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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/11/2025 12:52
La emoción de Belu Lucius por su hijo Belu Lucius decidió abrir sus puertas virtuales para mostrar, un día más, escenas legítimas de su vida, sin filtro pero con una sensibilidad que traspasa la pantalla, en su perfil de Instagram donde cuenta con más de 3 millones de seguidores. El último acto de jardín de Benjamín, su hijo menor, la encontró entre lágrimas de emoción y una mezcla de tristeza y alegría. No era para menos: con el pequeño de seis años recién cumplidos, el abismo entre la infancia y ese territorio nuevo de la niñez se hacía visible bajo los focos del escenario escolar. Aquellas que la siguen desde hace años —las mismas que vieron nacer a Bautista en 2018 y después a Benjamín— entendieron bien lo que quiso decir cuando compartió su sentir: “El más chiquito tuvo su último concert de jardín y ya me pasa a primaria. Sé que muchas de ustedes me siguen desde el nacimiento de mis hijos, que ahora ya dejaron de ser bebés y se están convirtiendo en niños aventureros. El tiempo está volando”. Belu Lucius suele compartir su intimidad con sus seguidores (Crédito: Gustavo Gavotti) ¿Qué madre no se detuvo, en medio del ajetreo cotidiano, a preguntarse si logró disfrutarlo todo? Belu, consciente de esta cuenta regresiva que implican los hijos en crecimiento, fue enfática: “Me propuse siempre disfrutarlos todo lo que pueda porque no quiero perderme de nada”. Aquel instante, compartido en un video y transmitido a miles, fue su modo de gritar que la ternura también puede doler. Su agradecimiento se extendió más allá de la familia: “A resaltar el arduo trabajo de todas las maestras y directoras. Lo dan todo durante muchísimo tiempo y ese día están apoyando a cada uno de los niños que están en el escenario”, quiso dejar en claro la influencer, consciente del papel invisible y fundamental de las educadoras. Hace solo unos meses, decidió dar un paso más y desnudar ante su audiencia una faceta hasta entonces privada: la de sus dolores, sus miedos y un diagnóstico inesperado. Quiso contar el deseo urgente de volver a ser madre, quiso compartir la ansiedad de los tests negativos y la incertidumbre médica. Desde su cuenta de Instagram, y en compañía de su marido, Javier Ortega Desio, mostró apenas un segundo de realismo: “No entró el tiro... ¿Todo el mundo muestra el video en el que sí? Que no. No”, confesó mirando a cámara. La escena en el baño, sin glamour, sin mentir. Nadie podía dudarlo: Belu hablaba de un proceso largo, atravesado por la pérdida de su primer embarazo y dos gestaciones posteriores bajo cuidados médicos constantes. “Hace rato que veníamos buscando un hijo con Javi. Es cierto que con un poco de miedo porque ya habiendo perdido el primer embarazo y los otros dos que prosperaron fueron con muchos cuidados, encarás esta etapa desde otro lugar”, compartió. Las palabras traspasaban la pantalla. “No había costado la primera vez. Ni la segunda. Ni la tercera. Pero esta venía haciéndose desear bastante. Yo seguía menstruando como siempre, cada 26 días. Tenía periodos largos, dolorosos y con muchos sangrados, pero era algo natural, ¿no?”, resumió la influencer. El dolor, casi normalizado, la desgastaba. Pero un estudio imprevisto por dolores de espalda cambió el rumbo de su historia: “Después de hacerme unos estudios por mis dolores de espalda salió como hallazgo un mioma. Mi ginecóloga, que conoce clínicamente mi malformación uterina... quiso que me haga más estudios. Y así fue”, narró Belu con la precisión de quien revive la angustia. No estaba sola en esa consulta: la propia doctora seguía de cerca cada paso. Llegó el diagnóstico. Endometriosis. Una palabra hasta entonces lejana, vagamente escuchada en algún relato de otras mujeres, se hizo parte de su vida. “Algo que había escuchado por ahí sin prestarle mucha atención. Resulta que muchísimas mujeres tienen esta patología incluso sin saberlo, porque los síntomas se le parecen y se naturalizan: dolores muy fuertes menstruales, mucho sangrado, inflamación, dolores en las relaciones sexuales”, expuso la exconcursante de MasterChef Celebrity. Era el momento de ponerle nombre al dolor y de compartirlo, porque el silencio —y la desinformación— duelen más.
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