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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 22:59
El 88% de las organizaciones globales ya utiliza inteligencia artificial en al menos una función de negocio, según McKinsey. (Imagen ilustrativa Infobae) El 88% de las organizaciones a nivel mundial ya ha incorporado la inteligencia artificial (IA) en al menos una función de negocio, según ha revelado McKinsey en su última encuesta global. Aunque los agentes de IA avanzan y la innovación empresarial se beneficia, la mayoría de las empresas sigue lejos de escalar la tecnología y obtener un impacto financiero significativo a nivel global. El estudio, realizado entre el 25 de junio y el 29 de julio de 2025 con casi 2.000 participantes de 105 países, dibuja un panorama de entusiasmo y cautela a partes iguales en la adopción tecnológica. Inteligencia artificial: extensión y retos del escalado La adopción de la inteligencia artificial ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años. McKinsey ha constatado que el porcentaje de empresas que emplean IA en al menos una función ha pasado del 78% al 88% en solo un año. Sin embargo, el despliegue a gran escala sigue siendo una asignatura pendiente: cerca de dos tercios de las organizaciones permanecen en fases de experimentación o piloto, y solo un tercio ha comenzado a escalar sus programas de IA en toda la empresa. El uso de la IA se ha diversificado y ya abarca múltiples áreas de negocio. Más de dos tercios de las compañías utilizan la tecnología en más de una función, y la mitad la aplica en tres o más. Las funciones más habituales incluyen tecnologías de la información, gestión del conocimiento, operaciones de servicio, ingeniería de software, desarrollo de productos y servicios, recursos humanos, gestión de riesgos y cumplimiento normativo, estrategia y finanzas corporativas, cadena de suministro y fabricación, y marketing y ventas. La adopción de IA es más alta en sectores como tecnología, medios, telecomunicaciones y sanidad, superando el 90% en funciones clave.(Imagen ilustrativa Infobae) Sectores como tecnología, medios de comunicación, telecomunicaciones e incluso sanidad presentan las tasas más altas de adopción de IA, superando el 90 % de uso en funciones clave como IT y gestión del conocimiento. No obstante, la integración profunda de la IA en los flujos de trabajo y procesos empresariales sigue siendo limitada, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas. Las grandes compañías, por su parte, muestran una mayor capacidad para invertir y avanzar en el escalado: casi la mitad de las organizaciones con más de USD 5.000 millones de ingresos han alcanzado esta fase, frente al 29% de las que facturan menos de USD 100 millones. Agentes de IA: avance y potencial Uno de los focos del informe de McKinsey es el avance de los agentes de IA, sistemas basados en modelos fundacionales capaces de planificar y ejecutar tareas de forma autónoma en el mundo real. El 62% de las empresas ya experimenta con agentes de IA, aunque solo el 23% ha iniciado su escalado en alguna función de negocio. Incluso entre quienes han dado este paso, la mayoría limita el despliegue a una o dos áreas, y en ningún caso más del 10% de las organizaciones afirma escalar agentes de IA en una función concreta. El uso de agentes de IA es más frecuente en funciones como tecnologías de la información y gestión del conocimiento, donde se han desarrollado casos de uso como la gestión de servicios de soporte o la investigación avanzada. Por sectores, tecnología, medios de comunicación, telecomunicaciones y sanidad encabezan la adopción de estos sistemas. Michael Chui, senior fellow de McKinsey, ha señalado que “el uso de agentes de IA no es aún generalizado; la brecha entre el potencial y la realidad evidencia que pasar de la experimentación al impacto a escala requiere esfuerzo”. Beneficios, innovación y los “high performers” El 62% de las compañías experimenta con agentes de IA, pero solo el 23% ha iniciado su escalado en alguna función de negocio. (Imagen ilustrativa Infobae) A pesar de que el impacto financiero global de la IA sigue siendo limitado —solo el 39% de las empresas atribuye algún efecto en el EBIT a la tecnología, y la mayoría de estos casos representa menos del 5% del resultado—, los beneficios cualitativos son notables. El 64% de las organizaciones