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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/11/2025 03:26
El testimonio de Matías Romano, conservacionista, e investigaciones recientes revelan que el contacto frecuente con parques y reservas en entornos citadinos reduce el estrés, mejora la memoria y fomenta hábitos saludables en la rutina diaria La presencia de espacios verdes en la vida cotidiana se revela como un factor determinante para el bienestar, según sostiene el fotógrafo de naturaleza y conservacionista Matías Romano. En diálogo con Infobae Deco, Romano subraya que la desconexión progresiva de los seres humanos respecto de la naturaleza, acentuada por la urbanización y el ritmo acelerado de la vida moderna, ha generado una serie de consecuencias negativas. El contacto diario con la naturaleza reduce el estrés y favorece la salud emocional en entornos urbanos densos Sin embargo, destaca que existen múltiples oportunidades para restablecer ese vínculo, incluso en entornos urbanos densos como Buenos Aires, donde la abundancia de parques y reservas naturales urbanas facilita el acceso a la naturaleza. “Hoy en día está estudiado que hace bien pasar tiempo en la naturaleza”, afirma, y señala que actividades tan simples como caminar por un parque, observar aves o simplemente sentarse a tomar mate en un espacio verde pueden generar un impacto positivo. El proyecto Bayca en Misiones impulsa la restauración de ecosistemas y evidencia mejoras en el ánimo y desconexión digital Según el conservacionista, la cantidad de espacios verdes por habitante es una métrica cada vez más valorada en las ciudades, ya que “las ciudades que tienen mayor cantidad de espacios verdes generan que la gente esté más contenta, que tenga más salud”. El especialista resalta que, aunque la vida urbana suele estar marcada por la prisa y la rutina, incorporar pequeños momentos de contacto con la naturaleza puede transformar la experiencia diaria. La cantidad de espacios verdes por habitante se consolida como un indicador clave de calidad de vida en las ciudades “Cualquier tiempo que vos le podés dedicar a la naturaleza cambia”, sostiene Romano, quien menciona estudios que vinculan la observación de aves con mejoras en la memoria y el bienestar general. Además, enfatiza que la exposición a sonidos naturales, como el canto de los pájaros, contribuye a reducir los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés, y favorece la reconexión con el entorno. Actividades simples como caminar, leer o reunirse en parques generan beneficios comprobados para la salud mental La propuesta de Romano se centra en la adopción de hábitos sencillos y sostenibles. Recomienda trasladar actividades cotidianas al aire libre, como leer un libro, hacer ejercicio o reunirse con amigos en parques o reservas naturales, en lugar de espacios cerrados. “Es esto: si leés, andá a leer afuera, si caminás, si hacés ejercicio, andá a hacerlo afuera, si te juntás con alguien, andá a hacerlo afuera. Y están los espacios ahí y están para aprovecharse”, afirma. Esta práctica, según Romano, no solo beneficia a nivel individual, sino que también fortalece el valor social de los espacios verdes, ya que “cuanto más parte de la población está conectada con esas reservas naturales urbanas, también demandamos más eso a nuestros gobernantes, por lo cual cada vez va a haber más o cada vez van a estar más preparados con sus mesas, sus bancos, sus senderos para recorrer y demás”. La exposición a sonidos naturales, como el canto de aves, disminuye los niveles de cortisol y promueve la relajación En su experiencia personal, Romano lidera el proyecto Bayca en la provincia de Misiones, dedicado a la restauración y conservación de ecosistemas a gran escala. Relata que, tras más de una década de trabajo en entornos naturales, ha observado cómo las personas que se sumergen en la naturaleza experimentan una notable reducción en el uso de dispositivos electrónicos y una mejora en su estado de ánimo. “No sabés cómo la gente se empieza a relajar después del segundo día que llegó al medio de la naturaleza y baja el uso del celular y baja el uso de la computadora”, describe Romano, quien considera que estas experiencias actúan como una “limpieza de nuestra cabeza”. La desconexión de la naturaleza es un fenómeno reciente que afecta la adaptación evolutiva de la especie humana (Adobe Stock). El conservacionista advierte que la desconexión de la naturaleza es un fenómeno reciente en términos evolutivos y que la especie humana no está adaptada para vivir alejada de los entornos naturales. “Evolucionamos durante muchísimos, muchísimos años en conexión absoluta con la naturaleza, como cualquier otra especie. Y en los muy poquititos cientos de años últimos nos desconectamos muchísimo también. Entonces no estamos preparados a nivel especie para estar tan desconectados de la naturaleza”, reflexiona Romano. Incorporar hábitos sencillos al aire libre ayuda a reducir el uso de pantallas y fomenta una vida más equilibrada y saludable La clave, según el especialista, reside en establecer objetivos pequeños y alcanzables que permitan incorporar la naturaleza en la rutina diaria. “Son pequeñas cosas y que muchas veces son las que ya estamos haciendo, solo que capaz cambiamos el lugar para poder hacerlo en un entorno verde y de paso aprovechar esos beneficios que tiene la naturaleza”, concluye Romano, quien invita a priorizar el contacto con el entorno natural y reducir el tiempo frente a las pantallas, en busca de una vida más equilibrada y saludable. Foto y video: Belén Altieri - IWoKFilms
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