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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 07/11/2025 11:53
En esta edición N°143 de “Entrevistados”, en el marco del Día del Artista Plástico Argentino, que se celebra cada 3 de noviembre en conmemoración al fallecimiento de Prilidiano Pueyrredón —considerado uno de los precursores del arte nacional— Despertar Entrerriano conversó con Cecilia Palazzotti, docente, artista plástica y embajadora de una reconocida marca nacional e internacional. Con una vida dedicada al arte, la docencia y la difusión de la creatividad, Cecilia comparte su historia, los desafíos de vivir de lo que ama y una mirada sensible sobre cómo el arte transforma, enseña y conecta con los demás. ¿Cuánto tiempo llevás siendo artista? “La palabra “artista” es enorme, ¿no? Pero creo que lo soy desde que tengo uso de razón. Desde chica me gustó pintar, dibujar, hacer cosas con las manos. Pero si tengo que ponerle un punto de partida más formal, diría que cuando gané mi primer premio en pintura, en 2014, ahí sentí que me “recibí” de artista. Antes pintaba mucho, sobre todo mientras estudiaba, pero nunca había tenido la posibilidad de mostrar mi arte. Ese premio fue un antes y un después. A partir de ahí empecé a aparecer más en los medios, y poco después me contactaron desde una empresa de porcelana fría —una marca muy reconocida, nacional e internacional—. Me invitaron a ser embajadora de la marca y representante de Entre Ríos”. Cecilia agregó: “Yo ya venía modelando en porcelana fría desde hacía tiempo. Ellos vieron mi trabajo, y me convocaron para representar sus productos en distintas ferias. A partir de ahí empezó a conocerme mucha más gente. Con la pandemia y las redes sociales, además, el arte empezó a moverse de otra manera. Yo di clases virtuales y eso me permitió llegar a alumnas en Italia, Estados Unidos, Perú, México, gran parte de Latinoamérica y Europa. Así que sí, podría decir que desde ese momento mi arte empezó a viajar por el mundo”. Algo que recuerdes de tu infancia que te haya motivado a dedicarte al arte… “Creo que lo mío fue algo nato. Nací con eso. Vengo de una familia de artistas: músicos, bailarines, artesanos… gente muy talentosa. Así que lo llevo en la sangre. Desde chica me encantaba crear cosas, jugar con los colores, hacer regalos hechos a mano. Era mi manera de expresarme. Y con el tiempo entendí que eso que uno siente cuando crea algo, esa conexión con lo que hace, no te lo da nada más”. ¿Cómo desarrollas tu actividad actualmente? “Hoy mi vida gira mucho en torno al arte. Trabajo gracias a las redes sociales y a la empresa que represento, para la cual produzco videos tutoriales, enseño técnicas, y participo en exposiciones como Expo Hobby o Coloral, que son ferias internacionales muy importantes en Buenos Aires. Gracias a esas oportunidades pude mostrar mis esculturas e instalaciones en escenarios donde se reúne gente de todo el país y del exterior”. Continuó “En esas exposiciones presenté, por ejemplo, obras modeladas en porcelana fría y también instalaciones grandes. Siempre trato de innovar un poco, de mostrar algo distinto. No me gusta repetir fórmulas, porque el arte para mí es explorar”. ¿Notas alguna evolución en el arte con los pasos del tiempo? “Hay una evolución enorme. Y no solo en el arte, sino en la vida. El artista no puede estar ajeno a los cambios tecnológicos. Eso nos atraviesa. Antes, por ejemplo, tenías que inventar tus propias herramientas o materiales; hoy tenés productos nuevos que te facilitan muchísimo el trabajo. En mi caso, en el modelado, hay distintos tipos de masa para distintos usos. Si necesitás hacer el pelo de una muñeca y querés que no se rompa, hoy existe una masa flexible, como una especie de goma eva, que evita que se quiebre. Eso antes no existía”. Cecilia reflexionó: “La tecnología no pasa solo por lo digital, sino también por los avances en los materiales, en los pigmentos, en las herramientas. Y el artista tiene que estar empapado de todo eso, porque son cosas que hacen el trabajo más fácil, más limpio y más durable”. El mayor desafío que hayas enfrentado en tu profesión… “Sin dudas, cuando me convocaron para Coloral, una exposición internacional en Buenos Aires. Me dijeron: ‘Cecilia, ¿querés presentarte en la expo?’. Y yo, nueva en el equipo, dije que sí. Me explicaron el tamaño del espacio que tenía para mi obra —dos por cuatro metros— y me dieron un mes para hacerlo. Fue una locura, pero también un desafío hermoso”. La artista siguió: “Trabajé día y noche, con la ayuda de toda mi familia. Tallábamos, modelábamos, pintábamos. Hice una instalación ambientada en un bosque, con un oso gigante, un hada de un metro y medio y varios animales. Todo modelado en porcelana fría. Además, pinté a mano el telón de fondo, con un paisaje boscoso y misterioso”. Cecilia, orgullosa contó: “Pero lo más lindo fue que ahí presenté una técnica mía: el tejido de fibras naturales sobre masa. Era algo que nadie había hecho antes: combinar lana tejida con porcelana fría. Cuando lo mostré, fue un boom. A partir de eso, mucha gente empezó a conocerme, y esa técnica fue la puerta que me abrió al mundo”. En tu experiencia docente, ¿qué observás en los chicos con respecto al arte? “Los chicos son maravillosos, pero también muy exigentes consigo mismos. A veces hacen algo y dicen “no me gusta”, “no me sale”, y se frustran enseguida. Por eso siempre les repito que sigan practicando, que tengan paciencia. Si les gusta el arte, que no abandonen”. Agregó: “Y también quiero decirles algo importante: del arte se puede vivir. Yo vivo del arte. Además de dar clases en la escuela, tengo mi propio estudio. Hay que romper con esa idea de que ser artista es morir de hambre. Si uno pone amor, dedicación y constancia, se puede trabajar muy bien. El arte es un trabajo, y uno digno, además”. ¿Qué consejo le darías a quienes sueñan con dedicarse al arte? “Que no bajen los brazos. Que no se frustren si algo no les sale. Todo es práctica. El arte se aprende haciendo, equivocándose, probando. Y sobre todo, que no busquen gustarle a los demás. El arte no se hace para agradar, se hace para sanar, para expresarse, para sentirse bien. Si uno está feliz con lo que hace, lo demás llega solo”. Además Cecilia hizo una reflexión “Como profe, veo que el arte cambia según los paradigmas, las modas, las corrientes. No sé si decir que evoluciona o involuciona, porque eso depende de cómo lo mire cada uno. Pero lo cierto es que el arte no tiene reglas. No hay nada escrito. Es pura expresión. Lo más importante es que la obra transmita algo. Si una pintura, una escultura o una figura mueve un sentimiento en quien la observa, ahí está la magia. No importa si viene de una formación académica o de algo autodidacta. Hay artistas que nunca estudiaron y son geniales, y otros con años de estudio que no logran emocionar. Por eso digo que el arte me sorprende todos los días. Veo artistas jóvenes, contemporáneos, que hacen cosas maravillosas. Eso me inspira y me renueva siempre”. ¿Volverías a elegir el mismo camino? “Sí, obvio. Volvería a elegir el arte sin dudarlo. Volvería a vivir la misma vida, tal vez cambiando algunas cositas, pero siempre desde este lugar. Porque el arte me dio todo: me permitió conocer gente, viajar, enseñar, inspirar y también crecer como persona” Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscános como @Despertarentrerriano. & nbsp;
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