afirma que la IA ha impulsado la innovación, y cerca de la mitad reporta mejoras en la satisfacción de clientes y empleados, así como en la diferenciación competitiva. Los mayores beneficios económicos se concentran en áreas como marketing y ventas, estrategia y finanzas corporativas, y desarrollo de productos y servicios. En cuanto a la reducción de costes, destacan funciones como ingeniería de software, fabricación y tecnologías de la información. El informe de McKinsey identifica a los denominados “high performers”, un grupo que representa el 6% de las empresas encuestadas y que ha logrado un impacto relevante en sus resultados gracias a la IA. Estas organizaciones se caracterizan por su ambición transformadora: el 50% planea utilizar la IA para transformar su negocio en los próximos tres años, frente al 14% del resto. Además, son casi tres veces más propensas a rediseñar de forma fundamental sus flujos de trabajo y a escalar el uso de agentes de IA en múltiples funciones. Tara Balakrishnan, colaborador de McKinsey, ha destacado que “lo que más destaca de los high performers es su nivel de ambición. Su agenda de IA va más allá de la eficiencia incremental: buscan reinventar sus negocios”. Bryce Hall, colaborador de la firma, ha añadido que “las empresas líderes combinan soluciones de IA con la experiencia humana en los puntos clave, lo que genera una ‘inteligencia híbrida’ y valor real”. Brechas, riesgos y gestión en la adopción a escala El camino hacia la adopción masiva de la IA no está exento de retos. La mayoría de las empresas sigue sin integrar la tecnología de forma profunda en sus procesos, y las diferencias entre grandes y pequeñas organizaciones persisten. El rediseño de procesos, el liderazgo activo y la inversión en talento y tecnología son factores determinantes para el éxito. En cuanto a los riesgos, el 51% de las empresas ha experimentado al menos una consecuencia negativa derivada del uso de IA, siendo la inexactitud el problema más común. Las organizaciones más avanzadas (“high performers”) no solo reportan más incidentes, especialmente en materia de propiedad intelectual y cumplimiento normativo, sino que también implementan más medidas de mitigación. La gestión de riesgos como la privacidad, la explicabilidad, la reputación y la seguridad se ha vuelto más habitual, aunque todavía existen áreas de mejora. Alexander Sukharevsky, colaborador de McKinsey, ha afirmado que “abordar la IA solo desde la eficiencia no basta; lograr resultados medibles exige una agenda audaz, impulsada por la innovación y la transformación”. Las empresas 'high performers' representan el 6% y destacan por su ambición transformadora y su capacidad para escalar la IA. (Imagen ilustrativa Infobae) Perspectivas de futuro: empleo, talento y claves de éxito Las expectativas sobre el impacto de la IA en el empleo son dispares. Un tercio de las empresas prevé una reducción de plantilla en el próximo año, mientras que el 13% anticipa un aumento. Las grandes compañías son más proclives a prever recortes, aunque también lideran la contratación de perfiles tecnológicos como ingenieros de software, científicos de datos y especialistas en integración y modelado de datos. McKinsey ha subrayado que las organizaciones que obtienen mejores resultados con la IA comparten una serie de prácticas: liderazgo comprometido, procesos definidos para la validación humana de los resultados, infraestructuras tecnológicas robustas, estrategias claras de talento y una visión alineada sobre el valor que puede aportar la IA. Además, estas empresas destinan una mayor proporción de su presupuesto digital a la tecnología: más de un tercio de los “high performers” invierte más del 20% en IA. La consultora ha insistido en que la combinación de soluciones de IA con la experiencia humana, el rediseño de procesos y la implicación activa de los líderes son claves para capturar valor real y sostenible. Aunque la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta habitual en las empresas, la mayoría aún se encuentra en la transición entre la experimentación y el despliegue a gran escala. Solo aquellas organizaciones que abordan la IA como un motor de transformación, rediseñando sus procesos y apostando por la innovación, están logrando avanzar hacia un impacto empresarial significativo y duradero.
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