del tiempo y la temperatura. Cada pieza de carne se voltea y se sirve justo en el momento preciso para obtener la máxima jugosidad y sabor. La parrilla, o parrilla de hierro fundido, también se desarrolló. Puede estar hecha de diversos materiales, como hierro o madera, con diferentes estructuras como fogones, zanjas excavadas en la tierra o barriles. La parrilla también se puede ajustar en altura para regular el calor. Sin embargo, lo más importante es el uso de brasas de madera dura de quebracho o piquillín, que le dan a la carne su aroma único. Hoy en día, para muchas familias argentinas, el asado es una tradición semanal. Se suele celebrar los domingos, cuando hay tiempo para relajarse y disfrutar de la cocción lenta, así como de la compañía de familiares y amigos. El asado es también una forma de demostrar hospitalidad y amabilidad. Todos pueden participar en la fiesta. No se trata solo de comer, sino también de conversar, escuchar música y reír.
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