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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 23:14
La foto final de la decimonovena edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” En el auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (C3) de la Ciudad de Buenos Aires, la expectativa llenó cada rincón durante la tarde del martes 11 de noviembre. Científicas llegadas desde distintos puntos de Argentina ocuparon sus asientos frente al escenario, mientras altos representantes de la comunidad científica, autoridades académicas y familiares aguardaron el anuncio que define un capítulo importante en el camino hacia la igualdad de género en la investigación nacional. La celebración de la decimonovena edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” propuso mucho más que una entrega de distinciones: representó, una vez más, un acto de visibilidad, reconocimiento y desafío a siglos de invisibilización de los aportes femeninos en el ámbito científico. Ernesto Fernández Polcuch, Director Regional de UNESCO; Yann Le Bourdon, Presidente y Gerente General de L’Oréal Groupe en Argentina, Gabriela Carolina Pagnussat, referente del Instituto de Investigaciones Biológicas CONICET-Universidad Nacional de Mar del Plata y CEO de la empresa de base tecnológica ThermoReLeaf, quién recibió la máxima distinción en la categoría Premio, y el Dr. Daniel Salamone, Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). La ceremonia, organizada por la Fundación L’Oréal junto al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), adquirió un tono especial en una edición atravesada por dos ejes centrales: la urgencia de transformar estructuras desiguales y la posibilidad de darle impulso a investigaciones con impacto real en salud, ambiente y tecnología. La sala fue escenario de palabras precisos que pusieron en evidencia la brecha aún persistente en la ciencia mundial. Con la conducción de Daniela Blanco, directora editorial de Infobae, el evento arrancó minutos antes de las 17 de este martes. Otro de los premios de la noche fue para Mehrnoosh Arrar, investigadora asistente en el Instituto de Cálculo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA, CONICET), en la categoría Beca. La periodista indicó en sus palabras que le dieron inicio a la premiación: “Es esencial empoderar a las mujeres científicas para romper el techo de cristal. Ese techo que está presente para todas las mujeres que trabajamos, no importa el ámbito, pero particularmente en el científico. Parece que no está, pero está. Persisten desafíos específicos para las mujeres que avanzan en sus carreras científicas. Solo el veintisiete coma cinco por ciento de los puestos académicos superiores en ciencia en Europa están ocupados por mujeres”. Un video mostró estadísticas de la UNESCO que evidencian que las mujeres ocupan solo el 31,7% del total de científicos en el planeta, mientras que menos del 4% de los Nobel en disciplinas científicas se han otorgado a investigadoras. Las principales autoridades del CONICET, L'Oréal y la UNESCO asistieron al evento Durante casi dos décadas, el premio nacional impulsó decenas de proyectos y permitió a más de 70 investigadoras argentinas potenciar sus trayectorias. El estímulo abarca desde incentivos económicos hasta el acceso a una red internacional de contactos, sumando referentes que promueven la equidad. Para quienes transitan el sistema científico, la valorización pública del trabajo propio implica también una devolución simbólica. En la edición 2025 se recibieron 124 postulaciones de científicas de diferentes provincias y ciudades del país. La categoría Ciencias de la Vida abarcó áreas como ciencias médicas, biológicas, bioquímicas, veterinarias, biotecnología y fisiología. La diversidad regional y disciplinar resultó evidente tanto en la cantidad como en la procedencia de los proyectos. El espectacular evento de la ciencia se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) de la Ciudad de Buenos Aires Desde 2017 se incrementó el número de distinciones, que pasó de cuatro a seis anuales. Esto favoreció un alcance más amplio en la representación de la ciencia argentina y de referentes de distintos puntos del país. El