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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/11/2025 10:58
                            El estudio, que analiza el desempeño de compañías en más de 50 países, muestra que la sostenibilidad empresarial avanza, pero de manera desigual (Imagen: Shutterstock) La sostenibilidad dejó de ser un tema reputacional para transformarse en un eje estructural de la estrategia corporativa. Según el Global Corporate Sustainability Report 2025 de la OCDE, el 91 % de las empresas que cotizan por capitalización bursátil ya publican información ambiental, social y de gobernanza (ESG). Sin embargo, los sectores de transporte, logística y comercio exterior —responsables de una parte significativa de las emisiones globales— aún enfrentan grandes brechas en medición, inversión y transparencia. El estudio, que analiza el desempeño de compañías en más de 50 países, muestra que la sostenibilidad empresarial avanza, pero de manera desigual. Si bien los sectores energético, tecnológico y financiero lideran la implementación de estándares internacionales, el transporte y la logística comienzan recién a transitar el camino hacia una gestión ambiental más sistemática y verificable. Emisiones en la cadena de suministro: el punto ciego Uno de los principales desafíos señalados por la OCDE es la falta de integración de la sostenibilidad en las cadenas de suministro globales. Solo un 12 % de las empresas con compromisos climáticos establece objetivos intermedios para las emisiones de “alcance 3”, que incluyen los impactos indirectos generados por proveedores y operadores logísticos. En sectores como el transporte, donde el consumo energético y el uso de combustibles fósiles representan la mayor fuente de huella de carbono, esta omisión tiene un peso determinante. La ausencia de datos verificables dificulta la trazabilidad y, en consecuencia, la toma de decisiones informadas para avanzar hacia operaciones más limpias. La OCDE advierte que, en el comercio internacional, las compañías enfrentan una presión creciente por parte de clientes, socios y gobiernos para demostrar avances concretos en sostenibilidad ambiental. No se trata solo de reducir emisiones: también de documentarlas y auditarlas, garantizando que cada eslabón de la cadena cumpla con los nuevos estándares regulatorios. América Latina: avances, pero con margen de mejora En América Latina, alrededor del 32 % de las empresas ya somete sus emisiones a una verificación externa, un paso clave hacia la transparencia, pero aún insuficiente para lograr una trazabilidad completa. La región muestra una tendencia positiva en inversión en innovación verde: el 7 % de las empresas energéticas latinoamericanas reporta destinar parte de su presupuesto a investigación y desarrollo ambiental, más que el promedio global (2,5 %). Estos avances abren la puerta a oportunidades en sectores como la logística sustentable, la movilidad eléctrica y los combustibles alternativos, donde la región puede posicionarse como un actor relevante si logra integrar esfuerzos públicos y privados. La cooperación entre países para estandarizar mediciones y reportes es, según la OCDE, una condición esencial para atraer inversiones sostenibles. Las cadenas logísticas tendrán un rol central, ya que son el punto de convergencia entre múltiples industrias y geografías (Foto: Shutterstock) De la declaración a la acción El estudio destaca una brecha creciente entre las metas ambientales que las empresas comunican y las acciones efectivas que implementan. Si bien proliferan los compromisos de carbono neutralidad, muchas organizaciones mantienen políticas que contradicen esos objetivos, como estrategias de lobby contrarias a la regulación climática o la falta de metas medibles en sus informes. En el caso del transporte y la logística, la coherencia entre estrategia y operación se vuelve un punto crítico. La transición hacia flotas eficientes, la digitalización de rutas, la planificación multimodal y la adopción de energías renovables son algunas de las medidas que empiezan a marcar la diferencia entre quienes comunican sostenibilidad y quienes la integran como ventaja competitiva. La OCDE plantea que el siguiente paso será la armonización de estándares de reporte, para evitar la fragmentación de indicadores y facilitar la comparación entre empresas y sectores. En ese escenario, las cadenas logísticas tendrán un rol central, ya que son el punto de convergencia entre múltiples industrias y geografías. Un nuevo lenguaje de negocios En la última década, la sostenibilidad corporativa pasó de ser un diferencial a convertirse en un requisito. Para los sectores de transporte, logística y comercio exterior, la transición hacia modelos más verdes implica no solo inversiones tecnológicas, sino también un cambio cultural profundo. El enfoque ya no está únicamente en la eficiencia de costos, sino en la eficiencia ambiental: optimizar rutas para reducir emisiones, implementar soluciones digitales para monitorear consumos en tiempo real y fomentar alianzas que promuevan una cadena de suministro baja en carbono. En palabras del informe, “la sostenibilidad no puede limitarse a un departamento o a un informe anual: debe integrarse en cada decisión estratégica y operativa”. El mensaje es claro: las empresas que comprendan esta lógica no solo cumplirán con las nuevas exigencias del mercado, sino que también construirán un futuro más resiliente y competitivo.
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