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» Misionesopina
Fecha: 12/11/2025 09:01
La llamada niebla mental no es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas que afectan la concentración, la memoria y la agilidad del pensamiento. Aunque puede aparecer en distintos momentos de la vida, se volvió una queja habitual tras periodos de estrés, covid persistente o etapas hormonales como la menopausia. El psiquiatra Tharaka Gunarathne, describe este fenómeno como “una señal de que el cerebro está fatigado o sobrecargado, no de una debilidad personal”. Según el especialista, encadenar tareas y compromisos sin pausas “impide al cerebro procesar lo anterior y prepararse para lo siguiente”. Por eso recomienda incorporar breves descansos entre actividades: “Programa pausas de cinco o diez minutos para estirarte, beber agua o simplemente sentarte en silencio. Ese margen le da al cerebro el espacio que necesita para recuperar claridad”. El rol del estrés y la multitarea La niebla mental suele aparecer en personas sometidas a jornadas intensas o a la presión del multitasking. Mantener la mente activa de manera continua exige al sistema nervioso más allá de su capacidad natural de recuperación. En estos casos, Gunarathne propone crear rutinas predecibles para reducir la llamada “fatiga de decisión”. Preparar la ropa del día siguiente, dejar el desayuno listo o programar recordatorios digitales “liberan espacio mental y previenen olvidos innecesarios”. La estrategia se resume en el acrónimo SWANS, cinco pilares que, según el psiquiatra británico, sostienen la salud cerebral: Sleep (sueño suficiente), Water (hidratación), Activity (ejercicio regular), Nutrition (alimentación equilibrada) y Stress management (manejo del estrés). Causas médicas y hormonales Aunque el estrés y la sobrecarga son causas comunes, distintos trastornos también pueden provocar confusión o lentitud cognitiva. La neuróloga Lynne Shinto, profesora de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón, explica que “las personas con niebla cerebral suelen describir que no piensan con claridad o que olvidan cosas con facilidad”, aunque conservan su autonomía diaria. Todo tipo de malestar psíquico puede contribuir a la niebla cerebral. (Foto: Adobe Stock). En las mujeres, la perimenopausia es una etapa especialmente sensible. Según la psiquiatra Leslie Swanson, de Michigan Medicine, los cambios hormonales y las alteraciones del sueño que acompañan a este proceso “pueden provocar pequeñas pérdidas en el aprendizaje y la memoria verbal”. La buena noticia, añade, es que “la niebla mental tiende a desaparecer después de la menopausia”. El fenómeno también se ha relacionado con el covid prolongado, en el que la inflamación persistente afecta la concentración y la energía, y con enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide. La reumatóloga Ashira Blazer, de la Universidad de Maryland, explica que “la inflamación crónica puede impactar directamente al cerebro, amplificando la fatiga mental y el dolor”. Falta de sueño y alimentación deficiente Entre las causas más comunes, el sueño insuficiente ocupa un lugar central. El psiquiatra y neurocientífico Daniel Amen, fundador de Amen Clinics, advierte que dormir menos de siete horas altera la memoria y genera confusión mental: “Quedarse despierto hasta muy tarde provoca problemas de memoria y deteriora la claridad cognitiva. Es un impacto directo sobre la salud del cerebro”. La niebla mental es una señal de fatiga del cerebro, no una enfermedad. (Foto: Adobe Stock) A esto se suma la deshidratación, que puede afectar la función cerebral incluso en grados leves, y las deficiencias de vitaminas como la B12, el hierro y la vitamina D, esenciales para mantener la energía y la comunicación neuronal. La psicóloga cognitiva Julie Dumas, de la Universidad de Vermont, compara la sensación de niebla mental con “pensar a través del barro o la melaza”, y subraya que identificar la causa subyacente es clave para revertirla. Cinco consejos para despejar la mente Aunque los tratamientos varían según la causa, los especialistas coinciden en algunas estrategias generales: Dormir entre siete y nueve horas por noche. Hidratarse con frecuencia. Hacer actividad física regular. Reducir el estrés con pausas reales y técnicas de relajación. Evitar el exceso de multitarea y establecer rutinas predecibles. Gunarathne resume su enfoque en una frase: “No hay claridad sin descanso. Un cerebro sobrecargado no puede pensar bien, y eso se nota antes que cualquier otro síntoma”. Fuente: TN
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