ambiente en la sala combinó expectativa con emoción contenida. Al frente, autoridades de la Fundación L’Oréal, encabezadas por Yann Le Bourdon, presidente y gerente general en la filial local, y directores del CONICET, junto a representantes de UNESCO y referentes del sector académico, se dispusieron a celebrar logros que atraviesan generaciones. Tomás Napolitano, primer consejero de la embajada de Francia; Brenda Bianquet, gerenta de Asuntos Corporativos en L'Oreal; Myriam Boivin, del Instituto de Ecorregiones Andinas (INECOA, CONICET – Universidad Nacional de Jujuy), una de las galardonadas como mención en la categoría Beca y Alberto Baruj, Vice Presidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET. Los discursos iniciales pusieron en valor el “esfuerzo colectivo” de quienes luchan día a día contra las barreras de género. Además, destacaron el impacto multiplicador que produce el reconocimiento, capaz de inspirar nuevas vocaciones entre niñas y jóvenes, en palabras subrayadas por los organizadores. “Queremos acercar la ciencia a más personas, promover su estudio y dar mayor visibilidad a las mujeres científicas para que así contemos con referentes que inspiren, que nos contagien su interés y pasión por la investigación científica”, señaló Le Bourdon. Emocionada, la doctora María Teresa Dova, quien esta vez le tocó entregar el premio a sus colegas Por su lado, Ernesto Fernández Polcuch, Director Regional de UNESCO, resaltó durante su discurso: “Hay una frase que está en la constitución de la UNESCO, que dice que como las guerras se crean en las mentes de las personas, es también en la mente de las personas que debemos construir los baluartes de la paz a través de la educación, la ciencia y la cultura. Para solucionar los problemas del mundo actual, necesitamos más ciencia. Y para tener más ciencia necesitamos, naturalmente, más mujeres en ciencia”. La escenografía del C3 propició un entorno de encuentro, pero el verdadero impacto surgió de las historias concretas detrás de cada galardonada y del contenido de los proyectos que buscan resolver problemas clave para la sociedad. Ernesto Fernández Polcuch, Director Regional de UNESCO en Montevideo. El galardón mayor, en la categoría Premio, fue entregado a Gabriela Carolina Pagnussat, referente del Instituto de Investigaciones Biológicas CONICET-Universidad Nacional de Mar del Plata y CEO de la empresa de base tecnológica ThermoReLeaf. Su propuesta, titulada “Hacia cultivos resistentes a las olas de calor: activación del factor de splicing SWAP mediante tecnología CRISPR-dCAS9”, explora una solución innovadora frente a uno de los temas de preocupación global: el impacto del cambio climático en cultivos. El método busca desarrollar plantas genéticamente editadas, capaces de mantener rendimientos y resistir a las temperaturas extremas, lo que abre nuevas posibilidades para la producción agrícola sustentable. Al recibir el premio, dijo unas palabras, con la voz temblorosa a causa de la emoción del momento: “Si bien es un reconocimiento individual, eh, quiero destacar que los logros en ciencia, como muchos aspectos de la vida, son colectivos. Por eso quisiera aprovechar para agradecer tanto a las instituciones como a las personas que hicieron posible que esté yo hoy acá. Gracias a la Universidad Nacional de Mar del Plata, a la educación pública, que hizo posible mi camino en ciencia, con el apoyo de CONICET ya desde mi beca postdoctoral, al Instituto de Investigaciones Biológicas de la Universidad Nacional de Mar del Plata y a mi equipo de trabajo pasado y presente, a tantos estudiantes, becarias y becarios, que son los que a diario hacen posible el trabajo de investigación”. Pagnussat agradeció tanto a sus compañeros profesionales como a sus familiares y amigos durante su emotivo discurso La ceremonia avanzó hacia la presentación de la ganadora en la categoría Beca. El podio fue para Mehrnoosh Arrar, investigadora asistente en el Instituto de Cálculo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA, CONICET). Su proyecto aborda el diseño racional de antivirales para el Dengue, enfermedad cuya propagación se intensificó en el continente durante los últimos años. Arrar analizó la