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» tn24
Fecha: 12/11/2025 05:35
La Casa Rosada anuló el decreto que trasladaba el Registro Nacional de las Personas al Ministerio de Seguridad. El organismo volverá a depender del Ministerio del Interior, mientras se evalúan nuevos ajustes administrativos. El Gobierno nacional resolvió dar marcha atrás con el traspaso del Registro Nacional de las Personas (Renaper) al Ministerio de Seguridad y mantenerlo bajo la órbita del Ministerio del Interior, que conduce Diego Santilli. La decisión se tomó pocas horas después de la publicación del decreto que oficializaba el cambio y que generó sorpresa incluso dentro del propio oficialismo. Fuentes gubernamentales confirmaron que el decreto será corregido y anulado en las próximas horas. “Va a volver a la órbita de Diego”, aseguró un funcionario de alto rango, confirmando que el organismo —encargado de la emisión de documentos nacionales de identidad y pasaportes— regresará a su dependencia tradicional. La medida original había trasladado el Renaper al Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, junto con la Dirección Nacional de Migraciones. El cambio fue interpretado como una ampliación significativa del poder de la ministra, lo que habría generado tensiones internas. “La cantidad de áreas que se quitaban del Interior fue excesiva”, reconoció una fuente cercana a la Presidencia. Desde otros sectores del Gobierno, sin embargo, relativizaron la versión de un “error administrativo”. “Era una decisión conversada, pero no todos los implicados estaban al tanto”, explicaron. La rectificación se da en medio de una serie de reacomodamientos dentro del Gabinete, impulsados por el flamante jefe de Gabinete, Manuel Adorni, quien asumió con la misión de reorganizar la estructura administrativa y mejorar la coordinación entre ministerios. Este martes, Adorni mantuvo una reunión de trabajo con Bullrich para coordinar la agenda de cambios y, posteriormente, tiene previsto encontrarse con Santilli para analizar el nuevo esquema de competencias. En paralelo, la Jefatura de Gabinete absorbió nuevas áreas estratégicas, entre ellas la Secretaría de Comunicación y Medios, que anteriormente dependía directamente de la Presidencia. De este modo, Adorni no solo conservará las funciones de vocero oficial, sino que también controlará los medios públicos, como Contenidos Públicos, Radio y Televisión Argentina y la agencia APE S.A.U. (ex Télam). Asimismo, la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, dirigida por Daniel Scioli, fue transferida a su órbita. Este organismo incluye entidades de peso como el ENARD, la CNAD, el INPROTUR y el Fondo Nacional del Turismo, todos sectores de especial interés para el entorno presidencial, en particular para Karina Milei, hermana y principal asesora del Presidente. Aunque Bullrich no conservará el Renaper, sí mantendrá la Dirección Nacional de Migraciones, otra dependencia clave del área de Interior. De todos modos, su permanencia será breve: la ministra asumirá en pocas semanas su banca en el Senado por la Ciudad de Buenos Aires. Su lugar en el Ejecutivo será ocupado por Alejandra Monteoliva, actual secretaria de Seguridad Nacional y colaboradora de máxima confianza. Las disputas por la administración de organismos estratégicos no son nuevas. Bullrich había manifestado en distintas oportunidades su interés en sumar bajo su control tanto Migraciones como el Renaper. En cambio, Santilli mantuvo su posición de preservar esas áreas históricamente vinculadas al Interior. En el trasfondo de este reacomodamiento, la figura de Adorni cobra cada vez más relevancia. Además de coordinar ministerios, el jefe de Gabinete supervisará ocho organismos descentralizados de alto perfil, como el CONICET, la CNEA, la CONAE y la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), además de empresas estratégicas como Correo Argentino, ARSAT, VENG y la Corporación Puerto Madero. El objetivo, según fuentes oficiales, es optimizar la gestión y reducir superposiciones, aunque dentro del Gobierno reconocen que algunos organismos podrían ser reubicados según las prioridades de la administración Milei. La reversión del traspaso del Renaper refleja, en definitiva, las tensiones internas por el control de las estructuras del Estado, en un contexto donde el Presidente busca consolidar una administración más compacta, eficiente y alineada a los nuevos equilibrios de poder dentro de la Casa Rosada.
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