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» Misionesopina
Fecha: 12/11/2025 09:27
El comercio posadeño, principal generador de empleo privado en la capital provincial, enfrenta una tormenta perfecta. Desde comienzos de año se aceleró una ola de despidos, suspensiones y cierres de locales debido a las bajas ventas, la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados y la recesión económica nacional provocada por el ajuste y las medidas del presidente Javier Milei. La crisis, que se profundizó tras la devaluación de diciembre de 2023, tiene múltiples causas: caída del consumo interno, pérdida del flujo de compradores paraguayos y brasileños, y un parate generalizado en las ventas. “En el comercio en general está habiendo achique de personal. Ante cualquier situación directamente despiden”, advirtió el secretario gremial del Centro de Empleados de Comercio, Agustín Gómez. Despidos y cierres en cadena En las últimas semanas se multiplicaron los casos de despidos y reducciones de personal en locales de todos los tamaños y rubros. Un conocido comercio de artículos para el hogar y regalos, ubicado sobre la calle Córdoba, despidió a diez empleados. Una tradicional mueblería que hace algunos años abrió sobre la avenida Corrientes también redujo su plantilla. Un frigorífico de la ruta 12 (Quaranta) hizo lo propio. Y una reconocida cadena de supermercados reemplaza a personal efectivo y agremiado por cooperativistas sin convenio mercantil a los que le paga un tercio del convenio colectivo de comercio. También se registraron cierres de sucursales: una empresa nacional de venta de muebles, con sede en Rosario, bajó la persiana de su local sobre la avenida Uruguay y Trincheras, dejando a cuatro trabajadores sin empleo y sin cobrar aún su liquidación. En otros casos, las empresas optan por pagar sueldos en cuotas o con demoras, mientras mayoristas y distribuidoras admiten un “parate total” en los pedidos. Esto ocurre con una casa de Colchones muy conocida y con una tienda tradicional de bebidas y hielo de la avenida Uruguay. Un cambio tras la devaluación La caída de las ventas comenzó a sentirse con fuerza después de la devaluación del peso. El encarecimiento de los precios locales en relación con Paraguay y Brasil cortó el histórico flujo de compradores fronterizos. “Antes éramos baratos y la gente venía desde Encarnación o Foz, pero eso se terminó. Ahora estamos más caros que ellos y los locales están vacíos”, explican los empleados. El efecto es visible en el microcentro: los carteles de “se alquila” se multiplican, los salones permanecen cerrados y el movimiento peatonal se redujo drásticamente. El diagnóstico del CEC es unánime: el comercio posadeño está en recesión profunda, sin señales de reactivación a corto plazo. La contracción no distingue tamaños ni rubros. Ferreterías, tiendas de ropa, casas de electrodomésticos, bares y emprendimientos familiares sufren el mismo achique. Cada semana llegan al gremio nuevos casos de despidos, suspensiones o pago irregular de salarios. El verano, tradicionalmente el período de menor actividad, se anticipa como un nuevo golpe para un sector que ya opera al límite.
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