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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 18:34
Polémica en el fútol boliviano En un hecho tan inusual como inaceptable dentro del marco reglamentario, el encuentro entre Aurora y Jorge Wilstermann por la Copa Paceña (finalizó 2-2), bajo la órbita de la Federación Boliviana de Fútbol, terminó envuelto en controversia arbitral. El juez principal Bruno Vera (FIFA), acompañado por los asistentes Richard Orellana (FIFA) y Ariel Guizaga, con Juan C. Huanca como cuarto árbitro y Nelio García en el VAR, protagonizó una situación que ha generado sorpresa en el ambiente arbitral sudamericano. La jugada: un fuera de juego que terminó en gol y confusión Corría una acción ofensiva del conjunto visitante, Wilstermann, cuando el delantero Martín Barrón marcó un gol en clara posición adelantada. Tanto el árbitro como su asistente sancionaron correctamente el fuera de juego, cumpliendo el procedimiento establecido: señal, interrupción y preparación para la reanudación. Sin embargo, tras la revisión en el VAR, los responsables de la cabina comunicaron erróneamente que se trataba de un gol válido, considerando —de manera equivocada— que la posición no era sancionable. Ante esa información, el juez principal anuló su decisión original y convalidó el gol. El juego se reanudó conforme al protocolo reglamentario. El error técnico reglamentario El punto crítico se produjo segundos después, cuando el árbitro decidió detener nuevamente el partido y anular el gol ya convalidado, retrotrayendo la acción al fuera de juego inicial. Esta medida, aunque pretendió corregir un fallo de interpretación, viola de manera expresa la Regla 10 y la Regla 11, en relación con la Regla 8 (inicio y reanudación del juego) y el Protocolo VAR de la IFAB. Según las disposiciones vigentes: “Una vez que el juego se ha reanudado, no se puede volver atrás para revisar o modificar una decisión previa, incluso si se confirma que fue un error claro y obvio.” Este principio es taxativo: la reanudación del juego es el punto de no retorno. El VAR solo puede intervenir hasta antes de que la pelota vuelva a estar en juego; una vez reanudado, toda acción posterior es definitiva, aunque la decisión original haya sido errónea. El caso del árbitro Bruno Vera se convierte en un ejemplo de cómo una falta de coordinación y comprensión del procedimiento VAR puede derivar en una vulneración reglamentaria grave. La intención de hacer justicia deportiva terminó generando una injusticia técnica: se rompió el principio de seguridad jurídica que protege al juego. Más allá del resultado del encuentro, lo ocurrido en Cochabamba deja una lección clara: la tecnología no sustituye el conocimiento arbitral, sino que lo exige aún más. El VAR es una herramienta al servicio de la precisión, pero solo cuando se respeta su protocolo y su tiempo de acción.
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