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» La Capital
Fecha: 12/11/2025 11:32
Hoy cualquier fábrica que quiera instalarse en un parque industrial debe cumplir con ciertas exigencias que van más allá de la habilitación municipal. En los últimos años, el contexto normativo fue cambiando y llevó a que el sector industrial se comprometa con medidas para mitigar su impacto en el ambiente. El proceso de radicación de nuevas plantas incluye estudios de impacto ambiental, planes de gestión de residuos, monitoreos periódicos y auditorías técnicas. Ya no se trata solo de conseguir un lote y levantar una nave: antes de que arranque la producción, cada proyecto debe demostrar que su operación es compatible con el entorno, con los recursos hídricos disponibles y con la comunidad cercana. En esta línea, Negocios de La Capital dialogó con Claudio Belloso, titular de la consultora y laboratorio ambiental de Rosario, Biogroup, y con Gustavo Leone, secretario de Ambiente de Santa Fe , para conocer de primera mano los pasos que debe dar una empresa antes de ponerse operativa en una nueva zona. Antes de iniciar el proceso para instalarse o habilitarse, toda empresa o actividad económica debe atravesar una etapa clave: la categorización ambiental. Este paso inicial determina el nivel de impacto que su actividad puede generar sobre el ambiente y define qué tipo de trámite deberá realizar después. “ Primero se categoriza y con esa información básica define su grado de criticidad ambiental . No es lo mismo tratar envases de fitosanitarios que fabricar alimentos, procesar metales o curtir cueros: cada actividad tiene un nivel distinto de impacto”, explica Leone. A partir de esa evaluación, las actividades pueden categorizarse como: eximidas, de bajo, medio o alto impacto ambiental. Aquellas actividades en funcionamiento de criticidad ambiental media o alta deben tramitar una Licencia Ambiental, un procedimiento más exigente que implica la participación de un profesional habilitado, mediciones específicas, un plan de trabajo y un plan de contingencia para prevenir o mitigar los efectos negativos de la actividad sobre el ambiente. Todos los sujetos obligados deben contar con licencia ambiental para no ser objeto de multas y sanciones. Algo que destacaron es que antes el trámite de categorización podía demorar entre tres meses y un año, pero la gestión actual viene de implementar un nuevo sistema online que lo resuelve en menos de media hora. Los resultados saltan a la vista: en apenas diez meses de 2025, se iniciaron más de 2616 establecimientos, quintuplicando la cifra registrada en 2023, que fue de 463 empresas y cuadruplicando las del 2024 que contó con 602 categorizaciones. “Estamos viendo que muchas actividades económicas se adhieren al nuevo sistema digital. Al día de hoy, más de 1600 establecimientos deben tramitar su licencia ambiental digital y muchos se encuentran en trámite para su obtención. Los avances en materia de digitalización nos permitieron agilizar los trámites y conseguir la licencia no dura mucho más de dos semanas”, comentaron. Plan de factibilidad ambiental Como paso previo al arranque de la obra también se les recomienda a las industrias realizar un estudio de Factibilidad Ambiental (FA). Para el director de Biogroup, Claudio Belloso, con más de tres décadas de experiencia en evaluaciones y monitoreos industriales, la factibilidad ambiental es “el primer paso serio” que una empresa debe analizar antes de invertir. >> Leer más: A partir de este martes: las industrias podrán tener su licencia ambiental en sólo hora “Previo a pensar en la nave o en la maquinaria, hay que saber si el lugar es factible para lo que querés hacer. Por eso llegan consultas de empresas de acá y también de otros países que quieren venir a instalarse en Argentina y es un análisis que se realiza con consultoras como la nuestra”, resume Belloso y da algunos ejemplos concretos: “una industria que produce un efluente determinado y en grandes cantidades quizás deba instalarse a orillas del Paraná, en un lugar más caudaloso que, por ejemplo, una ciudad con un arroyo. Algunas empresas de alimentos que tienen emisión de olores fuertes deben ubicarse en zonas específicas, alejadas de aquellas que están siendo habitadas”. Claudio Belloso 2 jpg Claudio Belloso es fundador y director del laboratorio y consultora ambiental Biogroup. Foto: gentileza Biogroup. En cuanto a los números, Belloso explicó que no hay un valor promedio de este plan de factibilidad, sino que siempre dependerá de la actividad de la empresa, la cantidad de empleados que posee, el tipo de residuos que genera y las emisiones líquidas o gaseosas, entre otras variables a tener en cuenta. Todos esos factores pueden medirse y considerarse también dentro de otro informe clave: el Estudio de Impacto Ambiental. Costos ambientales asociados Como rasgo general, medir el impacto ambiental de una industria permite identificar, predecir y valorar los efectos ambientales de un proyecto nuevo, proponiendo medidas para mitigarlos. Pero algo que Belloso marca como un punto interesante es que dentro de este análisis también se incluyen otros índices como el tránsito que genera en la zona. Por ejemplo, cuántos camiones ingresan por día y si es factible un flujo de ese tipo en esa zona. Pero otro punto que los empresarios deben tener en cuenta cuando eligen un parque industrial es el contacto con los desarrolladores de ese predio para verificar que el loteo cuenta con los estudios de impacto ambiental y los permisos correspondientes. “Los realizan tanto los desarrolladores del parque como las propias empresas que quieren radicarse. Es como comprar un terreno para construir una casa, si el desarrollador no tiene los papeles en regla, después surgen los problemas. Por ejemplo, si la empresa genera efluentes líquidos, debe asegurarse de que el parque disponga de un sistema para tratarlos”, advirtió el consultor ambiental. A su vez aporta información clave para el presupuesto general de una empresa, ya que permiten estimar los costos de instalación y de gestión futura. Si la empresa tiene un residuo que debe tratar cada mes y no lo contempla en la planificación, ese gasto se deduce directamente de su margen de ganancia. En cuanto a los tiempos, Belloso precisó que la duración del proceso depende del tamaño y la complejidad de sus procesos pero que, en general, los estudios pueden completarse en dos o tres meses, y su aprobación formal demorar algunos meses más.
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