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» El siglo web
Fecha: 05/11/2025 01:55
Buena pregunta —y muy importante, porque los riñones son silenciosos: no avisan hasta que el daño ya está hecho. Muchas veces los pequeños hábitos del día a día (lo que bebemos casi sin pensar) son los que más pesan a largo plazo. 1. Refrescos azucarados y bebidas energéticas. Son probablemente los peores enemigos de tus riñones. El exceso de azúcar eleva la insulina, favorece la resistencia insulínica y, con el tiempo, puede dañar los vasos sanguíneos que nutren los glomérulos (los filtros del riñón). Además, muchas bebidas energéticas contienen cafeína, taurina y fósforo en dosis altas, lo que sobrecarga el trabajo renal. 2. Zumos industriales (aunque digan “naturales”). Parecen saludables, pero suelen tener tanto azúcar como un refresco. No aportan la fibra de la fruta y provocan picos de glucosa que, mantenidos en el tiempo, afectan a la función renal igual que lo hace una dieta rica en azúcares simples. 3. Alcohol (especialmente en exceso o de forma regular). El alcohol deshidrata, altera la presión arterial y puede causar daño hepático, lo cual repercute indirectamente en los riñones. Un consumo moderado ocasional puede no ser grave en una persona sana, pero la repetición es lo que pasa factura. 4. Café en exceso. El café, tomado con moderación (1–2 tazas al día), puede ser incluso beneficioso. Pero abusar de él —4 o más tazas diarias— aumenta la presión arterial y la eliminación de calcio y sodio, lo que a largo plazo puede predisponer a cálculos renales o hipertensión renal. 5. Bebidas con alto contenido en fósforo o aditivos (por ejemplo, refrescos de cola). El fósforo añadido, a diferencia del natural presente en los alimentos, se absorbe casi al 100% y puede alterar el equilibrio calcio-fósforo del cuerpo, dañando los riñones y los huesos. 6. Batidos proteicos o suplementos sin control médico. El exceso de proteínas, sobre todo en personas con predisposición o función renal reducida, obliga al riñón a filtrar más y aumenta la presión intraglomerular. No es peligroso para todos, pero sí para muchos que ni siquiera saben que tienen daño renal incipiente. Lo que sí deberías beber: agua. Parece simple, pero es el mejor “medicamento” natural para los riñones. Mantener una buena hidratación facilita la eliminación de desechos y previene la formación de cálculos. Fuente:Quora
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