estructura y dinámica de la helicasa NS3 del virus del Dengue, una proteína clave en el ciclo viral, con el objetivo de encontrar puntos vulnerables para el desarrollo de nuevas terapias. La investigadora, nacida en Estados Unidos e hija de inmigrantes iraníes, reside en la Ciudad de Buenos Aires desde hace más de una década y realizó sus estudios de doctorado en la University of California San Diego. Ambas científicas recibieron aportes económicos de ARS $15.000.000 y ARS $10.000.000 respectivamente, fondos que según enfatizaron las autoridades, resultan fundamentales para sostener experimentos, adquirir equipamiento y consolidar equipos interdisciplinarios. Eva Virginia Acosta Rodríguez recibió la mención especial en la categoría Premio, brindada por Mariana Petrina, Directora de Asuntos Corporativos, Comunicación y Sustentabilidad de L'Oréal Groupe en Argentina, María Teresa Dova y Claudia Capurro, Vicepresidenta de Asuntos Científicos del CONICET “Ayer tuve la oportunidad de conocer un poco mejor a las ganadoras. y la verdad es que es un honor enorme formar parte de este grupo. Quisiera solo agregar un comentario personal. Yo en muchos momentos de mi trayectoria, dudé y pensé que esto de hacer ciencia no era para mí. Y en cada uno de esos momentos recuerdo a una mujer cercana: a una profesora, una referente, una colega, una amiga e incluso a una estudiante, Así que un agradecimiento muy especial a todas ellas y también a todo mi entorno científico”, enfatizó Arrar. Daniela Blanco, Directora Editorial de Infobae, fue la conductura del evento El premio también incluyó menciones especiales en ambas categorías. En la categoría Premio, Eva Virginia Acosta Rodríguez fue distinguida por su abordaje novedoso en inmunidad de precisión aplicada a artritis reumatoidea. Acosta Rodríguez, bioquímica y doctora en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, profundiza en la caracterización de mecanismos inmunológicos y estrategias terapéuticas personalizadas que puedan mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad. Junto a ella, Luciana Balboa, licenciada en Ciencias Biológicas y doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Buenos Aires e investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS), fue reconocida por el desarrollo de una estrategia innovadora para el tratamiento de la tuberculosis pleural. Luciana Balboa fue distinguida por su trabajo en el diseño de una estrategia innovadora para el tratamiento de la tuberculosis pleural Su línea indaga en la modulación del eje ALOX5/Resolvina D5/GPR32 para optimizar y acortar los tratamientos, lo que atiende una problemática ligada a las enfermedades infecciosas de alta prevalencia. En la categoría Beca, Myriam Boivin y Sabrina Soledad Gavini fueron las menciones resaltadas. Boivin, desde el Instituto de Ecorregiones Andinas (INECOA, CONICET – Universidad Nacional de Jujuy), abordó la influencia de los cambios climáticos en la evolución de los roedores caviomorfos durante el Cenozoico, lo que amplía el conocimiento de especies emblemáticas de América del Sur como carpinchos y vizcachas. Su investigación aporta claves sobre cómo la fluctuación del ambiente modeló la biodiversidad actual. Yann Le Bourdon, Presidente y Gerente General de L’Oréal Groupe en Argentina. Gavini, por su parte, investiga en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-Universidad Nacional del Comahue) el rol de las plantas nodrizas de alta montaña en la polinización y reproducción vegetal en la Patagonia andina, un enfoque que adquiere peso en tiempos de crisis ecológica y donde la conservación de ecosistemas frágiles es prioridad. El premio L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” tiene una historia de 27 años y una red global que distingue a más de 4.700 científicas, entre ellas 137 galardonadas internacionales y más de 4.000 jóvenes investigadoras en alrededor de 140 países. Entre las internacionales, siete obtuvieron el Premio Nobel luego de ser reconocidas, datos que refuerzan el impacto de la distinción a nivel profesional y académico. Sabrina Soledad Gavini recibió su mención especial de la mano de Tomás Napolitano, Brenda Bianquet y Alberto Baruj En Argentina, el