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» Diario Cordoba
Fecha: 07/11/2025 12:17
La gran afluencia de turistas, la cantidad de embarcaciones de recreo y la cercanía a las principales"autopistas marítimas" del Mediterréno Occidental hacen de Ibiza el lugar ideal para introducir grandes partidas de droga. Por eso la mafia albanesa con la que trabajaba la banda de Stefan Milojevic, desmantelada en la operación Manso-Enroque Bal, había convertido la isla en la puerta europea del narcotráfico. La cocaína llegaba en barcos mercantes, desde donde arrojaban los fardos con flotadores y balizas para que los narcos locales la recogieran en alta mar. El hachís llegaba a la isla en potentes embarcaciones neumáticas, directamente desde el norte de África. La droga permanecía apenas 48 horas en depósitos en Ibiza, antes de ser trasladada, oculta entre mercancías legales, en camiones que viajaban a Valencia en Ferry. Y desde allí los narcos la distribuyen a toda España y Europa. Milojevic se vanagloria en una conversación intervenida por los investigadores de haber llevado 300 kilos de hachís a Rusia. Son algunas de las revelaciones de la operación Manso-Enroque Bal, desarrollada por la Guardia Civil y la Policía Nacional de Mallorca durante los últimos tres meses después de dos años de investigación. Una operación desarrollada en seis fases que empezó el pasado mes de agosto, con la detención de los supuestos jefes de la banda en Mallorca, Stefan Milojevic y el abogado Gonzalo Márquez, así como la del exjefe del Grupo II de Estupefacientes, Faustino Nogales, acusado de facilitarles información. Los investigadores han intervenido más de 1,5 millones de euros. / MANU MIELNIEZUK Los investigadores han cerrado la investigación, por ahora, con 76 detenidos y la incautación de 687 kilos de cocaína, 2.500 kilos de hachís y 1.543.000 euros. Los responsables de la operación destacan que, a lo largo de seis fases distintas, han sido desmantelada toda la estructura piramidal del narcotráfico: desde el transporte internacional de la droga a la distribución entre grandes clanes de narcos, para acabar en decenas de puntos de venta al menudeo. La investigación ha permitido constatar que la banda liderada por Milojevic y Márquez mantenía contactos con una organización criminal albanesa que introducía toneladas de cocaína y hachís desde Sudamérica y el norte de África. La cocaína era transportada en barcos mercantes, desde donde la arrojaban en un punto previamente acordado en alta mar. La banda de Milojevic contaba con potentes embarcaciones que seguían la estela de los mercantes y recogían los fardos de droga, que contaban con flotadores y dispositivos GPS para su localización. El hachís llegaba en embarcaciones neumáticas. En ambos casos su primer destino era Ibiza. Allí la organización contaba con depósitos donde los alijos permanecían apenas 48 horas antes de ser trasladados a camiones, que viajaban en ferry a Valencia o a Mallorca, ocultos entre la carga legal. Fue en uno de estos camiones cuando los investigadores intervinieron el principal alijo capturado en la operación, 675 kilos de cocaína que acababa de desembarcar en el puerto de Valencia del ferry procedente de Ibiza. La organización contaba con almacenes en Valencia y otras ciudades de la península, desde donde la droga era transportada por carretera a toda Europa. Milojevic se jacta en una conversación intervenida por los investigadores de haber llevado 300 kilos de hachís hasta Rusia. Armas de fuego intervenidas a los narcos. / MANU MIELNIEZUK Estos transportes contaban con dispositivos de seguridad especiales para evitar que otras bandas criminales les robaran los alijos. Los narcos fueron grabados en otra ocasión negociando con un «profesional», que es contratado para proporcionar una escolta armada durante el viaje a cambio de una parte de la droga. La Guardia Civil y la Policía han constatado la presencia en Ibiza de miembros de la mafia albanesa y de un grupo criminal de Montenegro, que controlan la introducción de la droga en Europa.
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