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» Solochaco
Fecha: 06/11/2025 10:33
El subsecretario de Agricultura de la Provincia, Julio Fantín, habló con De Pe a Pa por Radio X5 y aseguró que el campo chaqueño está transitando una recuperación inesperadamente rápida después de tres años de sequía, calores extremos y una emergencia agropecuaria que “destruyó el sistema productivo primario”. Según explicó, el resurgimiento productivo se refleja en casi medio millón de hectáreas de soja, más de 200 mil de trigo, una fuerte apuesta al girasol y una campaña algodonera acompañada por financiamiento provincial. Del desastre climático al trigo récord Fantín recordó que entre 2022 y comienzos de 2024 la provincia enfrentó una de las peores sequías en 50 años: “No solamente que no llovió, sino que hubo calores extremos históricos. Eso destruyó todo el sistema productivo”. Pero la situación cambió, llegaron lluvias en invierno —poco común en el Chaco— y el resultado sorprendió a productores y técnicos. La provincia esperaba sembrar 180 mil hectáreas de trigo y terminó sembrando 210 mil. “Hay sectores con rindes de 4.000 a 4.500 kilos por hectárea, algo que no se veía hace muchos años en el Chaco”. Este rendimiento no solo mejora los márgenes de productores, sino también la recaudación provincial y el movimiento económico en pueblos del interior. Girasol, maíz, sorgo y horticultura A la recuperación triguera se suma un crecimiento en girasol, con intención de siembra cercana a las 500 mil hectáreas y buenas perspectivas para maíz, sorgo y horticultura. La horticultura también muestra expansión, con 27.000 hectáreas sembradas en toda la provincia. El subsecretario remarcó que esta multiplicación productiva fue posible por la combinación de lluvias y acompañamiento estatal. La plataforma digital que organiza la siembra Fantín reveló un dato clave: por primera vez la provincia trabaja con una plataforma digital donde los productores declaran su intención de siembra, localidad por localidad, a través de los delegados del Ministerio. “Si uno no sabe qué va a pasar en los próximos cinco meses o un año, es difícil generar políticas públicas. Con estos datos se financia, se planifica y se llega con asistencia”, destacó. Hoy, casi todos los productores están registrados. Y los pocos que aún no lo hacen “terminan aprendiendo por la experiencia: si no están en el sistema, no pueden acceder a beneficios”, explicó. Algodón: semillas más baratas y créditos El algodón vuelve a tener protagonismo. Aunque este año muchos productores sembraron trigo o girasol, el Gobierno provincial impulsa la siembra algodonera con descuentos y créditos: Se logró una bonificación del 60% en la principal semilla certificada del país. Una bolsa que en el mercado vale casi u$s100, llega al productor a u$s38,40, explicó el funcionario; y agregó que la provincia trabaja junto al Banco del Chaco en créditos orientados específicamente a algodoneros inscriptos. “Podemos financiar porque tenemos los datos reales: hay 644 productores con condiciones de acceder al crédito. Sin estadística confiable, esto no sería posible.” 2.500 millones para que el campo vuelva a producir Fantín detalló que el Gobierno asignó $2.500 millones para que los productores afectados por la emergencia vuelvan a sembrar: “Lo entiende claramente el gobernador: si el productor vuelve a labrar la tierra, vuelve el desarrollo económico. Cuando la cosecha anda bien, los pueblos reviven”. Un nuevo ciclo productivo El subsecretario sostuvo que el Chaco está entrando en un ciclo distinto, con el cambio climático que aporta lluvias en invierno, rindes récord de trigo, siembras masivas de soja y girasol, expansión hortícola y un algodón competitivo con financiamiento. Más allá del impacto técnico, Fantín subrayó el efecto social, ya que más siembra significa más trabajo, más comercio activo y más ingresos circulando en cada localidad del Chaco. La provincia dejó atrás la emergencia agropecuaria y se encamina a una de las campañas más fuertes de la última década. Con datos precisos, asistencia financiera y un clima que empezó a dar tregua, el campo chaqueño vuelve a ser motor económico. Si los rindes se mantienen, el 2026 podría marcar el regreso pleno del Chaco productivo.
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