premio local no solo visibiliza trayectorias, sino que sienta precedentes. La carrera de las mujeres científicas se vio marcada por trabas históricas. Muchas veces, sus nombres no aparecieron en los créditos de los descubrimientos, o sus aportes quedaron adjudicados a pares varones. Este tipo de iniciativas apuntan a revertir esa desigualdad y construir referencias nuevas para las siguientes generaciones. Un hito atraviesa particularmente la edición nacional de este año. Una física argentina recibió la máxima distinción a nivel internacional. María Teresa Dova, quién asistió a la ceremonia, fue premiada en representación de América Latina y el Caribe gracias a sus investigaciones en física de partículas, que incluyen su rol en el hallazgo del bosón de Higgs en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Con este premio, la Argentina se consolida como el país latinoamericano con mayor cantidad de investigadoras reconocidas en la historia del galardón, sumando 11 científicas: ocho Laureadas y tres Rising Talents. Fares Yassir, embajador de Marruecos, y Daniel Marius Cibangu Kasonga Mubabinge, embajador de Congo, asistieron a la premiación “Nacida en Alberti, provincia de Buenos Aires, fue declarada ciudadana ilustre de la ciudad de La Plata en el 2008 y de la provincia de Buenos Aires en el 2016, en reconocimiento, por supuesto, a su destacada trayectoria científica. Su liderazgo en este campo y su excepcional dedicación como mentora de jóvenes científicos han inspirado a una nueva generación y han llevado a la Argentina a desempeñar un papel fundamental en la física experimental mundial”, dijo Daniela Blanco al presentar a María Teresa Dova. Para concluir el evento, el director del CONICET, el Dr. Daniel Salamone, brindó un discurso de cierre: “Felicitar a las galardonadas, han hecho cosas increíbles, extremadamente motivadoras. Agradezco mucho este premio, porque no solo torna visible a la mujer, sino el approach ha sido extremadamente federal. Tenemos investigadores de todo el país, distribuidos, haciendo sus investigaciones en diferentes lugares. Bueno, esto es un premio a la excelencia de ustedes. Les va a permitir favorecer sus líneas de investigación, su recorrido personal”. Yann Le Bourdon, Presidente y Gerente General de L’Oréal Groupe en Argentina, María Teresa Dova, física argentina y Ernesto Fernández Polcuch, Director Regional de UNESCO La ceremonia fue acompañada por representantes de diversas ONG orientadas a la promoción del liderazgo femenino, docentes, estudiantes secundarias interesadas en la ciencia, y familias que compartieron la emoción de un reconocimiento largamente esperado. Durante la entrega, los discursos señalaron la necesidad de políticas públicas activas y de incentivos continuos. Las historias de las investigadoras premiadas reflejan recorridos personales y colectivos atravesados por desafíos, y también por descubrimientos que se integran a la vida cotidiana de la sociedad. El emotivo evento cerró una tarde de distinciones que revalorizan, año tras año, la presencia de las mujeres en la ciencia Se trata de conquistas científicas con incidencia directa: prácticas más sostenibles en producción agrícola, avances en terapias para enfermedades crónicas e infecciosas, apertura de terrenos aún inexplorados en biodiversidad y conservación, y el desarrollo de agentes antivirales con potencial de modificar el curso de epidemias. Sobre el cierre del acto, autoridades de la Fundación L’Oréal, el CONICET y UNESCO celebraron la calidad de los 124 proyectos presentados este año y agradecieron a cada postulante por contribuir al avance de la ciencia en el país. La foto grupal, coronada por los tradicionales diplomas dorados, dejó un registro tangible del presente y del futuro que buscan construir. La edición 2025 del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” renueva el horizonte de equidad, y recuerda que ampliar la presencia de las mujeres en el sistema científico es una tarea permanente que requiere reconocimiento, financiación, redes de contactos y sobre todo confianza sostenida en el talento y la vocación de quienes investigan. *Fotos: Jaime Olivos
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