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» Diario Cordoba
Fecha: 08/11/2025 21:45
Piensa en todo lo que deseas: hoy lo puedes tener. Y si no lo puedes tener hoy, lo podrás alcanzar más adelante. Habrá un gran algoritmo para ti, que pensará en ti, que te acariciará con esa voz que únicamente necesitas tú. Imagina poder pedir un amor a la carta. No ya una mujer, o un hombre, sino un amor. Imagina poder asegurarte de que cada mañana te despertarán con un rito concreto, una caricia, un tipo de beso, una palabra. Imagina que una inteligencia suprema se alía con todas las otras inteligencias que han existido antes, casi desde el comienzo de los tiempos, y puedes elegir entre Helena de Troya, Rita Hayworth o Scarlett Johansson. Pero no me refiero sólo al físico, ni tampoco al timbre de la voz, no me refiero tampoco únicamente a su cadencia al danzar sobre ti o debajo de ti, ni siquiera me refiero sólo a la tersura de su piel, a su aroma, y también a esa atmósfera que parece expandirse por una habitación cuando una mujer cálida la llena con una presencia que es también magnetismo y pasión, con dulzura en la forma de fijar cada instante al recuerdo. Me refiero a su conversación, a su forma primera de pensar, a su escucha, a su generosidad, a su forma de andar contigo por la calle, de tocarte, de llenar tus abrazos con un nuevo sentido. Me refiero a todo esto, con esta gama alta, pero también a lo contrario, a todo aquello que una inteligencia suprema que se ha aliado ya con todas las inteligencias superiores, las que siempre han existido, descifre para ti, genere para ti. Imagina también un humanoide, una criatura, un casi auténtico ser humano en la sensorialidad, y en la sensualidad, que pueda incorporar ese carácter. Te lo ofrecen, te lo ponen delante, y ahora sólo tienes que dejarte querer. Imagina todo lo que deseas: una película hecha para ti, una serie, una novela escrita pensando sólo en aquello que gana tu entusiasmo. Todo eso será tuyo. Podrás tener un hijo: no lo verás caer, ni equivocarse. Es decir: no lo verás crecer. No lo verás ser. Pero habrás saciado tu deseo artificial de ser padre. Imagina una obra de arte. Imagínalo todo. El abrazo perfecto. El sexo perfecto. El hogar perfecto. Imagínalo todo, sabiendo que no habrá detrás un ser humano, con sus propias caídas, sus equivocaciones, sus temblores, sus miedos, y también sus fulgores. Yo quiero una canción, un poema, una obra de teatro, que tenga detrás a un ser humano. Quiero saber por qué Robert Redford comienza su carrera como director rodando Gente corriente. Qué vacío tenemos ahí, qué herida no curada. Quiero sentir tus besos no porque sean perfectos -que lo son-, sino porque son tuyos, y estarás esperando cuando baje del tren, con tu belleza, y con tu inteligencia natural. *Escritor
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